martes, 26 de noviembre de 2019

POLOS OPUESTOS II C.III


Capítulo III


Resopló.
-Desde hace un año casi…Estábamos tomando un café en mi casa cuando de repente su expresión cambió, yo me asusté y le dije que si le pasaba algo, pero ella en vez de contestar cogió su bolso y se marchó sin despedirse si quiera.
>>Yo me asusté mucho pues mi madre sufría de lo mismo, así que la seguí, ella andaba rápido cuando de repente se cayó al suelo. Rápidamente llamé a una ambulancia y la trajeron aquí, te quise llamar pero cuando abrió los ojos me dijo que no lo hiciera, que solo había sido un pequeño susto.
-¿Y desde entonces le ha pasado muchas veces?-Dije con la cara pálida.
-Muchas no, pero sí en otra ocasión.
-¿Y  por qué tampoco me avisó?
-Yo la insistía pero no me dejaba, sin embargo le dije que como volviera a pasarle te avisaría y eso hice.
-Gracias supongo…
-Irá todo bien.
Asentí intranquila y continuamos el camino hacia la habitación.

Poco después Kim abrió los ojos y sonrió al verme allí aunque se puso seria al ver lo enfadada que estaba con ella.
Supuso que lo había descubierto e intentó disculparse pero hasta después de unos minutos mi enfado no se había marchado.
Sin embargo pensé en que no merecía la pena estar así con ella y mucho menos cuando temía que solo le quedara poco tiempo de vida, a pesar de que todos me decían lo mismo, que iba a salir todo bien y que era muy fuerte.
Yo asentía intentando convencerme de que ellos tenían razón.
Y la tuvieron, puesto que dos días después ya estábamos en su casa.
La fecha de vuelta a León era incierta pues quería aprovechar los días libres que me quedaban para estar con ella, sin embargo Dave tuvo que volver al trabajo y su ausencia la notaba ya que necesitaba sus ánimos…
Aunque Kim parecía estar cada vez mejor, yo no paraba de pensar que en cualquier momento podría volver a tener otro infarto.
Ella intentaba seguir las recomendaciones que su médico le daba pero alguna que otra no conseguía, como por ejemplo salir a tomar el aire de vez en cuando, porque decía que como mejor estaba era tumbada en el sofá viendo la televisión.
Yo no quería abandonarla en ningún momento pero tantas horas encerradas en casa me estaban agobiando así que decidí salir a dar un paseo a la manzana, pequeño pero suficiente.
Así que cogí mi bolso y comencé a andar.
Sin embargo me arrepentí más tarde de haber salido pues esos ojos azules que tanto me hipnotizaron en el pasado, volvieron a mirarme de nuevo.
-Ariel…
-Byron…
Nos quedamos en un silencio incómodo.
Habían pasado cinco años desde que me alejé de él y no sabía que hacer al tenerlo de frente.
-¿Qué tal estás?-Se atrevió a preguntar.
-Bien, ¿y tú?
-Bien también.
Los dos medio sonreímos por unos segundos.
-Hacía mucho que no te veía por aquí.
-Sí, es que ya no vivo aquí…Solo que he venido a pasar unos días.
-Pues espero que los disfrutes.
-Sí…
Otra vez en silencio.
-Bueno tengo que seguir mi camino si me disculpas…
-Oh claro, y yo… Me alegro de volver a verte.
-Lo mismo digo.
Ambos nos pusimos nerviosos sin saber si darnos dos besos, abrazarnos o… no hacer nada.
Me despedí con un movimiento de mano y continué mi camino.

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