Capítulo Seis
Por la tarde decidieron dar un paseo para conocer el pueblo
y de vez en cuando pararon para hacerse fotos con las bonitas vistas que
tenían, después de cenar decidieron salir al jardín y tumbarse en el césped
para ver las estrellas.
Se quedaron hasta tarde comentando cosas sobre la astronomía
hasta que Alba se quedó dormida en el pecho del chico.
Álvaro se levantó con cuidado de no despertarla, la cogió en
brazos, la llevó a su habitación y la tumbó en la cama.
Tras una mirada enternecedora y un beso en la frente se fue
a dormir a su cama.
A la mañana siguiente Álvaro se levantó pronto para ir a una
tienda a por algo de desayunar, cuando llegó entró en la cocina y se puso manos
a la obra.
Cuando el batido de fresa, las tortitas y los cruasanes estaban
listos fue a despertar a la princesa.
-Buenos días preciosa.-Susurró en su oído, pero esta no se
movió ni un milímetro.
Empezó a darle besos por toda la cara, excepto en los labios
pues no quería que se enfadara, y poco a poco los ojos de la chica se fueron
abriendo.
-Buenos días pequeña, ¡por fin despertaste!
-Bue…nos días.-Puso una cara extraña al darse cuenta de cómo
la había despertado.
-Te he preparado un delicioso desayuno, ¿quiere acompañarme
o se lo traigo a la cama, señorita?
-Voy, no quiero manchar la cama ni dejar migas…Solo dame un
par de minutos en los que me visto.
El chico asintió y la esperó en la cocina.
Alba se levantó de la cama tras estirarse, abrió su maleta y
buscó el conjunto que había pensado ponerse para ese día, se lavó la cara, se
peinó, se puso las zapatillas de casa y fue en busca de Álvaro.
-Wow, no creo que pueda comer todo…
-Tranquila, ya sabes que yo soy muy tragón, seguro que no
sobra nada.
Los dos rieron y comenzaron a desayunar.
La mañana pasó tranquila, estuvieron hablando un poco de
todo hasta que se quedaron en silencio sin saber de que hablar.
Sin embargo, Álvaro recordó lo que unos días antes le
propuso su ex para ese viaje.
-¿Qué tal si hacemos las preguntas que dijiste?
Alba asintió un poco insegura pero sonrió para esconder sus
nervios.
-Empieza preguntando tú.
-Está bien…-Empezó a pensar.- ¿Has… estado hablando con
alguna chica nueva durante estos últimos meses?
La sorpresa de Álvaro se notaba a mil leguas, ¿en serio
creía que…?
-¡No! Aunque estuviésemos peleados no me he buscado a nadie
más, no soy de esos…
-Ah.
Un silencio incómodo llegó, aunque no duró mucho pues Álvaro
soltó aquella pregunta que rondaba desde hacía unos días.
-¿Quién es Miki?
-Mi primo.-Sonrió Alba.
-¿Cóo…mo?
-Sí, es mi primo, se fue hace unos cuantos años a estudiar
periodismo en Granada, le contrataron después de las prácticas y desde entonces
vivía allí.
-Yo pensé que…
-¿Era algún lío mío?
-No…Sí, no sé.
-Tranquilo Álvaro, el es mi primo, y no he estado hablando
con ningún otro chico… salvo con mis amigos, pero ya los conoces.
El chico suspiró aliviado.
-¿Si decido darte otra oportunidad… vas a volver a
comportarte como un idiota?
-¿Estás loca? Te he perdido una vez por serlo, ya te dije
que no quiero volver a hacerte daño.
Parecía sincero, escuchar esas palabras tentaron a Alba de
besarlo pero recordó lo que ella misma dijo el día anterior así que simplemente
apartó la mirada.
-¿No me crees?-Preguntó confuso tras su reacción.
-Claro que sí, Álvaro…Pero...
-¿Pero qué?
-No…Nada, olvídalo.
-¿Qué te pasa Alba? ¿Por qué unos ratos estás receptiva y
otros ratos te alejas?
-Es que…
-¿No confías en mí?
-Sí…Pero no lo suficiente.-Terminó admitiendo.
-Pues así no vamos a ninguna parte, creo que me lo estoy
currando mucho para demostrarte que te amo y quiero volver contigo.
-Lo sé Álvaro, si no te digo que no, pero me es difícil
olvidar como te comportaste…Y es normal que tenga ese miedo de que vuelvas a
hacerlo, por mucho que confíe en ti.
-Pues si piensas así es que de verdad no quieres volver conmigo,
te veo confusa y yo tampoco quiero perder el tiempo en demostrarte mi amor si
al final me vas a mandar a tomar por culo.
-No he dicho eso.
-Pero lo piensas, Alba, no creo que termines aceptando
volver conmigo.
-Estoy poniendo de mi parte también.
-Pues no mucho, porque cada vez que me acerco te terminas
alejando, ni siquiera quieres que te bese.
-¿Crees que porque volvamos a besarnos voy a terminar
aceptando? Me puedes conquistar de nuevo sin besarme, como lo hiciste una
primera vez, pero veo que el que no quiere volver eres tú, simplemente vas a lo
que vas.
-¿Qué? ¿Crees que voy a lo que voy? Si ni siquiera te he
propuesto de hacerlo.
-Eso…Es verdad…Pero…
-¿Ves? ¡Estás confusa Alba! Y no quiero perder el tiempo,
así que prefiero no intentarlo más y que cada uno siga con sus vidas.
Los ojos de Alba comenzaron a aguarse, quería llorar pero no
delante de él, así que abandonó la cocina y se encerró en su cuarto.
Sin embargo esta vez Álvaro no la siguió ni intentó
consolarla, la dejó ahí llorando sola, e incluso comenzó a preparar la maleta.
Tenía la decisión tomada y lo mejor era volver a su casa.