lunes, 2 de diciembre de 2019

POLOS OPUESTOS II E.


Epílogo


La primera parte de Polos Opuestos acabó con un final algo triste para Byron, algo inusual en mis novelas.
Sin embargo, me he guardado un as bajo la manga; decidí escribir una segunda parte, aunque resultó ser más corta de lo esperado, pero estáis de suerte pues vuestro final feliz ha llegado.
Estáis en las últimas páginas de la historia de Ariel y Byron y espero que las disfrutéis tanto como yo al escribirlas.
Si queréis saber como resultó ser el final solo debéis seguir leyendo.

Byron tardó muchísimo en preparar su declaración de amor, pero por el camino Taylor cumplió con su promesa y fue descubriendo poco a poco lo que su mejor amiga sentía por el chico.
Sin embargo, a pesar de que Ariel afirmaba estar enamorada de su primer amor, sentía que no estaba preparada para tener algo serio.
Esa noticia hizo que Byron entristeciera al principio, pero jamás se rindió.
Intentó hablar sobre el tema con ella, confesando de forma simple lo que él sentía.
Ella lo besó, pero como siempre, volvía a comportarse mal con él.
Hasta que un día recogiendo las cosas de su tía se encontró con una carta.

Mi querida sobrina,
Si has encontrado esta carta es porque yo ya me fui, aunque sé que siempre me vas a llevar en el corazón y yo te estaré cuidando desde el cielo.
No me podrás ver, pero sí sentir.
Quería darte las gracias por todo lo que hiciste por mí, solo nos teníamos la una a la otra pues no hemos tenido la suerte de ser una familia numerosa, tú me cuidaste cada vez que tenía un desengaño amoroso y yo lo hice contigo aunque no seguiste mi consejo cuando la vida te daba una oportunidad.
Por eso te pido que si vuelves a amar a una persona y tu amor es correspondido, acepta ese regalo de Dios, sé feliz con esa persona a pesar de que estés llena de terror.

No quiero que la familia Cooper termine cuando tú mueras, crea tu propia vida junto a la persona que te ame, tened hijos y disfruta del amor verdadero pues sino luego te arrepentirás.
Por mala fortuna yo no pude tener mis propios hijos, pero por buena suerte te crié a ti como si lo hubieras sido y eres lo más bonito que me pudo dar la vida.
Me fui feliz por saber que he educado a una de las personas más bellas del mundo, no solo físicamente, sino también con el alma más puro.
Comete errores pues eso te hará más fuerte, no intentes ser perfecta pues nadie lo es, arriésgate a pesar de tus miedos…pero sobre todo sé feliz.
Te quiero, pequeña.

Tu tía Kim.

Con lágrimas en los ojos, Ariel miró hacia el cielo y le dedicó una sonrisa a su ángel acompañado de un Te querré siempre.
Justo en ese instante, a unos metros de ella pasaba Byron, quien sonrió al verla por fin feliz.
La chica se sonrojó al ser descubierta y no dudó ni un segundo en salir disparada hacia él, su verdadero amor.
Lo besó, pillándole desprevenido, y lo abrazó con más fuerza que nunca.
-Te quiero Byron, siento no haberme dado cuenta antes de que merezco ser feliz a tu lado. ¡Qué le den a los miedos, yo quiero estar contigo!
El chico sonrió feliz, olvidándose de todo lo malo y sintiéndose el chico más afortunado.


POLOS OPUESTOS II C. X


Capítulo X


Verla con lágrimas en los ojos me encogía el corazón, y más cuando no sabía que palabras decir.
Sin embargo cuando la tenía entre mis brazos me sentía muy afortunado.
La pérdida de su tía fue un golpe muy duro para ella pero gracias a ello volvimos a estar muy unidos y mis sentimientos por ella cada vez crecían más.
Shana se enfadó conmigo aquel día que la dejé plantada por ir al tanatorio a verla, pero no me importó pues sabía que Ariel me necesitaba más.
A partir de ese día las discusiones aumentaron por momentos hasta que decidimos poner fin a nuestra relación.
Debería haber llorado por su pérdida pero la verdad que estar con Ariel me reconfortaba, y verla sonreír tras haberse desahogado conmigo me bastaba para sentirme mejor.
Ella no sabía aún nada, no quería atosigarla con mis cosas pues ya bastante había tenido.
-¿Byron? ¿Estás aquí o te has ido a la luna?-Chasqueó los dedos delante de mí.
-¡Oh, perdón…!-Sonreí.-La verdad que la luna es muy bonita, tengo que llevarte algún día.
Su risa no tardó en aparecer a pesar de que lágrimas estaban recorriendo sus mejillas.
-Gracias por todo, de verdad.
-No hay de que, para eso están los amigos, ¿no?
Asintió con la cabeza y después miró hacia el suelo.
-Ey, ¿qué te ocurre ahora? ¿He dicho algo malo?
-No, nada.-Me dedicó una pequeña sonrisa.-Voy al baño, ahora vengo.-Dijo alejándose de mí por unos momentos.

Su actitud me desconcertó un poco, no sabía que estaba pensando en ese momento pero me podía hacer una idea, una idea que me daba pequeñas esperanzas…
Aunque  no quería hacerme ilusiones tan pronto, ¡ quería saberlo ya!
Así que se me ocurrió un plan… ¿Funcionaría?

(***)
Tras despedirme de Ariel me fui a poner en marcha mi plan.
¡Ojalá funcionara!
Porque si de ser así podría cumplir mi sueño de hacía unos años.
Caminé a paso ligero hacia la casa de Taylor.
Tuve suerte pues no necesité llamar al timbre para que me abriera, justo en ese momento salía hablando por teléfono.
-¡Hasta ahora mi amor, te quiero!-Dijo tras percatarse de mi presencia.
Colgó y me miró extrañada.
-¿Qué haces aquí? Esta no es la casa de Ariel.
-Lo sé, venía a verte a ti.
-¿A mí? ¿Por?
-Eres su mejor amiga, necesito preguntarte algo.
-Oye…Byron…yo tengo novio y además como tú has dicho es mi mejor amiga…no podría hacerle eso.
-¿¡Qué!? ¡Oh, no! No es eso.-Reí.-Quería saber si te ha dicho algo sobre mí, si le…gusto.-Dije sonrojándome.
-Eh…No, pero en el caso de que lo supiera tampoco te lo iba a decir, es ella quien se tiene que confesar.
-O sea que…le gusto.
-Yo no he dicho eso.
-Indirectamente sí, has dicho ‘es ella quien se tiene que confesar’.
Ella suspiró y sonrió.
-No me lo ha dicho en ningún momento, pero sí me ha hablado de vuestra “relación” en las últimas semanas, y por como habla de ti y por como te mira cada vez que nos hemos encontrado contigo… se ve que sigue sintiendo algo por ti, pero está en una etapa muy mala, sabes lo difícil que es ella para estas cosas y puede que si le dices algo actúe con su mal carácter.
-Pero yo…
-Sé que tú también sientes algo, pero primero deberías cortar con tu novia antes de hacer nada.
-Ya lo hice, hace una semana.-Confesé.
-Eso…no lo sabía.
-No se lo he contado a ella porque no quiero agobiarla con mis problemas, aunque eso no es ningún problema, es un alivio.
-Yo solo te aconsejo que esperes un poco, si quieres te voy allanando el terreno pero aún no te declares, o si lo haces… ¡Hazlo a lo grande!
-¿A lo grande? ¿Cómo?
-Piensa un poco, a ella le encantan las sorpresas así que si usas tu imaginación…puede que con eso te diga un sí, pero repito ya sabes como es…a pesar de que ha cambiado bastante con el tiempo, no se sabe.
-Gracias Taylor.-Sonreí.
-De nada, y no le digas nada sobre esta conversación, ¿eh? ¡Sino me mata!
-Tranquila, soy una tumba.
Contento me despedí de ella y volví a mi casa para planear mi siguiente paso.
¡Estaba muy feliz por saber que ella sentía lo mismo que yo!
Sin embargo tenía miedo de cagarla o de que a pesar de ello me diera un No como respuesta, al igual que lo hizo en un pasado.

POLOS OPUESTOS II C. IX


Capítulo IX 

Unas horas después estábamos en el tanatorio.
Gracias a Silvia pude hacer todos los trámites con más rapidez pues yo no tenía el suficiente ánimo como para ocuparme de ello.
Alguien me sopló la nuca provocando un pequeño escalofrío en mí.
Me di media vuelta y lo abracé como nunca antes lo había hecho.
-Tranquila pequeña, ya estoy aquí.-Me susurró al oído.
-Gracias por venir a pesar de tener que trabajar, Dave.
-Lo primero es lo primero.-Me dedicó una sonrisa muy dulce.

Gracias a mis dos mejores amigos supe controlar mis emociones, a pesar de que estaba rota por dentro.
Cada vez que se acercaba algún conocido a darme el pésame empezaba a llorar pero Dave o Taylor se encargaban de alejarme de esa persona y tener más intimidad.
Sin embargo todo fue distinto cuando Byron apareció.
Me sorprendí al verlo, pero cuando vi que venía con sus padres y Aria mi sorpresa fue menor.
Les di las gracias a todos y supe contener mis lágrimas.
Ellos estuvieron a mi lado un rato más y antes de marchar me dijeron que si necesitaba cualquier cosa contara con ellos.
Jessica, Ezra y Aria se fueron, aunque me dijeron que volverían más tarde, pero Byron se quedó a mi lado.

Él estuvo ahí en todo aquel momento que me daba el bajón, tanto antes de que pasara como después, tanto en el velatorio como cuando me recogí a casa.
Fue muy dura la situación de entrar en mi casa y no verla a ella, mi tía Kim que me había cuidado como si de mi madre se tratara, ella ejerció muchos papeles importantes y ahora que no estaba me partía el corazón.
Sin embargo los días no eran tan negros gracias a esos ojos que tanto me hipnotizaban.



POLOS OPUESTOS II C. VIII


Capítulo VIII


Ese mismo día por la noche no conseguía dormir así que decidí dar una vuelta.
Pasé por la casa de la tía de Ariel y me extrañé al ver una de las luces dadas a las 4 de la mañana.
De repente la cortina se abrió y por instinto me agaché para intentar esconderme entre los arbustos pero sirvió en vano pues en seguida ella me llamó.
Salí de mi escondite y con una sonrisa tímida la saludé.
-¿Me estabas espiando?
-¿Qué? ¡No! Tan solo paseaba y vi que había luz en tu casa y me extrañé.
-¿Paseando a estas horas? ¿No deberías estar durmiendo?
-Eso mismo podría preguntarte yo a ti.
-No podía dormir…
-Yo tampoco.
Nos quedamos en silencio durante unos segundos.
-Espera un par de minutos, ahora vengo.
Sin poder decir nada escondió su cabeza de nuevo, la luz se apagó y poco después apareció por la puerta de entrada con un abrigo largo.
-Vamos a pasear juntos, aunque no me puedo alejar mucho.
-¿Por?-Pregunté preocupado.
-Mi tía tuvo un infarto el otro día, por eso volví a la ciudad, ahora está mejor pero en cualquier momento puede darme otro susto y temo no estar cerca.
-Vaya…lo siento, pero seguro que irá bien.
Resopló y se quedó en silencio.
-¿He dicho algo malo?
-No, solo que esa frase es la que no paro de oír desde que pasó…Y la verdad que estoy cansada pues sé que en cualquier momento le puede volver a pasar y no sé si saldrá, esta es la tercera vez que le pasa.-Y entonces comenzó a llorar.
Me acerqué a ella y la abracé en silencio.
No sabía que decir pero sabía que me necesitaba, que necesitaba alguien que le consolara y eso hice.
En seguida sus brazos me rodearon también sin parar de llorar.
Estuvimos así unos cuantos minutos hasta que parecía que ya se calmaba.
-Lo siento…no sé porque te he contado esto.
-No me pidas perdón, no has hecho nada malo, puedes contarme lo que sea.
-Gracias…-Medio sonrió.
-Eso quiero que hagas, que sonrías.-Llevé mi mano a su cara y la acaricié.
Nuestras miradas se cruzaron y parecía que el tiempo se había detenido.
Bajé por unos segundos mis ojos hacia sus labios.
Se veían tan apetecibles…
Ella también miraba los míos deseosa, así que comencé a acercarme poco a poco.
Parecía que nos íbamos a besar después de tantos años, pero se alejó en el último momento y se dio media vuelta, aunque no huyó.
-No podemos hacer esto…tú…tienes novia.
¿Novia? ¡Shana! Por un momento me había olvidado de ella, no porque no la quiera, sino que parecía que había viajado al pasado, cinco años concretamente.
-Lo siento.
-Es mejor que me vaya.
-Espera.-Le cogí del brazo.-No te vayas así, por favor.
-Byron, tengo demasiadas cosas en la cabeza, lo mejor es que vuelva a mi casa y duerma.
-¿Vas a poder dormir después de lo que casi pasa?
-No iba a pasar nada, tú tienes novia y a quien besas es a ella no a mí. Cuídala y sed felices.
Quise detenerla pero sabía que tenía razón, yo tenía novia y no era ella.
Volví a casa.
Pensé que el paseo me iba a sentar bien, pero volví con más dudas aún.
No entendía porque actuaba así, porque había estado a punto de besar a Ariel.
Ya la había olvidado, o eso pensaba hasta que sus ojos se volvieron a encontrar con los míos…

(***)
Nada más abrir la puerta de la habitación de mi tía me alarmé.
Estaba tendida en el suelo y con los ojos cerrados.
Llamé al 112 y se me hizo eterno el tiempo que tardó en llegar la ambulancia.
Estaba inconsciente así que intentaban reanimarla mientras yo no paraba de llorar.
Uno de los médicos intentaba calmarme pero no lo conseguía así que me aconsejó que llamara a un amigo u otro familiar para que me acompañara en ese rato.
Diez minutos después de colgar Taylor me abrazaba mientras no paraba de llorar.
<<Todo irá bien>> <<Tu tía es muy fuerte>> Decían.
¿Pero dónde estaban los hechos que demostraban que esas palabras eran verdad.
Me había alejado unos minutos y como me había temido mi tía había tenido otro infarto.
Los médicos seguían reanimándola pero después de varios intentos me dieron la mala noticia de que mi tía había fallecido.
Grité, grité muchísimo en ese momento, no solo por la noticia sino porque me sentía culpable de lo que había sucedido.
No llegué a tiempo, ni yo ni la ambulancia y eso me mataba aún más por dentro.
Taylor intentaba abrazarme, consolarme, pero sentía mucha furia.
Comencé a coger todo lo que pillaba por la casa y lo tiraba al suelo.
No podía estar sucediendo.
Los médicos y mi amiga consiguieron detener mis actos violentos, y pasé de nuevo al lloro.
-Si quiere despedirse de ella le dejaremos cinco minutos a solas.

POLOS OPUESTOS II C. VII


Capítulo VII


-Pues como ya sabes cuando volvimos de las vacaciones me puse muy triste porque no lo iba a ver hasta el siguiente verano, pero sonreí al ver que seguía acordándose de mí.
>>Estuvimos hablando todos los días y de vez en cuando nos llamábamos, poco después de que dejaras el trabajo en mi casa me dio una gran sorpresa. ¡Había venido a pasar una semana aquí antes de volver a estudiar! Después volvió a su casa prometiéndome que en Navidad volvería a verme. Y así hizo, ¡fue mi mejor regalo pues me pidió salir justo cuando sonó la última campanada!-Sus ojos brillaban de emoción y sonreí al ver como se miraban.-Lo malo fue que tuvo que volver a su casa pues tenía que seguir estudiando.
-Pero a pesar de la distancia siempre pensaba en ella y le dedicaba su tiempo.-Continuó él.-Las semanas y los meses pasaban, y aunque de vez en cuando me escapaba para venir a verla ella lo pasaba mal por no poder verme cuando quisiera, yo lo llevaba algo mejor pero también tenía mis bajones.
>>Hubo una vez que los dos estábamos tan mal que queríamos dejarlo, pero mi hermano me animó a seguir luchando por nuestro amor, así que no dejé que terminase nuestra historia. Me propuse que en cuanto terminara de estudiar buscaría un trabajo y ahorraría para mudarme con ella.
-Le costó bastante más de lo que pensábamos pero pudimos sobrellevarlo y aquí estamos.
-Yo me acoplé como lo ves.-Rió Eder.
Todos reímos con él.
Después de hablar un rato más decidí volver con mi tía, así que me despedí de todos y me fui.

(***)
Tras encontrarnos con Ariel, Shana parecía haber enmudecido porque a pesar de que intentaba sacar yo conversación siempre me contestaba con monosílabos.
Cansado de esa situación decidí dar media vuelta e irme sin ella.
Sin embargo ella me frenó.
-¿A dónde vas?
-A mi casa.
-¿Por qué? ¿No quieres ir al cine ya?
-No es que no quiera, es que me he hartado de tu actitud.
-¿De mi actitud? ¡Yo no he hecho nada malo!
-¿Y YO SÍ?-Grité sin mirarle a la cara.
-¿Y ahora me gritas? ¡Genial!
-Shana, ¿quieres dejar de hacerte la víctima?-Bajé un poco el tono de mi voz.
-¿Y tú quieres dejar de mirarla como la miras?
-¿Mirarla a quién? ¿Qué dices?
-¡Desde que ha aparecido esa niñata estás distante conmigo! ¡Ya casi ni me besas! Y me he dado cuenta de cómo la miras… ¡Nunca me has mirado así!
-¡Te estás volviendo loca! Claro que nunca te he mirado como a ella, porque ella tan solo es una amiga y tú eres mi novia.
-No te engañes a ti mismo Byron…-Sus ojos empezaron a humedecerse.
-No llores por favor.-Dije rodeándola con mis brazos.
-Siento haberme puesto así.-Dijo arrepentida.-Solo que…tengo miedo de perderte otra vez.
-Ey, no me vas a perder, ¿vale?-La miré a los ojos y la di un pequeño beso en los labios.-Y ahora vamos a ver la película que tanto te gusta.
Ella sonrió, me dio un fuerte abrazo y las gracias.
Continuamos el camino hacia el cine, ahora sí, hablando de cosas alegres y olvidándonos de la pequeña discusión.
Una vez llegamos compré las entradas y la invité también a las palomitas y el refresco, entramos en la sala 1 y nos sentamos por atrás.
Durante la película ella sonreía mientras yo la miraba.
Al principio me sentía bien al verla así, pero después me vino a la cabeza la discusión de antes y comencé a tener pequeñas dudas.
¿Y si era verdad lo que me dijo? ¿Y si de verdad miraba a Ariel de otra manera?
Me negué ante esa idea e intenté disfrutar de la película y de mi pareja.
Sonreía pero en el fondo sentía un nudo en el estómago.
Después de la película decidí acompañarla a casa sin hacer nada más.
Me apetecía estar solo y pensar con tranquilidad, y sé que eso le estaba matando a Shana por dentro, pero aceptó sin reproches.


POLOS OPUESTOS II C. VI


Capítulo VI

Por la tarde decidí ir a ver a Aria mientras Silvia, la madre de Taylor, hacía una visita a mi tía.
Yo iba feliz por ver a mi amiga de la que hacía mucho no sabía nada cuando de repente me topé con su hermano y su cuñada.
-Hola Ariel.-Me sonrió Byron.
-Hola.-Le devolví una pequeña sonrisa.
-Mira…te presento a Shana, mi novia, Shana esta es Ariel, fue niñera de mis hermanos hace unos cinco años.
Las dos nos miramos y sonreímos falsamente, nada de dos besos ni un apretón de manos.
Sonreí en mi mente al recordar que así actué con Byron la primera vez.
-¿Vas a dar una vuelta?-Preguntó el chico.
-Sí, bueno, iba a ver a tu hermana Aria, esta mañana me encontré con Marvin y me llevó a saludar al resto de tu familia.
-Me alegro, salúdala de mi parte.
-Claro.
-Bueno cariño, ¿nos vamos? No quiero llegar tarde a ver la película.
-Eh…sí, vamos.-Se rascó la nuca nervioso.-Hasta luego Ariel.
-Adiós.
Permanecí ilesa durante unos segundos hasta recuperarme del momento incómodo y seguí caminando.
Cuando llegué al portal un chico acababa de abrir, me saludó y con una sonrisa me dejó pasar primero.
Le di las gracias y continué el camino hasta el ascensor.
Una vez dentro el chico me preguntó a que piso iba.
-Yo también voy al mismo.-Me regaló una sonrisa.
En ese momento me fijé bien en sus facciones y me di cuenta que me sonaba de algo pero no recordaba exactamente de que.
Y no solo íbamos al mismo piso, sino que también iba a la misma puerta que yo.
Los dos nos sorprendimos mucho y reímos incómodos.
-¿Vienes a ver a mi cuñada?
-¿Tu cuñada?
-Sí, Aria.
-Ah, sí.
-Pues pasa.-Dijo tras abrir la puerta.- ¡Ariaa, tienes visita!
En seguida vi aquel pelo moreno con mechas azules y sonreí como nunca.
-¿¡ARIEL!?-Abrió bien los ojos.
-Espera, ¿eres Ariel?-Preguntó mi compañero de ascensor mientras abría también los ojos.
No me dio tiempo a decir nada porque ya tenía a la chica entre mis brazos.
El chico nos miraba esperando una respuesta, pero Aria no nos dejaba hablar.
-Pero, ¿qué haces aquí? ¿Cómo sabías que vivo aquí?
-Me lo dijo tu madre, esta mañana me encontré con Marvin y me llevó a saludar a todos y ya me contaron que te habías independizado y pensé en venir a verte.
-¡Ay, pues cuánto me alegro de verte! ¿Pero ya no vives en León?
-Sí, lo único que tuve que venir por mi tía.
-¿Y eso? ¿Le ha pasado algo?
-Por suerte solo ha sido un pequeño susto.
-Yo también me alegro de verte.-Nos interrumpió el chico.
Aria lo miró primero a él y luego a mí esperando mi respuesta.
-Lo siento pero…no caigo quien eres ahora mismo.-Dije incómoda.
-¿En serio no te acuerdas de él?-Preguntó mi amiga.
-¡Pues bien que disfrutaste conmigo en la feria…!
Mis ojos se abrieron al recordar que se trataba de Eder.
-¡Ost**! Perdóname, sí que me resultabas conocido pero no sabía de qué.
-No pasa nada.-Sonrió.-Yo hasta que no lo ha dicho Aria tampoco sabía quien eras…-Dijo acercándome a él para darme un abrazo.
Le correspondí el abrazo pero en seguida me aparté al recordar lo que minutos antes me había dicho.
-Espera, ¿sois cuñados? Eso significa que… ¿¡Estás con Caleb!?
Ella asintió mientras se ruborizaba.
-¿Y dónde está él?
-Dándose una ducha, estará a punto de salir.
-Vamos al salón, ¿no?-Dijo Eder después de haberse puesto las zapatillas de casa.
Asentí y los seguí.
Nos sentamos y poco después apareció Caleb quien me reconoció al instante.
-¡Ariel!-Me dio dos besos.- ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal estás?
-Muy bien, ¿y tú?
-Muy bien también.
-Me tenéis que contar vuestra historia, ¿eh?
-Claro.-Sonrió mi amiga.- ¿Tienes mucho o poco tiempo?
-Mucho, mucho.-Reí.




martes, 26 de noviembre de 2019

POLOS OPUESTOS II C. V


Capítulo V


 Durante las horas siguientes Taylor se encargó de evitar hablar del tema y se lo agradecía.
Nos pasamos la tarde viendo películas de nuestra infancia, comiendo palomitas y bailando al son de la música mientras imaginábamos que éramos cantantes profesionales.
Después de cenar volvimos a mi habitación y estuvimos planeando qué hacer durante el poco tiempo que me quedaba en la ciudad hasta que el sueño se apoderó de nosotras y decidimos que ya era hora de dormir.

Al día siguiente decidimos ir a desayunar al Roscoking, un local donde vendían donuts, tortitas, gofres, batidos, bebidas calientes y un montón de cosas más.
Era nuestro sitio favorito desde que lo abrieron y durante estos años lo había echado mucho de menos.
Yo me pedí unas tortitas con sirope de fresa y un zumo de naranja mientras que mi amiga se pidió unas tostadas y un café con leche.
-¡Wow! Sí que está rico después de tanto tiempo sin probarlo…-Dije tras llevarme un trozo a la boca.
-Siempre está rico.-Rió mi amiga.
Después de ser unas gochas decidimos ir a dar un paseo por uno de mis parques favoritos.
Íbamos charlando cuando de repente un joven de 13 años se acerca a mí muy nervioso.
-Hola, ¿eres Ariel?
Me quedé extrañada al ver que conocía mi nombre, me fijé más en él para ver si lo conocía.
-¡MARVIN!-Sonreí feliz dándole un abrazo fuerte.
-Sí, sí eres tú.-Me devolvió la sonrisa.
-¡Qué grande estás! Y guapo por supuesto.-Le guiñé el ojo.
-Gracias…-Se sonrojó.
-Por cierto, ¿tus hermanas están aquí?
-No, están en casa, yo iba a ir ahora para allá. Si quieres puedes venir y así saludas a todos.
-¡Claro, me encantaría!
-Lo único que Eddy y Aria no están, se independizaron hace un año.
-¡Oh, vaya! ¿Pero están en la ciudad?
-Eddy no, pero Aria sí.
-¿Y me podrías dar la dirección de tu hermana?
-Claro, se pondrá muy contenta de verte.
Los dos sonreímos y tras presentarle a mi amiga Taylor nos pusimos de camino a casa de los Cooper.
Cuando llegamos me quedo observando a  mi alrededor esperando encontrar algún cambio pero todo seguía igual.
Marvin sacó sus llaves y abrió la puerta, se hizo a un lado para que pudieramos pasar y cuando él entró la cerró.
-¡Mamá, papá tenemos visita!-Gritó el chico mientras dejaba las llaves en el mueble de la entrada.
-¿Quién ha…?-Comenzó a decir Jessica.- ¡ARIEL!-Avanzó rápido hasta mí y me dio un fuerte abrazo.
-¡Cuánto tiempo!-Dijo Ezra esperando su turno para saludarme.
-¿Qué tal estás?
-Bien, llevo una semana en la ciudad pero dentro de poco tendré que volver a León.
-Vaya, ¡qué pena que tengas que irte tan pronto!-Dijo Jessica.-Por cierto cariño, avisa a las niñas de que Ariel está aquí.
-Claro mamá.
Taylor se quedó mirándonos sin saber qué hacer ni que decir así que les presenté y fuimos todos al salón donde segundos después aparecieron 3 niñas corriendo.
-¡ARIEEEEEEEEL!-Me dieron un abrazo grupal.
-Hola chicas.-Sonreí.- ¡Qué grandes estáis las tres! Se nota que habéis comido muy bien.
-¡Sí!-Dice Rosie.
-¡Y ya no tenemos ningún diente de leche! ¡Somos muy mayores!-Continua Jodie.
-¡Y el ratoncito Perez nos ha traído muchas cosas!-Termina Lilith.
-¿Sí? Tendréis que enseñármelo entonces.
-¡Claro!

Estuvimos como una hora poniéndonos al día entre todos, Jessica me dio la dirección de Aria y me contó que Eddy seguía con Thalía y que se mudaron a Londres.
De Aria no me contaron mucho pues decidieron que sería mejor que me lo contase ella en persona, así que me fui con intriga de saberlo.
Taylor y yo nos despedimos de todos y les prometí que los visitaría antes de volverme a León.
Después de la visita a la familia Cooper volvimos a mi casa aunque mi amiga se quedó un rato más y después se fue con su novio a pesar de que ella insistía en quedarse conmigo, yo le animé a que fuera con él y le dije que no se preocupara por mí.

Haber visto a los niños que cuidé me subieron el ánimo y por suerte no estaba Byron en casa por lo que terminó siendo una buena mañana.


POLOS OPUESTOS II C. IV

Capítulo IV


Durante los tres días siguientes cada vez que salía a tomar un poco el aire me encontré con Byron.
Al principio el ambiente era muy tenso pero a lo largo del tiempo parecíamos muy buenos amigos, incluso se atrevió a invitarme a su bar.
Yo acepté encantada olvidándome de todo lo malo que sucedió en el pasado.
Al día siguiente salí a propósito para ver si me lo encontraba, pero tuve tan mala suerte que durante varios días no me lo volví a encontrar, así que decidí acercarme por fin por el local donde trabajaba y aceptar su invitación.
Sonreí al ver lo guapo que estaba con ese uniforme blanco y negro.
-Buenos días.
-Buenos días señorita, ¿qué desea?-Me guiñó un ojo y me devolvió la sonrisa.
Con esos pequeños gestos mi corazón comenzó a latir deprisa y me recorría ese cosquilleo que años atrás había llegado a sentir.
-¿Estás bien?-Se preocupó el chico.
-¡Oh, sí, perdón! Me estaba acordando de algo.
-¿De qué? Si se puede saber…
-De…-<<Tierra trágame por favor>>
-¿De lo bien que lo pasábamos juntos?-Dijo ¿sonrojado?
-Sí.-Terminé confesando mientras mis mejillas se encendían de nuevo.
Él se quedó en silencio por unos segundos hasta que con voz temblorosa me preguntó que quería tomar.
En seguida me preparó mi café con leche y me regaló una galleta de chocolate.
-¿Cuánto es?
-Nada, invita la casa.-Me sonrió.
-No hace falta…
-Sí hace falta.
-Gracias entonces.
Los dos nos quedamos mirando por unos segundos hasta que alguien lo llamó.
Era una chica morena con el pelo rizado, ojos marrones y grandes, un piercing en la nariz y unos hoyuelos que se le marcaban al sonreír.
-Hola amor.-Dijo inclinándose hacia la barra para darle un pico.
<<Espera, ¿QUÉ?>>
Mi cara palideció por un momento y dejé de escuchar y ver nada más que como esa chica sonreía y miraba con ternura a Byron.
Sin embargo él estaba poco receptivo y eso en seguida lo notó.
-Que no me pasa nada, solamente estoy algo cansado a penas dormí anoche.
-Ya claro…
-Es verdad, Shana, además tenemos mucho jaleo aquí.
La chica miró a su alrededor y comprobó que de verdad había mucha gente y entonces fue cuando se percató de cómo los estaba mirando.
Aparté mi vista de ellos y la fijé en mi café, el cual lo bebí de un trago y me marché al servicio.
Cuando volví Shana ya no estaba y Byron tampoco.
¿Habrían discutido por mí?
Suspiré y tras despedirme de la camarera que ocupaba el lugar del chico me volví a casa.
Llegué, saludé a mi tía con un simple hola y subí hacia mi antiguo dormitorio.
Y no sé por qué me entraron muchísimas ganas de llorar, pero el sonido de la puerta abriéndose hizo que me contuviera.
Era mi tía, preocupada se acercó hacia mí y me abrazó.
Y ahí fue cuando mis lágrimas empezaron a salir sin parar durante media hora mínimo.
Kim no decía nada pues sabía que primero debía calmarme y después hablaría.
Sin embargo no tenía ganas de contárselo a nadie pues ni yo comprendía por qué actuaba así.
Lo único que me podía distraer eran los chistes malos de Dave, pero estaba muy lejos y seguramente estaría trabajando, además que no me apetecía que descubriera que me encontraba mal.
Decidí llamar a Taylor y como en los viejos tiempos trajo una tarrina de helado para comerla mientras veíamos una película de comedia.
Me reí bastante, pero en el fondo seguía mal y ella lo sabía.
-¿Qué es lo que te pasa realmente?
-Nada.
-Mira, sé que en estos últimos años no he sido la mejor amiga que alguien pueda tener, que la distancia y el tener a Trevor como novio no han ayudado nada, pero sigo aquí a tu lado y no puedes mentirme diciendo que estás bien porque me he criado contigo y te conozco perfectamente.
>>Sé que te pasa algo y no voy a parar hasta que te desahogues conmigo.
-¿Te podrías quedar a dormir hoy conmigo?
-Claro que sí, había quedado con Trevor pero que le den, prefiero estar contigo.-Me sonrió.
-Gracias.-La abracé.

En ese instante me di cuenta de lo mucho que la había echado de menos, y de lo tonta que había sido por haberme alejado tanto de ella.
Taylor había sido mi amiga desde el colegio y aunque nuestros caminos se separaban de vez en cuando seguíamos estando igual de unidas que siempre, incluso más.

Decidí contarle lo que había sucedido con Byron desde mi vuelta a la ciudad, y ella me escuchaba atenta.
-¡Pues qué le den! Es así de fácil.
-¿Fácil? No, no lo es.
-¿Por qué no? Ya lo dejaste escapar una vez, él se lo pierde. Vuelve a León con tu querido Dave y cásate con él.
-¡Ala la otra! Dave y yo solo somos mejores amigos.
-¡Oh no! ¡No me digas que también te gusta él!
-¿Dave? ¡No!
-Ya, ya…
-¡Es verdad! Además que estábamos hablando de Byron.
-¡Niña tienes un cacao mental…!
-No, no lo tengo. Vuelvo a sentir algo por Byron, eso lo tengo claro, pero está ocupado así que no me queda de otra que evitarlo.
-No se pueden evitar los sentimientos así como así, además por unas se dejan a otras…
-Yo no quiero estropear una relación, me comería la culpa después.

POLOS OPUESTOS II C.III


Capítulo III


Resopló.
-Desde hace un año casi…Estábamos tomando un café en mi casa cuando de repente su expresión cambió, yo me asusté y le dije que si le pasaba algo, pero ella en vez de contestar cogió su bolso y se marchó sin despedirse si quiera.
>>Yo me asusté mucho pues mi madre sufría de lo mismo, así que la seguí, ella andaba rápido cuando de repente se cayó al suelo. Rápidamente llamé a una ambulancia y la trajeron aquí, te quise llamar pero cuando abrió los ojos me dijo que no lo hiciera, que solo había sido un pequeño susto.
-¿Y desde entonces le ha pasado muchas veces?-Dije con la cara pálida.
-Muchas no, pero sí en otra ocasión.
-¿Y  por qué tampoco me avisó?
-Yo la insistía pero no me dejaba, sin embargo le dije que como volviera a pasarle te avisaría y eso hice.
-Gracias supongo…
-Irá todo bien.
Asentí intranquila y continuamos el camino hacia la habitación.

Poco después Kim abrió los ojos y sonrió al verme allí aunque se puso seria al ver lo enfadada que estaba con ella.
Supuso que lo había descubierto e intentó disculparse pero hasta después de unos minutos mi enfado no se había marchado.
Sin embargo pensé en que no merecía la pena estar así con ella y mucho menos cuando temía que solo le quedara poco tiempo de vida, a pesar de que todos me decían lo mismo, que iba a salir todo bien y que era muy fuerte.
Yo asentía intentando convencerme de que ellos tenían razón.
Y la tuvieron, puesto que dos días después ya estábamos en su casa.
La fecha de vuelta a León era incierta pues quería aprovechar los días libres que me quedaban para estar con ella, sin embargo Dave tuvo que volver al trabajo y su ausencia la notaba ya que necesitaba sus ánimos…
Aunque Kim parecía estar cada vez mejor, yo no paraba de pensar que en cualquier momento podría volver a tener otro infarto.
Ella intentaba seguir las recomendaciones que su médico le daba pero alguna que otra no conseguía, como por ejemplo salir a tomar el aire de vez en cuando, porque decía que como mejor estaba era tumbada en el sofá viendo la televisión.
Yo no quería abandonarla en ningún momento pero tantas horas encerradas en casa me estaban agobiando así que decidí salir a dar un paseo a la manzana, pequeño pero suficiente.
Así que cogí mi bolso y comencé a andar.
Sin embargo me arrepentí más tarde de haber salido pues esos ojos azules que tanto me hipnotizaron en el pasado, volvieron a mirarme de nuevo.
-Ariel…
-Byron…
Nos quedamos en un silencio incómodo.
Habían pasado cinco años desde que me alejé de él y no sabía que hacer al tenerlo de frente.
-¿Qué tal estás?-Se atrevió a preguntar.
-Bien, ¿y tú?
-Bien también.
Los dos medio sonreímos por unos segundos.
-Hacía mucho que no te veía por aquí.
-Sí, es que ya no vivo aquí…Solo que he venido a pasar unos días.
-Pues espero que los disfrutes.
-Sí…
Otra vez en silencio.
-Bueno tengo que seguir mi camino si me disculpas…
-Oh claro, y yo… Me alegro de volver a verte.
-Lo mismo digo.
Ambos nos pusimos nerviosos sin saber si darnos dos besos, abrazarnos o… no hacer nada.
Me despedí con un movimiento de mano y continué mi camino.

POLOS OPUESTO II C. II


Capítulo II 

Los minutos y las horas parecían ser eternas pues cada vez que miraba el reloj tan solo habían pasado 5 minutos y mi tía Kim seguía como la había encontrado.
Mis ojos cada vez se me hacían más pesados pero temía que me durmiera y le pasara algo malo.
Sin embargo hubo un momento en el que el sueño me venció.
Cuando me desperté Dave me miraba con una sonrisa tierna.
-¿Por qué me miras así?
Mi amigo se percató de que me había dado cuenta y se puso serio.
-No te miraba de ninguna forma.
-Ya claro, y voy yo y me lo creo.-Le saqué la lengua.
-Me alegro de que vuelvas a estar contenta.
-No lo estoy, pero ya sabes la capacidad que tengo de sonreír aun estando rota por dentro.
Él asintió, me rodeó con sus brazos y me dio un beso en mi cabello.
Ese pequeño gesto siempre me había encantado e incluso hay momentos en los que llego a pensar que me estoy enamorando de mi mejor amigo.
Sin embargo nunca se lo he confesado por miedo a ser rechazada.
-¿En qué piensas ahora?-Me preguntó él con una sonrisa.
-En la suerte que tengo de tenerte.
-¿Y eso?-Abrió mucho los ojos.
-Porque estás aquí cuando más te necesito.
-Siempre lo estaré y lo sabes, no te librarás de mí tan fácilmente.
Nos intercambiamos miradas pero que fueron interrumpidas por una voz femenina.
-¿No pensabais avisarme de vuestra llegada?-Dijo Taylor frunciendo el ceño.
-¡TAYLORRRR!-Fui rápidamente a abrazarla.
-¡Cómo te echaba de menos!-Me dijo entre lágrimas.
Tras unos minutos de achuchones y besos saludé a Trevor con dos besos mientras Dave saludaba a mi mejor amiga.
-Perdón por no haberte avisado, lo único en lo que pensaba era en mi tía.
-Tranquila mi niña, ya me lo imaginé… ¿Cómo está?
-Pues dormida, parece que está estable pero debe permanecer aquí unos cuantos días para ver como evoluciona.
-Saldrá de esta, tu tía es muy fuerte.
-Espero…-Suspiré.- ¿Y cómo te has enterado de qué estábamos aquí?
-Avisaron a mi madre primero, y ella les dijo que te avisaran a ti también.
-¿Y por qué a ella primero?
-Según me dijo tu tía cuando te fuiste puso el número de ella como prioridad ante emergencias pues no quería asustarte en caso de que fuera algo menos grave, y mi madre sería quien diría a los médicos que te avisaran después.
-Pero… ¿le ha pasado más cosas durante estos años y yo no me he enterado?
-Que yo sepa no.
Pero su mirada escondía algo.
¿Le había pasado más veces? ¿Por qué no quería que me enterase?
-Taylor…
-¿Seguro que ha estado bien hasta este momento?
-Eh…
Justo en ese momento vino una celadora que nos mandó salir un momento de la habitación.
-¿Y tu madre por qué no ha venido todavía?
-Sí lo hizo, pero se tuvo que ir a trabajar, estará a punto de volver.
Asentí con la cabeza.
Taylor me había preocupado al decir eso y no dejaba de darle vueltas.
Tras unos minutos más pudimos entrar de nuevo en la habitación.
-Oye voy a comer algo, ¿te vienes?
-No Dave, prefiero quedarme aquí…
-Pero debes comer algo, llevamos aquí mucho tiempo y no has comido nada desde este mediodía.
-Cariño puedes bajar, Trevor y yo nos quedaremos aquí, si pasa algo te llamo.
-¿Segura?
Mi mejor amiga me dio una sonrisa de confianza que me convenció para ir a comer algo.

Después de comer un sándwich vegetal y beber una Coca-Cola cada uno, Dave y yo volvíamos a la habitación cuando apareció la madre de Taylor.
-Hola Ariel, ¡cuánto tiempo!-Me dio dos besos.
-Hola Silvia.-Le sonreí.
-¿Despertó tu tía?
-No, al menos hasta que he bajado yo seguía durmiendo.
-Ah.
-Taylor me ha dicho que te avisaron primero, ¿por qué?
-Porque tu tía no quería preocuparte demasiado estando tú tan lejos.
-Así es como más me ha preocupado, ¿es la primera vez que le pasa?
Su silencio me confirmó lo que yo sospechaba.
-¿Cuándo?
-¿Cuándo qué?
-No te hagas la loca, no es la primera vez, ¿verdad?



POLOS OPUESTOS II C.I.


Capítulo I

Era un día caluroso y alegre a pesar de estar en otoño; llevaba una camiseta de tirantes en color rosa con letras formando dos palabras “Ibiza Beach” alrededor de una palmera blanca y unas mallas negras.
Me encontraba leyendo “Antes de ti” de Jojo Moyes en mi balcón a la luz del sol, cuando Dave me pasó mi móvil pues tenía una llamada de Kim.
-Hola tía, ¿qué tal?-Saludé con una gran sonrisa.
Sin embargo mi cara palideció al escuchar que no era mi tía, sino una médica del hospital donde estaba ingresada Kim tras un infarto.
Dave al percatarse de cómo mi expresión cambió preguntó preocupado qué es lo que pasaba, aunque hasta que no colgué no se enteró de la noticia.
En seguida hicimos una pequeña maleta y cogimos el primer avión hacia nuestra antigua ciudad.
Iba demasiado nerviosa a pesar de haber llorado con Dave, y que él, me abrazara fuerte me había aliviado un poco.
En cuanto pisé el hospital pregunté en que habitación se encontraba, subí corriendo hasta la 2ª planta pero el médico no me dejaba pasar a verla todavía.
Me puse como loca gritando que me parecía injusto y que iba a entrar en ese momento con o sin su permiso.
Sin embargo, Dave me paró antes de tiempo y el médico avisó a los guardias que no hacía falta que vinieran ya.
Me pasé un buen rato llorando en la sala de espera, pero gracias a la compañía de mi mejor amigo pude tener la suficiente paciencia para aguantar otro poco más sin ver a mi tía, mi único familiar.
-¿Familia de Kim Cooper?-Preguntó una enfermera.
Rápidamente me levanté y fui hacia la habitación.
Cuando entré la vi allí con los ojos cerrados, con miles de cables y tubos por todos lados, y me asusté más que nunca.
La abracé con todas mis fuerzas intentando contener las lágrimas pero me era imposible.
-Está en estado estable aunque ha sufrido un grave infarto, deberá permanecer unos días ingresada y valoraremos como continúa.
>>Ahora está descansando y hasta dentro de unas horas no creo que despierte, hasta entonces no hace falta que esté yo cerca pero sí vendrán mis compañeras para comprobar que todo va bien, si despierta u oye un pitido continuo llámenos.
Asentí con la cabeza y Dave le dio las gracias de mi parte.
La enfermera abandonó la habitación y nosotros nos quedamos observándola.
-Va a salir todo bien, tu tía es muy fuerte, ya verás.-Me intentaba consolar mi amigo.