martes, 26 de noviembre de 2019

POLOS OPUESTOS II C. V


Capítulo V


 Durante las horas siguientes Taylor se encargó de evitar hablar del tema y se lo agradecía.
Nos pasamos la tarde viendo películas de nuestra infancia, comiendo palomitas y bailando al son de la música mientras imaginábamos que éramos cantantes profesionales.
Después de cenar volvimos a mi habitación y estuvimos planeando qué hacer durante el poco tiempo que me quedaba en la ciudad hasta que el sueño se apoderó de nosotras y decidimos que ya era hora de dormir.

Al día siguiente decidimos ir a desayunar al Roscoking, un local donde vendían donuts, tortitas, gofres, batidos, bebidas calientes y un montón de cosas más.
Era nuestro sitio favorito desde que lo abrieron y durante estos años lo había echado mucho de menos.
Yo me pedí unas tortitas con sirope de fresa y un zumo de naranja mientras que mi amiga se pidió unas tostadas y un café con leche.
-¡Wow! Sí que está rico después de tanto tiempo sin probarlo…-Dije tras llevarme un trozo a la boca.
-Siempre está rico.-Rió mi amiga.
Después de ser unas gochas decidimos ir a dar un paseo por uno de mis parques favoritos.
Íbamos charlando cuando de repente un joven de 13 años se acerca a mí muy nervioso.
-Hola, ¿eres Ariel?
Me quedé extrañada al ver que conocía mi nombre, me fijé más en él para ver si lo conocía.
-¡MARVIN!-Sonreí feliz dándole un abrazo fuerte.
-Sí, sí eres tú.-Me devolvió la sonrisa.
-¡Qué grande estás! Y guapo por supuesto.-Le guiñé el ojo.
-Gracias…-Se sonrojó.
-Por cierto, ¿tus hermanas están aquí?
-No, están en casa, yo iba a ir ahora para allá. Si quieres puedes venir y así saludas a todos.
-¡Claro, me encantaría!
-Lo único que Eddy y Aria no están, se independizaron hace un año.
-¡Oh, vaya! ¿Pero están en la ciudad?
-Eddy no, pero Aria sí.
-¿Y me podrías dar la dirección de tu hermana?
-Claro, se pondrá muy contenta de verte.
Los dos sonreímos y tras presentarle a mi amiga Taylor nos pusimos de camino a casa de los Cooper.
Cuando llegamos me quedo observando a  mi alrededor esperando encontrar algún cambio pero todo seguía igual.
Marvin sacó sus llaves y abrió la puerta, se hizo a un lado para que pudieramos pasar y cuando él entró la cerró.
-¡Mamá, papá tenemos visita!-Gritó el chico mientras dejaba las llaves en el mueble de la entrada.
-¿Quién ha…?-Comenzó a decir Jessica.- ¡ARIEL!-Avanzó rápido hasta mí y me dio un fuerte abrazo.
-¡Cuánto tiempo!-Dijo Ezra esperando su turno para saludarme.
-¿Qué tal estás?
-Bien, llevo una semana en la ciudad pero dentro de poco tendré que volver a León.
-Vaya, ¡qué pena que tengas que irte tan pronto!-Dijo Jessica.-Por cierto cariño, avisa a las niñas de que Ariel está aquí.
-Claro mamá.
Taylor se quedó mirándonos sin saber qué hacer ni que decir así que les presenté y fuimos todos al salón donde segundos después aparecieron 3 niñas corriendo.
-¡ARIEEEEEEEEL!-Me dieron un abrazo grupal.
-Hola chicas.-Sonreí.- ¡Qué grandes estáis las tres! Se nota que habéis comido muy bien.
-¡Sí!-Dice Rosie.
-¡Y ya no tenemos ningún diente de leche! ¡Somos muy mayores!-Continua Jodie.
-¡Y el ratoncito Perez nos ha traído muchas cosas!-Termina Lilith.
-¿Sí? Tendréis que enseñármelo entonces.
-¡Claro!

Estuvimos como una hora poniéndonos al día entre todos, Jessica me dio la dirección de Aria y me contó que Eddy seguía con Thalía y que se mudaron a Londres.
De Aria no me contaron mucho pues decidieron que sería mejor que me lo contase ella en persona, así que me fui con intriga de saberlo.
Taylor y yo nos despedimos de todos y les prometí que los visitaría antes de volverme a León.
Después de la visita a la familia Cooper volvimos a mi casa aunque mi amiga se quedó un rato más y después se fue con su novio a pesar de que ella insistía en quedarse conmigo, yo le animé a que fuera con él y le dije que no se preocupara por mí.

Haber visto a los niños que cuidé me subieron el ánimo y por suerte no estaba Byron en casa por lo que terminó siendo una buena mañana.


POLOS OPUESTOS II C. IV

Capítulo IV


Durante los tres días siguientes cada vez que salía a tomar un poco el aire me encontré con Byron.
Al principio el ambiente era muy tenso pero a lo largo del tiempo parecíamos muy buenos amigos, incluso se atrevió a invitarme a su bar.
Yo acepté encantada olvidándome de todo lo malo que sucedió en el pasado.
Al día siguiente salí a propósito para ver si me lo encontraba, pero tuve tan mala suerte que durante varios días no me lo volví a encontrar, así que decidí acercarme por fin por el local donde trabajaba y aceptar su invitación.
Sonreí al ver lo guapo que estaba con ese uniforme blanco y negro.
-Buenos días.
-Buenos días señorita, ¿qué desea?-Me guiñó un ojo y me devolvió la sonrisa.
Con esos pequeños gestos mi corazón comenzó a latir deprisa y me recorría ese cosquilleo que años atrás había llegado a sentir.
-¿Estás bien?-Se preocupó el chico.
-¡Oh, sí, perdón! Me estaba acordando de algo.
-¿De qué? Si se puede saber…
-De…-<<Tierra trágame por favor>>
-¿De lo bien que lo pasábamos juntos?-Dijo ¿sonrojado?
-Sí.-Terminé confesando mientras mis mejillas se encendían de nuevo.
Él se quedó en silencio por unos segundos hasta que con voz temblorosa me preguntó que quería tomar.
En seguida me preparó mi café con leche y me regaló una galleta de chocolate.
-¿Cuánto es?
-Nada, invita la casa.-Me sonrió.
-No hace falta…
-Sí hace falta.
-Gracias entonces.
Los dos nos quedamos mirando por unos segundos hasta que alguien lo llamó.
Era una chica morena con el pelo rizado, ojos marrones y grandes, un piercing en la nariz y unos hoyuelos que se le marcaban al sonreír.
-Hola amor.-Dijo inclinándose hacia la barra para darle un pico.
<<Espera, ¿QUÉ?>>
Mi cara palideció por un momento y dejé de escuchar y ver nada más que como esa chica sonreía y miraba con ternura a Byron.
Sin embargo él estaba poco receptivo y eso en seguida lo notó.
-Que no me pasa nada, solamente estoy algo cansado a penas dormí anoche.
-Ya claro…
-Es verdad, Shana, además tenemos mucho jaleo aquí.
La chica miró a su alrededor y comprobó que de verdad había mucha gente y entonces fue cuando se percató de cómo los estaba mirando.
Aparté mi vista de ellos y la fijé en mi café, el cual lo bebí de un trago y me marché al servicio.
Cuando volví Shana ya no estaba y Byron tampoco.
¿Habrían discutido por mí?
Suspiré y tras despedirme de la camarera que ocupaba el lugar del chico me volví a casa.
Llegué, saludé a mi tía con un simple hola y subí hacia mi antiguo dormitorio.
Y no sé por qué me entraron muchísimas ganas de llorar, pero el sonido de la puerta abriéndose hizo que me contuviera.
Era mi tía, preocupada se acercó hacia mí y me abrazó.
Y ahí fue cuando mis lágrimas empezaron a salir sin parar durante media hora mínimo.
Kim no decía nada pues sabía que primero debía calmarme y después hablaría.
Sin embargo no tenía ganas de contárselo a nadie pues ni yo comprendía por qué actuaba así.
Lo único que me podía distraer eran los chistes malos de Dave, pero estaba muy lejos y seguramente estaría trabajando, además que no me apetecía que descubriera que me encontraba mal.
Decidí llamar a Taylor y como en los viejos tiempos trajo una tarrina de helado para comerla mientras veíamos una película de comedia.
Me reí bastante, pero en el fondo seguía mal y ella lo sabía.
-¿Qué es lo que te pasa realmente?
-Nada.
-Mira, sé que en estos últimos años no he sido la mejor amiga que alguien pueda tener, que la distancia y el tener a Trevor como novio no han ayudado nada, pero sigo aquí a tu lado y no puedes mentirme diciendo que estás bien porque me he criado contigo y te conozco perfectamente.
>>Sé que te pasa algo y no voy a parar hasta que te desahogues conmigo.
-¿Te podrías quedar a dormir hoy conmigo?
-Claro que sí, había quedado con Trevor pero que le den, prefiero estar contigo.-Me sonrió.
-Gracias.-La abracé.

En ese instante me di cuenta de lo mucho que la había echado de menos, y de lo tonta que había sido por haberme alejado tanto de ella.
Taylor había sido mi amiga desde el colegio y aunque nuestros caminos se separaban de vez en cuando seguíamos estando igual de unidas que siempre, incluso más.

Decidí contarle lo que había sucedido con Byron desde mi vuelta a la ciudad, y ella me escuchaba atenta.
-¡Pues qué le den! Es así de fácil.
-¿Fácil? No, no lo es.
-¿Por qué no? Ya lo dejaste escapar una vez, él se lo pierde. Vuelve a León con tu querido Dave y cásate con él.
-¡Ala la otra! Dave y yo solo somos mejores amigos.
-¡Oh no! ¡No me digas que también te gusta él!
-¿Dave? ¡No!
-Ya, ya…
-¡Es verdad! Además que estábamos hablando de Byron.
-¡Niña tienes un cacao mental…!
-No, no lo tengo. Vuelvo a sentir algo por Byron, eso lo tengo claro, pero está ocupado así que no me queda de otra que evitarlo.
-No se pueden evitar los sentimientos así como así, además por unas se dejan a otras…
-Yo no quiero estropear una relación, me comería la culpa después.

POLOS OPUESTOS II C.III


Capítulo III


Resopló.
-Desde hace un año casi…Estábamos tomando un café en mi casa cuando de repente su expresión cambió, yo me asusté y le dije que si le pasaba algo, pero ella en vez de contestar cogió su bolso y se marchó sin despedirse si quiera.
>>Yo me asusté mucho pues mi madre sufría de lo mismo, así que la seguí, ella andaba rápido cuando de repente se cayó al suelo. Rápidamente llamé a una ambulancia y la trajeron aquí, te quise llamar pero cuando abrió los ojos me dijo que no lo hiciera, que solo había sido un pequeño susto.
-¿Y desde entonces le ha pasado muchas veces?-Dije con la cara pálida.
-Muchas no, pero sí en otra ocasión.
-¿Y  por qué tampoco me avisó?
-Yo la insistía pero no me dejaba, sin embargo le dije que como volviera a pasarle te avisaría y eso hice.
-Gracias supongo…
-Irá todo bien.
Asentí intranquila y continuamos el camino hacia la habitación.

Poco después Kim abrió los ojos y sonrió al verme allí aunque se puso seria al ver lo enfadada que estaba con ella.
Supuso que lo había descubierto e intentó disculparse pero hasta después de unos minutos mi enfado no se había marchado.
Sin embargo pensé en que no merecía la pena estar así con ella y mucho menos cuando temía que solo le quedara poco tiempo de vida, a pesar de que todos me decían lo mismo, que iba a salir todo bien y que era muy fuerte.
Yo asentía intentando convencerme de que ellos tenían razón.
Y la tuvieron, puesto que dos días después ya estábamos en su casa.
La fecha de vuelta a León era incierta pues quería aprovechar los días libres que me quedaban para estar con ella, sin embargo Dave tuvo que volver al trabajo y su ausencia la notaba ya que necesitaba sus ánimos…
Aunque Kim parecía estar cada vez mejor, yo no paraba de pensar que en cualquier momento podría volver a tener otro infarto.
Ella intentaba seguir las recomendaciones que su médico le daba pero alguna que otra no conseguía, como por ejemplo salir a tomar el aire de vez en cuando, porque decía que como mejor estaba era tumbada en el sofá viendo la televisión.
Yo no quería abandonarla en ningún momento pero tantas horas encerradas en casa me estaban agobiando así que decidí salir a dar un paseo a la manzana, pequeño pero suficiente.
Así que cogí mi bolso y comencé a andar.
Sin embargo me arrepentí más tarde de haber salido pues esos ojos azules que tanto me hipnotizaron en el pasado, volvieron a mirarme de nuevo.
-Ariel…
-Byron…
Nos quedamos en un silencio incómodo.
Habían pasado cinco años desde que me alejé de él y no sabía que hacer al tenerlo de frente.
-¿Qué tal estás?-Se atrevió a preguntar.
-Bien, ¿y tú?
-Bien también.
Los dos medio sonreímos por unos segundos.
-Hacía mucho que no te veía por aquí.
-Sí, es que ya no vivo aquí…Solo que he venido a pasar unos días.
-Pues espero que los disfrutes.
-Sí…
Otra vez en silencio.
-Bueno tengo que seguir mi camino si me disculpas…
-Oh claro, y yo… Me alegro de volver a verte.
-Lo mismo digo.
Ambos nos pusimos nerviosos sin saber si darnos dos besos, abrazarnos o… no hacer nada.
Me despedí con un movimiento de mano y continué mi camino.

POLOS OPUESTO II C. II


Capítulo II 

Los minutos y las horas parecían ser eternas pues cada vez que miraba el reloj tan solo habían pasado 5 minutos y mi tía Kim seguía como la había encontrado.
Mis ojos cada vez se me hacían más pesados pero temía que me durmiera y le pasara algo malo.
Sin embargo hubo un momento en el que el sueño me venció.
Cuando me desperté Dave me miraba con una sonrisa tierna.
-¿Por qué me miras así?
Mi amigo se percató de que me había dado cuenta y se puso serio.
-No te miraba de ninguna forma.
-Ya claro, y voy yo y me lo creo.-Le saqué la lengua.
-Me alegro de que vuelvas a estar contenta.
-No lo estoy, pero ya sabes la capacidad que tengo de sonreír aun estando rota por dentro.
Él asintió, me rodeó con sus brazos y me dio un beso en mi cabello.
Ese pequeño gesto siempre me había encantado e incluso hay momentos en los que llego a pensar que me estoy enamorando de mi mejor amigo.
Sin embargo nunca se lo he confesado por miedo a ser rechazada.
-¿En qué piensas ahora?-Me preguntó él con una sonrisa.
-En la suerte que tengo de tenerte.
-¿Y eso?-Abrió mucho los ojos.
-Porque estás aquí cuando más te necesito.
-Siempre lo estaré y lo sabes, no te librarás de mí tan fácilmente.
Nos intercambiamos miradas pero que fueron interrumpidas por una voz femenina.
-¿No pensabais avisarme de vuestra llegada?-Dijo Taylor frunciendo el ceño.
-¡TAYLORRRR!-Fui rápidamente a abrazarla.
-¡Cómo te echaba de menos!-Me dijo entre lágrimas.
Tras unos minutos de achuchones y besos saludé a Trevor con dos besos mientras Dave saludaba a mi mejor amiga.
-Perdón por no haberte avisado, lo único en lo que pensaba era en mi tía.
-Tranquila mi niña, ya me lo imaginé… ¿Cómo está?
-Pues dormida, parece que está estable pero debe permanecer aquí unos cuantos días para ver como evoluciona.
-Saldrá de esta, tu tía es muy fuerte.
-Espero…-Suspiré.- ¿Y cómo te has enterado de qué estábamos aquí?
-Avisaron a mi madre primero, y ella les dijo que te avisaran a ti también.
-¿Y por qué a ella primero?
-Según me dijo tu tía cuando te fuiste puso el número de ella como prioridad ante emergencias pues no quería asustarte en caso de que fuera algo menos grave, y mi madre sería quien diría a los médicos que te avisaran después.
-Pero… ¿le ha pasado más cosas durante estos años y yo no me he enterado?
-Que yo sepa no.
Pero su mirada escondía algo.
¿Le había pasado más veces? ¿Por qué no quería que me enterase?
-Taylor…
-¿Seguro que ha estado bien hasta este momento?
-Eh…
Justo en ese momento vino una celadora que nos mandó salir un momento de la habitación.
-¿Y tu madre por qué no ha venido todavía?
-Sí lo hizo, pero se tuvo que ir a trabajar, estará a punto de volver.
Asentí con la cabeza.
Taylor me había preocupado al decir eso y no dejaba de darle vueltas.
Tras unos minutos más pudimos entrar de nuevo en la habitación.
-Oye voy a comer algo, ¿te vienes?
-No Dave, prefiero quedarme aquí…
-Pero debes comer algo, llevamos aquí mucho tiempo y no has comido nada desde este mediodía.
-Cariño puedes bajar, Trevor y yo nos quedaremos aquí, si pasa algo te llamo.
-¿Segura?
Mi mejor amiga me dio una sonrisa de confianza que me convenció para ir a comer algo.

Después de comer un sándwich vegetal y beber una Coca-Cola cada uno, Dave y yo volvíamos a la habitación cuando apareció la madre de Taylor.
-Hola Ariel, ¡cuánto tiempo!-Me dio dos besos.
-Hola Silvia.-Le sonreí.
-¿Despertó tu tía?
-No, al menos hasta que he bajado yo seguía durmiendo.
-Ah.
-Taylor me ha dicho que te avisaron primero, ¿por qué?
-Porque tu tía no quería preocuparte demasiado estando tú tan lejos.
-Así es como más me ha preocupado, ¿es la primera vez que le pasa?
Su silencio me confirmó lo que yo sospechaba.
-¿Cuándo?
-¿Cuándo qué?
-No te hagas la loca, no es la primera vez, ¿verdad?



POLOS OPUESTOS II C.I.


Capítulo I

Era un día caluroso y alegre a pesar de estar en otoño; llevaba una camiseta de tirantes en color rosa con letras formando dos palabras “Ibiza Beach” alrededor de una palmera blanca y unas mallas negras.
Me encontraba leyendo “Antes de ti” de Jojo Moyes en mi balcón a la luz del sol, cuando Dave me pasó mi móvil pues tenía una llamada de Kim.
-Hola tía, ¿qué tal?-Saludé con una gran sonrisa.
Sin embargo mi cara palideció al escuchar que no era mi tía, sino una médica del hospital donde estaba ingresada Kim tras un infarto.
Dave al percatarse de cómo mi expresión cambió preguntó preocupado qué es lo que pasaba, aunque hasta que no colgué no se enteró de la noticia.
En seguida hicimos una pequeña maleta y cogimos el primer avión hacia nuestra antigua ciudad.
Iba demasiado nerviosa a pesar de haber llorado con Dave, y que él, me abrazara fuerte me había aliviado un poco.
En cuanto pisé el hospital pregunté en que habitación se encontraba, subí corriendo hasta la 2ª planta pero el médico no me dejaba pasar a verla todavía.
Me puse como loca gritando que me parecía injusto y que iba a entrar en ese momento con o sin su permiso.
Sin embargo, Dave me paró antes de tiempo y el médico avisó a los guardias que no hacía falta que vinieran ya.
Me pasé un buen rato llorando en la sala de espera, pero gracias a la compañía de mi mejor amigo pude tener la suficiente paciencia para aguantar otro poco más sin ver a mi tía, mi único familiar.
-¿Familia de Kim Cooper?-Preguntó una enfermera.
Rápidamente me levanté y fui hacia la habitación.
Cuando entré la vi allí con los ojos cerrados, con miles de cables y tubos por todos lados, y me asusté más que nunca.
La abracé con todas mis fuerzas intentando contener las lágrimas pero me era imposible.
-Está en estado estable aunque ha sufrido un grave infarto, deberá permanecer unos días ingresada y valoraremos como continúa.
>>Ahora está descansando y hasta dentro de unas horas no creo que despierte, hasta entonces no hace falta que esté yo cerca pero sí vendrán mis compañeras para comprobar que todo va bien, si despierta u oye un pitido continuo llámenos.
Asentí con la cabeza y Dave le dio las gracias de mi parte.
La enfermera abandonó la habitación y nosotros nos quedamos observándola.
-Va a salir todo bien, tu tía es muy fuerte, ya verás.-Me intentaba consolar mi amigo.

lunes, 25 de noviembre de 2019

POLOS OPUESTOS II S.E.


Sinopsis

Los sentimientos de Ariel permanecen latentes a pesar del miedo, del tiempo, del orgullo y de la distancia.
Sin embargo, una llamada desde el hospital de su ciudad natal hace que se reencuentre con su primer y único amor.
Pero ya es demasiado tarde pues él ya tiene a una fiel compañera.

Introducción

La marcha de Ariel fue más dura que cualquier otra situación desagradable por la que había podido pasar en estos 28 años.
Sin embargo, ella me salvó de caer en un mal hábito.
Ella me sonrió y me dijo que todo iba a salir bien, que el dolor iba a pasar y volvería a ser feliz.
Y la verdad que tuvo toda la razón, y de haberlo sabido la habría elegido mucho antes, habría contestado sus llamadas y aceptado su invitación para tomar un café.
Volvió arrepentida por haberme dejado escapar pero me prometió que todo iba a cambiar, que me iba a valorar y querer como nunca antes lo había hecho.
Y todo era perfecto, claro que sí, pero como siempre tuve que joderlo todo con mis dudas cuando esos ojos castaños, esa cabellera roja, esa sonrisa y esas pecas volvieron a mi ciudad.
Pensé que mis sentimientos habían cambiado, que ya no existían, pero como la primera vez ahí seguían haciendo que mi corazón casi se saliera de la boca.
¿Por qué tuvo que volver? ¿Por qué ahora?






jueves, 7 de noviembre de 2019

UN AMOR INESPERADO (180º II) E.


Epílogo

Atención pasajeros, el vuelo hacia París está a punto de terminar. Permanezcan en sus asientos hasta que el vehículo esté completamente parado. Espero que hayan disfrutado de su vuelo con la aerolínea Iberia. Gracias.
-¡Ayyyyy, no me puedo creer que estemos llegando a París!-Exclama Naira nerviosa zarandeando a su compañera de viaje.
-Pues créetelo, es tu regalo de cumpleaños, cielo.-Sonríe Alba al verla tan emocionada.
-¡Mil gracias! ¡No sé como te podré recompensar!
-Tranquila, ya te diré como lo puedes hacer cuando sea el momento indicado.
Naira va a abrir la boca para preguntar de qué se trata cuando el avión aterriza y para por completo.
-¡NOUS SOMMES À PARIS!-Grita la palentina buscando su maleta de mano para salir del avión en cuanto antes.
-¡Ya, calma!-Se ríe su acompañante.
-¡Es que mi sueño se está haciendo realidad! ¡No puedo calmarme!
Alba niega con la cabeza, la abraza y bajan del avión.
Buscan sus maletas, salen del aeropuerto y se suben en un taxi para ir hacia el hotel en el que se quedarán durante ese fin de semana.
(***)
El viaje está siendo fantástico, sobre todo para Naira, quien sigue pensando que está en un sueño.
Han visitado casi toda una parte de la ciudad, se han hecho fotos, han comido en distintos restaurantes, probado comidas exclusivas de allí y lo más importante ¡se están divirtiendo un montón!
Pero lo que no sabe la palentina es la gran sorpresa que le espera en lo alto de la Torre Eiffel, con las luces de la ciudad como fondo.
Alba no ha parado de darle vueltas a lo que le va a decir y se ha imaginado mil respuestas diferentes, haciendo que sus nervios aumenten por momentos pero que intenta disimular con una sonrisa o cambiando de temas cada dos por tres.
-¿Te pasa algo, cielo?-La pregunta su amiga.
-No, ¿por qué?
-Te veo no sé, muy inquieta.
-Oh no, solo que… quiero darte mi regalo ya.-Miente.
-¿Tu regalo? ¡Si ya estamos en París! ¿A caso tienes otro?
-Sí.-Se sonroja.
-¡No hacía falta! Bastante te habrá costado el viaje completo…
-Es que es muy especial, y no… cuesta dinero, tranquila.
-Ah bueno.
Las dos sonríen y siguen caminando.
¡Por fin llegan al monumento más conocido de la ciudad!
Tras subir a la torre admiran las vistas, Naira París y Alba su mejor amiga, de quien depende ahora lo que le va a decir.
¡Le ha costado mucho, y se negaba al principio! Pero llegó la hora de confesar lo que lleva tiempo queriendo decirle.
-Naira.-La llama sin dejar de admirar su belleza.
-Dime.-Se da media vuelta para cruzarse con su mirada.
La palentina se pone algo nerviosa tras ver la expresión de Alba.
¿No estará pensando en…? ¡No puede ser verdad!
-Te quiero.-Sonríe.
-Yo también te quiero.-Le devuelve la sonrisa.
-Pero…Yo te quiero de una manera distinta a la que imaginas.-Se acerca un poco más a ella, la coge de las manos y tras sonreír le dice todo lo que había escrito hacía unos días para después memorizarlo.
-Te quiero no como una amiga o una hermana, sé que es difícil de entender, yo al principio me negaba, pensé que solo eran imaginaciones de Álvaro, pero él tenía razón, te quiero como mi acompañante de vida, como mi compañera de besos, mi cómplice de miradas, de locuras, te quiero como a…una novia.-Sus ojos comienzan a brillar y a aguarse pero se contiene.-Sí, me has escuchado bien. Sé que siempre hemos bromeado cuando nos salían mal las relaciones sobre que algún día nos casaríamos y viviríamos juntas, que tendríamos nuestros propios niños y dejaríamos de lado a los chicos, en plan pareja, porque son todos unos idiotas, y sí al principio eran bromas, pero dicen que en cada broma siempre hay un poco de verdad, y al final… ha terminado siendo cierto que quiero que seas mi novia, que nos olvidemos de todo lo malo, quiero arriesgarme y por eso decidí empezar con regalarte este viaje donde me declararía y tú aceptarías y comeríamos perdices, o también donde me rechazarías y yo tendría que bajarme de las nubes.
Naira no reacciona, se ha quedado en shock, pero al ver como sonríe y como llora de la emoción, se acerca rápidamente a Alba, la abraza por unos segundos y por fin… ¡La besa en los labios!
-Yo también te quiero como novia, y quiero que cuidemos juntas de Irina, que ella no te llame tita, sino mamá.-Sonríe.
-¿De verdad?
-¡De verdad!



UN AMOR INESPERADO (180º II) XII


Capítulo Doce

Al día siguiente no solo se iba Miki, sino también Álvaro, quien tras calmar a Alba le prometió que seguirían en contacto.
Por la mañana temprano Alba llamó a su mejor amiga para intentar convencerla de que hablara con Miki, pero esta se negaba.
-¡No seas idiota! Se va a ir y a saber cuando lo volverás a ver, al menos deberíais aclarar lo que pasó y dejarlo en el olvido.
-Pero es que… no lo entiendo ni yo, ¿cómo voy a hablarlo con él?
-¡Naira! Sé que te mueres de ganas por aclararte, y la única solución es que hables con él.
-Da igual, si tú misma lo has dicho, ¡no lo voy a ver hasta quien sabe cuando! La mejor manera de olvidarlo es esa, no hablarlo.
-¡Qué cabezota eres! La mejor manera es hablándolo, pues luego te arrepentirás y tendrás más dudas aún.
-Alba, deja de insistirme, no lo haré.
-¿Sientes algo por él?
-¿Qué? ¡No! Si solo lo conozco de unos días.
-¿Entonces de qué tienes miedo?
-De que él sí sienta algo por mí y le haga daño.
-No lo creo, simplemente os habréis dejado llevar por la situación y punto. ¡Los dos estáis buenos es normal que os excitéis con el otro!
-¡Ay ya, Alba!
-No, hasta que no hables con él no voy a parar.
-¿En serio?
-¡En serio!
Naira resopló, señal que advirtió a Alba de que había conseguido lo que quería.
(***)
Miki ya se había despedido de todo el mundo excepto de su prima.
-Gracias por haberla convencido de hablar conmigo, sino hubiera sido por ti jamás nos habríamos quitado las dudas y estaríamos más rayados seguro.
-¡Sabía yo que simplemente era atracción!-Río la chica.
-¿Pero y si hubiéramos sentido algo más? ¿Cómo habrías reaccionado tú?
-Pues bien, ¿cómo iba a reaccionar?
-No lo sé prima, te veo un poco rara últimamente…
-¿Rara por qué?
-Te veo más feliz pero a la vez con miedo.
-¿Miedo? ¿Yo?
-Sí, miedo de perder a Naira.
-¿Por qué la iba a perder?
-Por tus sentimientos, Alba.
La chica se quedó en shock al escuchar a su primo.
¿Por qué todo el mundo pensaba eso? ¿A caso no se habían dado cuenta de que estaba enamorada de Álvaro y no de su mejor amiga? ¡Estaban todos locos!
-Mira, yo me voy a ir y no voy a poder darte muchos consejos más en persona, pero te conozco prima y sé que lo intentas negar, es algo nuevo para ti y te asusta.
-¿Algo nuevo? ¡No sé que pretendes decirme!
-Solo digo que te dejes guiar por tu corazón y persigas tu felicidad, intenta arriesgarte porque si no eres valiente te puedes arrepentir toda la vida, créeme.
-¿A caso tú has pasado por algo parecido…?
-Yo estuve enamorado de una persona y la dejé escapar por orgullo, no es exactamente lo mismo, pero yo no fui valiente y ahora no soy tan feliz como esperaba, pero tú estás a tiempo.
-Gracias por el consejo, supongo.
-No hay de que, pequeña, y ahora ven y dame un buen abrazo que me tengo que ir ya.
La chica asintió y lo abrazó con todas sus fuerzas mientras intentaba contener sus lágrimas.
¡Cuánto lo iba a extrañar!

UN AMOR INESPERADO (180º II) XI


Capítulo Once

-Per…perdón.-La puerta se volvió a cerrar dejando perplejos a la pareja.
Naira recogió su camiseta y se la puso antes de salir de la habitación avergonzada.
¿Qué había pasado hacía unos minutos? Mejor dicho… ¿Qué habría llegado a pasar si no hubieran sido interrumpidos?
Al poco Miki volvió como si nada, todos estaban en silencio mirando a los recién llegados sin saber como actuar.
-¿A quién le tocaba?-Preguntó Ayla para romper el hielo de nuevo.
Tras esa pregunta todo volvió a la normalidad, salvo para la chica que no paraba de darle vueltas al asunto.
¡Tenía que hablar con él sobre lo que casi pasa!
-Bueno chicos, yo debería volver a casa ya, es muy tarde.
-¿Tú sola?-Preguntó Ayla.
-Sí, no pasa nada, vivimos al lado.
-Yo te acompaño.-Se ofreció Miki.
-No hace falta…
-Mejor voy yo.-Contestó Lucas.
Naira no se opuso ante la propuesta de su mejor amigo así que tras despedirse de todos con un simple Adiós abandonó la casa de Thomás y Sonia.
Cuando Naira y Lucas se fueron, los demás decidieron terminar el juego y volver cada uno a sus respectivas casas.

(***)
Por el camino Álvaro y Ayla estuvieron en silencio pues a penas se conocían y no sabían de que hablar.
Sin embargo al chico le vino a la mente una duda que quería preguntar a la chica.
-Ayla, ¿puedo preguntarte una cosa?
-Sí, dime.
-¿Tu prima…es…?
-¿Es?-Preguntó arqueando las cejas.
-Quiero decir que si…le gustan las chicas.
-Que yo sepa no, ¿por?
-Por nada, déjalo.
-No lo dejo, ¿Por qué me lo has preguntado?
-Es que hay algo que ronda por mi cabeza desde hace tiempo y… no sé si son paranoias mías o algo pero…
-¿Pero?
-Creo que Alba y Naira sienten algo más que amistad entre ellas.
-¿Más que amistad? ¿Te refieres a que sienten atracción o inclusive están enamoradas?
-Sí, es lo que creo.
Ayla comenzó a reír.
-Ya paro, lo siento.-Tardó un poco en calmarse.-Sí, son tus paranoias, ¡ellas son mejores amigas! Y unas mejores amigas no lo son de verdad si no tienen momentos “lésbicos”, es algo normal, pero no te emparanoyes, no hay más que eso.
-¿Estás segura?
-Segurísima.
-Ah, gracias por resolverme la duda.
-De nada.-Sonrió.-Pero no se te ocurra darle más vueltas o conseguirás que Alba se enfade.
-Si se enfada sería porque tengo razón, ¿no?
-No, sería porque no confías en ella ni en sus sentimientos hacia ti.
-Verdad… olvida lo que te he dicho, ¿vale?
-Vale, soy una tumba.
(***)
Pasaron dos días tranquilos para todos, salvo para Miki, pues se tenía que ir a Granada al día siguiente y aún no había podido arreglar las cosas con Naira pues esta huía de él.
No quería volver con esa conversación pendiente, pero la chica se lo estaba poniendo difícil y no lo entendía. ¡Se estaba comportando como una inmadura cobarde!
Sin embargo, Alba le daba ánimos y le decía que irían bien las cosas, que tarde o temprano Naira iba a querer hablar del tema.
Por otra parte la relación de Álvaro y Alba seguía genial, no habían vuelto a tener ningún malentendido ni ninguna discusión, pero la chica estaba preocupada por su novio pues lo veía un poco raro.
-¿Seguro que no te pasa nada, amor?-Le preguntó rodeando su cuello mientras se le acercaba para darle besos en este.
-Seguro.-Dijo poniéndose tenso y muy poco receptivo.
-¿Y por qué actúas así?
-¿Así cómo?
-Ni siquiera me das un beso en los labios.-Se quejó la chica intentándole dar un pico para probar su teoría.
Él se apartó.
-¿A caso ya no me quieres ni me deseas?
-No es eso Alba.
-¿Entonces qué es? ¿No estás a gusto aquí?
-La verdad…no.-Terminó confesando.
-¿Quieres volverte a Sevilla?
-Quizá.
-Yo no pienso volver tan pronto, no llevamos ni una semana. ¿Por qué no te das un poco más de tiempo?
-No es por eso Alba, no es que sea la ciudad la que me incomode.
-¿Quieres explicarme bien qué te pasa?
-Creo que lo mejor es… que cortemos.-Dijo sin mirarla a los ojos.
-¿Quieres cortar?-Dijo en un hilo de voz.- ¿Por qué? ¡Con lo que me has insistido en volver! ¿Y AHORA QUIERES ROMPER CONMIGO? ¿A QUÉ JUEGAS, ÁLVARO?
-¿Qué a qué juego yo? ¡Ambos sabemos lo que pasa pero te niegas a creerlo! ¡Tú ya no me quieres! Al menos como pareja, me tienes cariño pero sientes más por otra persona.
-¿Por otra persona? ¿Tú estás loco? ¿Ya vuelves con tus paranoias?
-Alba, deja de negarlo, no me voy a enfadar porque esto son cosas que no se pueden impedir, y aunque me duela y me gustaría que no fuera así, sé que hay alguien más en tu corazón.
-No sé de que me hablas.-Se quedó en silencio por unos momentos.-¡YA SÉ! TÚ ERES QUIEN SIENTE ALGO POR OTRA PERSONA PERO NO TE ATREVES A DECÍRMELO Y POR ESO ME PONES DE EXCUSA A MÍ. ¡Estás dando la vuelta a la tortilla!
-Claro que no Alba, ¿crees que si sintiera algo más por otra persona habría gastado tanto tiempo en intentar volver contigo?
-No…lo sé.-Y los lloros no aguantaron más en silencio.
Álvaro la abrazó.
-Lo siento mucho pequeña, pero no te puedo ayudar en eso, tú debes ser quien lo acepte y ponga una solución, yo solo soy un impedimento y por eso me vuelvo al pueblo.

UN AMOR INESPERADO (180º II) X


Capítulo Diez

Al día siguiente todos estaban tan exhaustos que no querían salir así que planearon hacer todos una cena en casa de Thomás y después ver una película, jugar a algún juego de mesa o simplemente charlar.
Naira decidió invitar a su prima Ayla también para que se uniera a la manifiesta y esta aceptó encantada.
Hicieron una barbacoa en el jardín y cenaron allí mismo pues quisieron disfrutar de la buena temperatura que había.
La música sonaba de fondo aunque no la hacían mucho casó hasta que sonó una canción de la infancia de Naira y Ayla: ‘Mueve el ombligo’.
En seguida se levantaron y montaron un espectáculo que hacía reír al resto del grupo.
Después de cenar Naira se levantó para llevar las cosas a la cocina.
-Te acompaño.-Propuso Miki.
Ella no pudo ningún impedimento, al contrario, agradecía su ayuda.
-Me ha encantado tu baile.-Confesó el chico una vez que estaban a solas.
-¡Oh…! Gracias.-Sonrió sonrojada.
-De nada.
Reinó un silencio en aquel lugar hasta que de las manos de la chica cayó un vaso hacia el suelo.
-¡Mierda!-Se agachó a recogerlo.
-Cuidado, no te cortes.
-A buenas horas lo dices.-Dijo la palentina revisando el corte que se acababa de hacer.
-Debería haberlo recogido yo…A ver como lo tienes.
Le mostró la pequeña raja que tenía en el dedo índice de la mano derecha.
-Vamos a curarte esto.
-No…hace falta.
-Claro que hace falta, ¿quieres que se te infecte?
-Yo nunca me curo las heridas y no me ha pasado nada.
-¡Pues muy mal! Ya verás como algún día te pase algo peor…
Miki terminó convenciendo a la chica de que lo acompañara para limpiar, desinfectar y curar la herida.
-¿Te escuece?
-Un poco.
-Eso es bueno, en seguida acabo tranquila.-La sonrió para tranquilizarla un poco sin dejar de atenderla.-Ya está.
-Gracias.-Se ruborizó la chica.
-No hay de que.
Sus ojos se conectaron por unos segundos hasta que Naira se levantó dispuesta a volver con los demás.
-¿A dónde vas?
-Con los demás, se preguntarán donde nos hemos metido.
-Cierto.-Dijo algo decepcionado el chico antes de guardar las cosas en el botiquín y seguir a la chica.
Poco después estaban todos reunidos de nuevo en el jardín.
-¡Ya era hora!-Gritó Lucas.
-Estábamos a punto de comenzar el juego.-Dijo Alba.
-¿Qué juego?-Preguntaron al unísono.
Los dos se miraron y rieron al haber coincidido.
-Vamos a jugar a verdad o reto.-Explicó esta vez Ayla.
-Uf… yo paso.-Dijo Naira.
-¿No te atreves a jugar?-Preguntó Miki.-Venga juega, ¡será divertido!
Todos la insistían, pero ella se seguía negando hasta que al final accedió por no tener que aguantar más sus súplicas.
-Venga Naira, ¿verdad o reto?
-Verdad.
-¡Qué sosa!-Se quejó Álvaro.
Se encogió de hombros pero no cambió de idea.
-¿Te gusta alguien?-Preguntó Miki sorprendiendo al resto.
¿A qué venía esa pregunta? ¿A caso le gustaba Naira?
Eran preguntas que pasaban por las cabezas de todos.
-No.-Contestó tajante.
El juego continuó, al principio eran preguntas y retos sencillos, pero a medida que iba pasando el tiempo la dificultad aumentaba.
Ahora era el turno de Miki quien eligió reto, tuvo que meterse en una habitación con los ojos tapados y esperar a que alguien entrara para quitarle una prenda de ropa.
Alba se negaba por razones obvias, y las otras dos chicas discutían por que fuera la otra, nadie se atrevía así que tuvieron que echarlo a piedra, papel  o tijera saliendo perdedora Naira.
Suspirando entró en la habitación en silencio para no ser descubierta, cogió la mano del chico para avisarle de que estaba lista y esperó a que el chico cumpliera con su parte del reto lo antes posible.
El chico se decidió por quitarle la camiseta y no tardó mucho tiempo.
-¿Naira eres tú?-Dijo llevando su mano a la venda para quitársela.
-¡No te quites la venda!-Se quejó la chica parando su mano.
-Está bien.
-¿Cómo has sabido que era yo?
-Por tu colonia, me encanta.-Sonrió.
La chica se quedó sin saber como reaccionar y no se dio cuenta de que el chico la estaba viendo ¡sin camisa!
Sus ojos se pasearon por su pecho que subía y bajaba a un ritmo demasiado rápido.
Naira se dio cuenta y en seguida se puso la prenda.
-¡Te dije que no miraras!
-Lo siento…Pero…no pude evitarlo.-Se sonrojó Miki.
Sus miradas se cruzaron en silencio y sin saber por qué ambos sentían una extraña necesidad de besarse así que no dudaron en acortar la distancia que los separaba.
Sus bocas se entreabrieron juntando sus lenguas que comenzaron a danzar al compás, el beso al principio fue lento pero al poco fue aumentando de ritmo.
Miki se separó un poco para comenzar a dejarle besos en el cuello mientras sus manos sujetaban a la chica por la cintura.
Naira sintió ese cosquilleo especial por todo su cuerpo y poco después se desprendió de su camisa de nuevo y después le quitó a él la suya.
Los besos pasaron a un segundo plano, pues llegaron los pequeños mordiscos en el lóbulo de la oreja.
La temperatura estaba aumentando por momentos, pero justo en ese momento la puerta se abrió.


UN AMOR INESPERADO (180º II) IX


Capítulo Nueve

Las semanas iban pasando y la relación entre Alba y Álvaro seguía siendo estable, parecía que no había sucedido nada, estaban como los primeros días donde los nervios y la ilusión predominaban.
Sin embargo había algo que rondaba en la cabeza de la chica, cada vez con más frecuencia.
¡Quería irse a vivir a Palencia, aunque fuera durante una temporada!
-¿En qué piensas?
-En nada…tranquilo, Álvaro.
-¿Me has llamado por mi nombre? Eso significa que te pasa algo.
-No me pasa nada, solo que hay algo que llevo pensando desde hace tiempo…
-¿Cuál?
-Es que…quizá…no es buena idea.
-¿Por qué?
-Porque no te va a gustar seguro…
-Si no me lo dices no sé si me gustará o no, tranquila.
-¿Me prometes que no te vas a enfadar?
-Te lo prometo.-Sonrió para tranquilizarla.
-Estoy pensando en irme a vivir con Naira, o sea a su ciudad, no para siempre sino… durante una temporada.
La única respuesta que recibió fue un silencio incómodo.
-¿Ves? Sabía que no te iba a gustar.
-No es eso Alba, pero me ha pillado desprevenido...Ya hemos roto una vez por eso…
-¿Ya estás volviendo a culpar a Naira? ¿Crees que no podemos estar bien si está ella de por medio?
-Alba no la estoy culpando a ella, sino a tus sentimientos por ella.
La chica se quedó en shock al escuchar eso.
¿Qué estaba tratando de decirla? ¿Qué sentía algo por ella más que amistad?
-Claro, es mi hermana de corazón.
-No, no me refiero a eso.
-¿Entonces a qué?
-Hay veces que he pensado que estás enamorada de ella.
-¿Qué? ¡Estoy enamorada de ti, no de ella ni de ninguna otra persona! Además yo soy heterosexual.
-No sé yo, Alba, a veces me fijaba en como la mirabas y me daba esa sensación, perdón si te he ofendido con ello…
-No sé por qué piensas eso, pero acepto tus disculpas.-Medio sonrió.
Álvaro la abrazó y besó.
Pasaron toda la tarde riendo, jugando y mimándose, pero Alba estaba confundida por lo que su novio le había dicho.
¿Cómo podía pensar eso? Tan solo eran mejores amigas e incluso la quería como una hermana.
¡Estaba loco!
(***)
Al final entre Lucas y Alba convencieron a Álvaro de mudarse a Palencia durante una temporada, y en caso de que no se sintieran a gusto volverían.
Todos empezaron a preparar sus maletas y mochilas, cogieron los billetes de tren que habían comprado el día anterior y fueron a la estación tras despedirse de los demás.
Miki también se apuntó, pero él solamente iba a pasar los últimos días que le quedaban de vacaciones.
Las horas en el tren parecían no terminar, a pesar de que las risas no faltaban, pero el sueño se iba apoderando poco a poco de todos.
Un señor que estaba en el asiento de al lado fue quien los despertó y avisó de que habían llegado a la última parada: Palencia.
Cogieron sus equipajes, fueron al servicio y salieron de la estación.
-Voy a llamar a Naira.-Dijo Lucas cogiendo su móvil.
La palentina no tardó más que 20 minutos en aparecer en la puerta de la estación de trenes, y en seguida salió corriendo a abrazar a su mejor amiga con lágrimas en los ojos.
Después abrazó a su mejor amigo y lo llenó de besos.
-Gracias por haber venido, aunque os voy a matar.
Tras separarse saludó a Álvaro y se quedó al lado de Alba mirando al otro chico pues no lo conocía.
-Naira este es mi primo Miki, el hijo de Thomas y Sonia, Miki esta es mi mejor amiga Naira.
Los dos se saludaron con dos besos y una sonrisa.
Ambos notaron un cosquilleo extraño al separarse.
-¿Y dónde os quedaréis a dormir mientras encontráis un piso?
-Alba y yo con mis padres, y Álvaro y Lucas en el hotel Rey Sancho.-Habló Miki sin separar su mirada de la chica.
-Pues vamos entonces primero al hotel para que dejéis las maletas, después a la casa de Thomas y ya os enseño la ciudad, aunque la mayoría ya la conocéis.
Todos estuvieron de acuerdo así que comenzaron a caminar, dejaron las maletas, fueron por la calle mayor dando un paseo y tomando algo.

UN AMOR INESPERADO (180º II) VIII


Capítulo Ocho

Al día siguiente Alba decidió ir a visitar a su ex para decirle que ya lo tenía claro, que estaba dispuesta a arriesgarse para volver con él.
Cuando Álvaro abrió la puerta encontrándose con la chica se sorprendió pero en seguida mostró una gran sonrisa.
-Hola Álvaro…-Dijo tímida la chica.
-Hola cielo, pasa.-Le dejó un sitio para que entrara.
Pasaron al salón y se sentaron en el sofá manteniendo una distancia media entre ellos.
-Venía a…darte las gracias por salvarme, si no hubieras aparecido tú no sé que podría haberme llegado a hacer…
-Ei, no pienses más en eso.-Posó su mano en la barbilla de la chica y le acarició la mejilla.-Y no me des las gracias, no es nada.
-Sí debo dártelas, sobre todo después de haberme comportado tan idiota…
-Por eso…no te preocupes, yo también lo he sido así que estamos empates.-Rió.
-No solo venía a darte las gracias…Quería decirte algo más.
-Pues cuéntame.
-Es que verás…Después de aquello, estuve pensando durante un rato y…llegué a una conclusión, salí contenta a contártelo pero te habías ido…-Alba se dio cuenta de algo.-Se supone que estabas ya en casa, ¿cómo apareciste allí?
-Es que aún no me había ido…Salí primero a caminar por los al rededores para pensar en todo lo que nos ha pasado últimamente, y justo pasé en el momento y lugar exactos donde corrías peligro así que no dudé ni un minuto en ir a salvar a mi novia…Digo salvarte.
-¡Ooh!-Lo miró con los brillando de la emoción.-Álvaro…quiero…si tú también estás dispuesto…quiero luchar por ti, pero ya no te voy a prohibir nada, o sea… me puedes besar, amar, hacer… ya sabes porque… quiero darte la oportunidad, quiero volver a ser tu novia.-Terminó confesando con una amplia sonrisa.
El chico miró sorprendido a Alba, sonrió, y se lanzó a sus labios.
El beso le pilló desprevenida, pero no dudó en seguirlo y se puso muy feliz al volver a sentir sus labios contra los suyos.
-Claro que sigo queriendo ser tu novio, es lo que más deseaba a pesar de que te dije que me había cansado de esperar…Te amo, idiota.-La volvió a besar.
Pasaron la mañana sin parar de besarse, abrazarse e incluso hicieron el amor.
-Me encantan las reconciliaciones.-Dijo la chica ruborizada mientras apoyaba la cabeza en el pecho de su novio.
-Y a mí también.
Los dos sonrieron y propusieron quedarse juntos ya todo el día e incluso durmieron en la misma cama.
(***)
-Me alegro muchísimo de que estés sana y salva, y lo más importante que seas feliz, espero que ahora vaya todo mejor con él.-Sonrió Naira a través de la pantalla.
-Gracias.-Se sonrojó la sevillana.-Aunque… me falta algo para serlo del todo…
-¿Cuál?
-Teneros a Irina y a ti más cerca, os echo de menos…
-Ya, tú echas de menos a tu sobri pero a mí no.-Puso pucheros.
-Claro que a ti también, idiota.-Le lanzó un beso.-Pero… ¿Puedes ponerla en la cámara?
-Está dormida cielo, y si no se va a despertar.
-Joo…
-Luego cuando se despierte te mando una foto o algún vídeo.
-¡Valeee!
Las dos sonrieron y se quedaron en silencio, pensando en las ganas que tenían de volver a verse.
-Oye, ¿y si me mudo a Palencia?-Alba no sabía por que le había preguntado eso cuando sabía que Álvaro se negaría pero… recordó el plan de Lucas y con la emoción…
Naira se quedó en shock.
-¿Estás pensando venirte aquí?
-Sí, no, no sé…Es una idea.
-¿Sabes que Álvaro no querrá verdad?
-Lo sé…por eso no lo tengo muy seguro, y tú vas antes que él pero…
-Alba, que vengas de vacaciones me parece bien, pero vivir aquí…He estado lejos de mi familia yo sola y cuesta mucho…
-Ya, pero yo tengo a mis tíos allí, sé que casa no me va a faltar…Luego ahorro un poco y me cojo un piso para mí o nos mudamos a otro lugar…
-Me encantaría, pero no quiero que estropees otra vez tu relación por mí.
-Vale…Bueno, me voy a duchar.
-Alba, no te vayas por eso…
-No me voy por eso, he quedado…
-No me mientas, sé que te ha sentado mal y perdona, pero es que es mi opinión.
-Lo entiendo, tranquila.
-¿Segura?
-Sí, y ahora sí, me voy.-Sonrió.-Gracias por la videollamada.
-A ti, guapa. Te quiero, pásalo bien.
-Y yoo, adióooss.

UN AMOR INESPERADO (180º II) VII


Capítulo Siete

Alba salió de la habitación dispuesta a arriesgar todo por él, en esas dos horas que estuvo pensando decidió que lo amaba y lo mejor que podía hacer era darle una segunda oportunidad.
Sin embargo cuando salió en su busca no lo encontró, fue a su habitación y la puerta estaba abierta, decidió entrar y no vio ninguna de sus pertenencias, solamente una nota en la que le avisaba de que se había vuelto a su casa y que no lo llamara.
También le dejó un billete de tren, era lo último que hacía por ella, o eso decía la nota.
Hizo caso omiso a lo de la llamada, pero en seguida se encontró con una voz femenina que avisaba de que el teléfono al que llamaba estaba apagado o fuera de cobertura.
Lo intentó media hora después encontrándose con la misma respuesta.
-¿Y ahora qué hago? ¡El tren no sale hasta mañana por la mañana! –Dijo en voz alta.
Se le ocurrió llamar a Miki, quien en seguida contestó, le preguntó si podía venir a buscarla y que ya le contaría por el camino el motivo.
Su primo aceptó preocupado y no tardó ni cinco minutos en ponerse en marcha.
Durante las cuatro horas que tardaba en venir aprovechó para nadar un poco en la piscina e intentar no pensar en nada.
Sin embargo, los recuerdos del día anterior no tardaron en aparecer.
¡Se habían besado y después ella se enfadó! Aunque lo arreglaron, tardaron menos de 24 horas en volver a estropearlo, pero esta vez la mayor culpa la tenía ella por no ser lo suficiente clara consigo misma ni con él.
Debía compensarle, pero… ¿Cómo?
Salió de la piscina, se fue a duchar y prepararse para en cuanto llegara Miki marcharse.
Todo estaba listo pero aún quedaba una hora y media para que vinieran a por ella.
-¿Qué puedo hacer?
Intentó pensar alguna manera para compensar a Álvaro, pero nada se le ocurría.
Decidió salir a pasear por los al rededores, sin alejarse mucho pues su primo se asustaría si no la viese donde justamente la esperaba.
Sin embargo vio un cartel con el nombre de un bar a unos metros más allá de donde se encontraba.
Siguió el camino que indicaban los carteles pero solamente se encontró con una tienda de campaña al lado de una caravana.
-Mira que tenemos por aquí.-Una voz masculina fuerte sonó detrás de ella.-Una bella dama perdida.
Temblorosa no se movió, pero el hombre se puso en frente de ella, mordiéndose el labio sin parar de observarla de arriba abajo.
Era un hombre corpulento, moreno con una barba que parecía que llevaba meses sin ser recortada si quiera, parecía el típico leñador de las películas americanas, camisa roja con cuadros negros con las mangas dobladas, un gorro de lana y vaqueros con botas negras.
-¿Cómo te llamas, nena?-Dijo demasiado cerca para el gusto de Alba.
Su aliento apestaba a alcohol, aunque parecía demasiado sereno para estar borracho.
-¿Te ha comido la lengua el gato?-Rió el hombre.-Yo soy Bob.
Alba no decía una palabra, solamente observaba cada uno de sus movimientos.
-Y vivo aquí desde hace un tiempo, estoy solo pues no me gusta mucho la compañía…Aunque si es la tuya, me encanta.-Sonrió mostrando unos dientes demasiado podridos.-¿Qué tal si nos sentamos y tomamos algo? Tengo una botella de whisky sin empezar.
La chica negó con la cabeza demasiado asustada y dio un paso hacia atrás, pero la mano de Bob la agarró.
-Acabas de llegar ¿y ya quieres irte?-Negó con la cabeza.-Venga, vamos a pasar un buen rato.-Sus manos se posaron en sus caderas mientras sonreía y miraba sus ojos.-No tengas miedo, si pones de tu parte no te haré daño.-Apartó un mechón de pelo de la cara de Alba.
Él y sus labios cada vez estaban más cerca de la chica, quien no se movía a pesar de que quería huir, pero sabía que Bob se enfadaría más aún e incluso la secuestraría.
Ella sin cerrar los ojos vio como el hombre asqueroso la intentaba besar con lengua, intentaba no dar arcadas.
Solo pensaba en alguna idea para poder salir corriendo sin ser atrapada.
Las manos del hombre bajaban poco a poco por su espalda.
¡Se atrevió a tocarle el culo!
Alba furiosa le golpeó en la cara sabiendo que ese había sido un error.
Él la forzó para mantener sus manos quietas, la apoyó contra un árbol y empezó a besarla por el cuello, con una mano sujetaba por encima de su cabeza sus brazos y con la otra comenzó a toquetearla, justo cuando estaba a punto de meter su mano por sus vaqueros recibió un golpe con un tronco de árbol, cayendo este al suelo.
Alba se sorprendió al ver de quien se trataba su salvador.
-¡Álvaro!-Corrió a sus brazos y lo rodeó.
Él la protegió mediante un abrazo y acariciaba su pelo.
-Ya está, ya pasó, no te puede hacer nada.-Le dio un beso en la cabeza.-Vayámonos antes de que se despierte.
Alba asintió y se alejaron del lugar, volviendo hacia la casa rural que habían alquilado.
Cuando llegaron Miki se encontraba asustado, con el móvil pegado en la oreja.
-¿Dónde te has metido?-Preguntaba.
-Aquí estoy.-Respondió nada más aparecer.
El chico corrió hacia ella y la abrazó.
-¡Me tenías preocupado!
-Lo siento…Salí a despejarme y…-Comenzó a llorar.
-¿Qué le has hecho?-Preguntó mirando a Álvaro.
-La he salvado.-Sonrió con arrogancia.-Había un loco que casi la viola y aparecí en el momento justo.
-¿QUÉ?-Miró a su prima quien asintió con la cabeza.-Ya estás a salvo, pequeña, tranquila.
-Bueno…Yo…Me voy.-Dijo Álvaro dándose media vuelta.
-¡No!-Gritó Alba separándose de Miki.-Por favor.
Álvaro inseguro aceptó quedarse.
Los tres entraron en la casa y Alba relató lo que había pasado exactamente mientras sollozaba.
Entre los dos chicos consiguieron consolarla y decidieron que era hora de volver a casa.