jueves, 7 de noviembre de 2019

UN AMOR INESPERADO (180º II) E.


Epílogo

Atención pasajeros, el vuelo hacia París está a punto de terminar. Permanezcan en sus asientos hasta que el vehículo esté completamente parado. Espero que hayan disfrutado de su vuelo con la aerolínea Iberia. Gracias.
-¡Ayyyyy, no me puedo creer que estemos llegando a París!-Exclama Naira nerviosa zarandeando a su compañera de viaje.
-Pues créetelo, es tu regalo de cumpleaños, cielo.-Sonríe Alba al verla tan emocionada.
-¡Mil gracias! ¡No sé como te podré recompensar!
-Tranquila, ya te diré como lo puedes hacer cuando sea el momento indicado.
Naira va a abrir la boca para preguntar de qué se trata cuando el avión aterriza y para por completo.
-¡NOUS SOMMES À PARIS!-Grita la palentina buscando su maleta de mano para salir del avión en cuanto antes.
-¡Ya, calma!-Se ríe su acompañante.
-¡Es que mi sueño se está haciendo realidad! ¡No puedo calmarme!
Alba niega con la cabeza, la abraza y bajan del avión.
Buscan sus maletas, salen del aeropuerto y se suben en un taxi para ir hacia el hotel en el que se quedarán durante ese fin de semana.
(***)
El viaje está siendo fantástico, sobre todo para Naira, quien sigue pensando que está en un sueño.
Han visitado casi toda una parte de la ciudad, se han hecho fotos, han comido en distintos restaurantes, probado comidas exclusivas de allí y lo más importante ¡se están divirtiendo un montón!
Pero lo que no sabe la palentina es la gran sorpresa que le espera en lo alto de la Torre Eiffel, con las luces de la ciudad como fondo.
Alba no ha parado de darle vueltas a lo que le va a decir y se ha imaginado mil respuestas diferentes, haciendo que sus nervios aumenten por momentos pero que intenta disimular con una sonrisa o cambiando de temas cada dos por tres.
-¿Te pasa algo, cielo?-La pregunta su amiga.
-No, ¿por qué?
-Te veo no sé, muy inquieta.
-Oh no, solo que… quiero darte mi regalo ya.-Miente.
-¿Tu regalo? ¡Si ya estamos en París! ¿A caso tienes otro?
-Sí.-Se sonroja.
-¡No hacía falta! Bastante te habrá costado el viaje completo…
-Es que es muy especial, y no… cuesta dinero, tranquila.
-Ah bueno.
Las dos sonríen y siguen caminando.
¡Por fin llegan al monumento más conocido de la ciudad!
Tras subir a la torre admiran las vistas, Naira París y Alba su mejor amiga, de quien depende ahora lo que le va a decir.
¡Le ha costado mucho, y se negaba al principio! Pero llegó la hora de confesar lo que lleva tiempo queriendo decirle.
-Naira.-La llama sin dejar de admirar su belleza.
-Dime.-Se da media vuelta para cruzarse con su mirada.
La palentina se pone algo nerviosa tras ver la expresión de Alba.
¿No estará pensando en…? ¡No puede ser verdad!
-Te quiero.-Sonríe.
-Yo también te quiero.-Le devuelve la sonrisa.
-Pero…Yo te quiero de una manera distinta a la que imaginas.-Se acerca un poco más a ella, la coge de las manos y tras sonreír le dice todo lo que había escrito hacía unos días para después memorizarlo.
-Te quiero no como una amiga o una hermana, sé que es difícil de entender, yo al principio me negaba, pensé que solo eran imaginaciones de Álvaro, pero él tenía razón, te quiero como mi acompañante de vida, como mi compañera de besos, mi cómplice de miradas, de locuras, te quiero como a…una novia.-Sus ojos comienzan a brillar y a aguarse pero se contiene.-Sí, me has escuchado bien. Sé que siempre hemos bromeado cuando nos salían mal las relaciones sobre que algún día nos casaríamos y viviríamos juntas, que tendríamos nuestros propios niños y dejaríamos de lado a los chicos, en plan pareja, porque son todos unos idiotas, y sí al principio eran bromas, pero dicen que en cada broma siempre hay un poco de verdad, y al final… ha terminado siendo cierto que quiero que seas mi novia, que nos olvidemos de todo lo malo, quiero arriesgarme y por eso decidí empezar con regalarte este viaje donde me declararía y tú aceptarías y comeríamos perdices, o también donde me rechazarías y yo tendría que bajarme de las nubes.
Naira no reacciona, se ha quedado en shock, pero al ver como sonríe y como llora de la emoción, se acerca rápidamente a Alba, la abraza por unos segundos y por fin… ¡La besa en los labios!
-Yo también te quiero como novia, y quiero que cuidemos juntas de Irina, que ella no te llame tita, sino mamá.-Sonríe.
-¿De verdad?
-¡De verdad!



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