Capítulo XVIII
Después de
un par de minutos en silencio nos levantamos y vamos a la playa, no sin antes
avisar a Aria de donde estamos.
Sin
embargo no hay nadie más de la familia allí.
-¿Te
quieres quedar o vamos a casa?
-Mmm… Me
gustaría tomar el sol un rato y luego nos vamos, o bueno si quieres tú puedes
ir a casa.
-No,
tranquila, no quiero que te pierdas de nuevo.
-¡Jáh, te
creerás gracioso y todo!
-Pues sí,
si yo iba para cómico pero me quedé en el camino.
-Claro,
nadie te aceptaba porque no hacías reír.-Digo sacando la lengua.
-¿Qué no
hago reír? ¡Ya verás ahora!
Se
aproxima a mí y comienza a hacerme cosquillas.
-¡Pa…Para!
-¿Ves como
te estás riendo?
-Por… Las…
Cosquillas.
Byron para
y nos quedamos en silencio mientras nuestras miradas se cruzan.
Otra vez
me vuelve esa extraña sensación.
<< ¡Bah, seguro que es hambre! >>
-Eres
preciosa.-Me sonríe.
Mi corazón
comienza a latir más deprisa, mis nervios empiezan a aparecer y mi respiración
se agita.
Su mirada
baja de mis ojos hacia mis labios, se los relame y empieza a acercarse.
<<
¡No, por favor no lo… Ha…gas… O bueno sí…! >>
Cierro los
ojos y espero impaciente a que nuestros labios se unan, pero no pasa porque
justo el móvil del chico comienza a sonar.
-Lo
siento.-Dice apurado buscando su móvil en el bolsillo.
-No pasa
nada.
Cuando lo
encuentra, lo mira, suspira y no lo coge, ni siquiera cuelga.
-¿No vas a
contestar?
-No.-Dice
poniéndose de pie.
Su rostro se ha vuelto más serio, pero a la vez más tenso.
Su rostro se ha vuelto más serio, pero a la vez más tenso.
-Ya es
tarde, deberíamos volver a casa.
Asiento un
poco aturdida y lo sigo.
El camino
hasta casa se hace interminable, no ha dicho ni una palabra y ni siquiera me ha
mirado un segundo.
<<
¿Quién le habrá llamado para que haya cambiado así de repente? >>
Cuando
llegamos su madre está poniendo la mesa, sonríe al vernos llegar juntos, pero
de repente se percata de algo y se vuelve más seria, pareciéndose a su hijo
mayor en esos momentos.
-¿Y Aria?
-Está…-Voy
a contestar cuando de repente aparece por la puerta.-Ahí, la dejé hablando por
teléfono, me dijo que no la esperara.-La cubro.
Byron no
dice nada y desaparece de la habitación.
-¿Y a él
que le pasa?
-No lo sé,
lleva un rato así… Desde que recibió una llamada a la que no contestó.
Jessica
resopla.
-¿Te ayudo
a poner la mesa?
-No
tranquila, ve a ducharte mientras se termina de hacer la cena.
-Vale.
Subo a la
habitación y Aria viene detrás de mí.
-Gracias
por cubrirme.-Medio sonríe.
-De nada,
debíamos volver a casa juntas, al menos no tardaste mucho en llegar.-Me encojo
de hombros.
-Siento lo
que dije antes…
Me
sorprendo al escucharla.
-Tranquila,
tenías razón, pero ya sabes como soy para relacionarme con los demás…
-Lo sé,
pero tampoco debí decirte eso y mucho menos dejarte sola…
-Por
suerte me encontré con tu hermano.
-Ui, ¿qué
tal con él? Sé que no os lleváis muy bien que digamos… Aunque últimamente veo
que os respetáis.
-Pues
tienes razón, últimamente lo soporto más…-Sonrío.
-No será
que te…-Levanta una ceja.
-¿Qué me?
-Que te está
empezando a gustar.
-¿Qué?
¡No! Si cuando me iba a besar yo me iba a apartar…-Lo suelto sin pensar.
-¿Qué os
ibais a besar?-Abre los ojos como platos.
-¡Mierda!
No se lo digas, ni a él ni a nadie.
-Vale,
vale, pero… ¿Seguro que no sientes nada por él?
-No, eso
conmigo no va.
-Los
sentimientos aparecen cuando menos lo esperas.
-Ya, pero
conmigo nunca lo harán.
-Ya me lo
dirás en unas semanas… o días.-Ríe.
-¡Oye!-La
tiro una almohada.
-¡Serás!-Ríe
y me la devuelve.
Y así es
como empezamos una guerra de almohadas hasta que tocaron en la puerta.
Paramos y
nos pusimos firmes como si no estuviéramos haciendo nada.
Byron abre
la puerta.
-¿Qué
estabais haciendo para armar tanto jaleo?
-¿Nosotras?
¡Nada!-Nos miramos cómplices e intentando no reír.
Pero en un
segundo salieron carcajadas de nuestras bocas.
-¡Qué
locas!-Ríe antes de cerrar la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario