Capítulo XXIV
Tras un
largo viaje llego a mi casa donde mi tía, Dave y Taylor me dan una calurosa
bienvenida.
Sin
embargo, me tengo que disculpar con ellos e ir a llorar a mi habitación.
-¿Qué
pasó?-Pregunta mi mejor amiga tras cerrar la puerta.
-Larga
historia.
Y ella
sabe lo que significa, que necesito estar sola y descansar, al día siguiente se
lo contaría todo a mis tres y únicos seres queridos.
Y así he hecho,
tras contarles como fueron mis vacaciones, los sentimientos que estaban
aflorando en mí y mi aventura con Eder, recibo las mismas palabras una y otra
vez.
-No te
puedes rendir y mucho menos por un chico. Sé que te asusta, que es algo nuevo
para ti y que tras nuestro historial familiar… Pero eres joven, debes disfrutar
y ser feliz, la mejor opción es que le confieses todo y darle una oportunidad,
o luego te arrepentirás.
-No pienso
hacerlo tía, llámame cobarde pero no puedo hacerlo.
-Ariel,
¿de verdad vas a dejar escapar al chico que te ha hecho mejor persona? Aunque
no te des cuenta desde que lo conociste te has convertido en una gran chica,
antes ya lo eras pero solo conmigo y con Taylor, sin embargo ahora conoces a
más gente, eres menos borde y sonríes más a menudo.
>>Los
hombres nunca han sido mi fuerte, y los de tu madre tampoco, pero fíjate en tu
abuela, era feliz y vivió con tu abuelo hasta el último día. ¿Quién te dice a
ti que no puedas tener una oportunidad de ser feliz con Byron?
-Me voy a
la cama, estoy cansada.-Es mi única respuesta.
Y a pesar
de lo cansada que estaba esa noche fue larga, no dejaba de dar vueltas a lo que
Kim me había dicho.
Pero
siempre volvía a lo mismo: ‘No quiero saber nada del amor y punto’.
---------------------------------------------------------
Los días,
las semanas y los meses pasaban y pasaban.
Mi amistad
con Aria fue creciendo, pero mi relación con Byron se iba perdiendo, sabía que
esa era la mejor opción, no iba a sufrir de esa manera, y si me ponía algo
triste quedaba con un tío de Badoo, teníamos sexo y adiós muy buenas.
Dave se
convirtió en un pilar fundamental para mí pues a pesar de que negaba mis penas,
él me consolaba, abrazaba y hacía reír, junto a Taylor, aunque desde que salía
con Trevor pasaba menos tiempo conmigo.
Mi tía Kim
estaba en contra de mi decisión, pero lo aceptaba pues al fin y al cabo era mi
vida y no la suya.
Mi trabajo
en la casa de los Cooper seguía ahí, cuidaba a los pequeños y no me encontraba
a ninguno de los mayores, salvo a Aria en ciertas ocasiones.
Sin
embargo, un día mientras estaba preparando la comida entró Byron a la cocina, y
no huyó, e incluso me saludó.
-¿Qué tal
te va todo?
-Muy
bien.-Digo sin dejar de pelar las patatas.
-Me
alegro.
Nos
quedamos en silencio.
-Ariel, no
soporto estar así contigo. ¿Por qué huyes de mí? ¿Por qué ignoras mis mensajes?
Decidí darte tu tiempo para… lo que fuera que estuvieras haciendo, pero no dejo
de pensar ni un minuto en ti.
Suspiro y
me doy la vuelta.
-Es que…
-Necesito
que salgas a cenar esta noche conmigo, hablemos las cosas, hazme ese único
favor.
-¿Si
acepto… Me dejarás después?
-No te
prometo nada… Depende de cómo vaya la noche.
-Si
resulta ser horrorosa, ¿dejarás de insistirme?
-Sí.
-Está
bien.
Me regala
una sonrisa, coge una manzana y se va de la cocina, no sin antes asomar su
cabeza y decirme la hora y lugar donde quedaremos.
---------------------------------------------------------
Una hora y
media antes de mi quedada con Byron (no cita, me niego a que lo sea), empiezo a
prepararme recibiendo una mirada extraña de mi tía.
-Menos mal
que tus sentimientos desaparecieron…
-Es
verdad.-Miento.
Todos
sabemos que aunque no hayamos hablado durante dos meses sigo sintiendo algo por
él, pero no lo voy a confesar en alto, y mucho menos a mi tía.
Aunque
cenar con él quizá no sea tan mala idea, quizá podamos hablar las cosas y
quedar como amigos, como antes de todo.
Sin
embargo, horas más tarde me doy cuenta de que eso va a ser imposible, que él no
me quiere ver como a una simple amiga.
-Ariel
desde el primer día en que te vi me llamaste la atención, sentí una atracción
hacia ti y a pesar de que fueras una borde conmigo mis sentimientos fueron
creciendo, y más aún cuando vi que solo actuabas así porque algo de tu pasado
te atormentaba, sé que construiste una barrera que muy pocos han podido romper,
pero cuando nos besamos pensé que yo lo estaba consiguiendo, sin embargo
siempre terminas huyendo, me hizo daño ver como actuabas ante esos comportamientos,
pero estoy dispuesto a seguir luchando por tu amor, por que me des una
oportunidad.
-Byron… Yo
lo siento, pero… pero no puedo hacerlo.-Es lo único que sale de mi boca.
Él pone
una cara de decepción, pero cuando me vuelve a mirar a los ojos vuelve a
sonreír.
-Sé que tú
también deseas lo mismo que yo, deja tus miedos y tu pasado atrás, y podrás ser
feliz conmigo.
Y sin
dejar que diga más me besa, al principio me quedo inmóvil, pero termino
cediendo a su beso, le sigo la corriente hasta que ese miedo vuelve a
atormentarme, intento deshacerme de él y lo consigo… Pero, ¿por cuánto tiempo?
Nos
separamos porque necesitamos aire, los dos sonreímos y continuamos la cena
tranquilos, yo no hablo casi, pero él no para de contarme anécdotas graciosas o
chistes, cualquier cosa para hacerme reír y luego besarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario