martes, 16 de junio de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN XX

El lunes no dejaba de mirar la hora cada dos por tres pues estaba deseando de que llegaran las cinco de la tarde para que Connor llegara.
Sin embargo sabía que no iba a poder estar a solas con él, pues a parte de tener la compañía de los Wilson, mi madre y mis hermanos también estarían en casa.
¡Quería volver a disfrutar de sus labios! 
Pero tenía que aguantarme ya que no quería que nadie supiera lo que había pasado el sábado por la noche, o mejor dicho la madrugada del domingo.
¿Podríamos haber pasado el domingo juntos? Claro que sí, pero andaba muy cansada después del día anterior y además debía disimular.
Ni siquiera mi mejor amiga sabía de lo que había pasado entre el jardinero y yo.
Me moría de ganas por contárselo pero quería que fuera un secreto por el momento...No quería que se estropeara tanto.
Y ya saben lo que dicen...cuánto menos cuentes mejor irán las cosas.
Así que como pude oculté mi nerviosismo por querer encontrármelo y disfruté de la compañía de mi familia.
Cuando el timbre sonó tuve que resistirme en ir a abrir y dejé que fuera mi madre la que recibiría a los chicos.
Sin embargo me extrañó que Roy no hubiera aparecido aquel día.
-¿Y Roy?-Pregunté curiosa.
-Está enfermo.-Contestó su padre.-Así que hoy tendré que encargarme yo solo del cobertizo.
-Vaya, mandale ánimos cuando vuelvas a casa de mi parte.
Él asintió y me regaló una sonrisa antes de desaparecer en el jardín junto a mi madre.
Mis hermanos estaban durmiendo así que me quedé a solas con Connor en el salón.
-Hola guapa.-Me sonrió.
-Hola.-Le sonreí ruborizándome.
¡Aún no me acostumbraba a sus halagos!
Él se quiso acercar a mí para darme un beso pero lo detuve a tiempo.
-Nos pueden ver.
-Tengo una idea, ven conmigo.-Me cogió de la mano y me llevó hacia el jardín.
Abrió el cobertizo para intentar entrar pero se quedó paralizado.
-¿Qué es lo que pasa?-Pregunté asustada mientras asomaba mi cabeza hacia el interior.
Me quedé en shock.
<<¡Mi madre se estaba liando con Gus!>>
-Hija...-Dijo en un tono a penas audible.
-¿Qué...qué está pa...sando? ¿Desde cuándo...?
Las sospechas de Vega eran ciertas.
¡No entendía nada!
Salí corriendo lo más deprisa que pude de allí mientras ella me seguía dos pasos por detrás.
Intenté cerrar la puerta del servicio pero ella lo impidió a tiempo.
-Hija, yo... siento que nos hayas pillado así...yo...
-¿Desde cuándo?-La miré seria.
-Desde...no sé cuándo exactamente, no mucho.
Me quedé sin hablar procesando lo que estaba sucediendo.
-Dime algo cariño, siento si crees que te he fallado a ti o a tu padre otra vez pero...sucedió sin más.
-Mamá, no me has fallado ni a mí ni a nadie. Solo que...no me lo esperaba...no así, no con Gus. ¿Por qué no me lo dijiste antes?
-Porque tenía miedo de lo que pensaras...El señor Wilson me ha devuelto la felicidad...esa que hace mucho me robó tu padre.
-No temas por lo que pensara, yo solo quiero que seas feliz y que tengas a alguien que te cuide. ¡No te imaginas la de veces que he deseado que volvieras a ser tú otra vez!-La sonreí.-Si me fui fue porque me impactó verte así de repente, pero yo me alegro por ti, muchísimo, mamá.
-Gracias cielo.-Me devolvió la sonrisa y me abrazó con lágrimas de emoción.
Después de unos segundos nos separamos y volvimos al jardín donde los dos hombres ya habían empezado a trabajar, cada uno en su labor correspondiente.
-Deberías contárselo a mis hermanos, seguro que también se alegran.
-Lo haré.-Me prometió.-Cuando cenemos se lo contaré ya que hasta entonces Joel no llegará.
Asentí y le sonreí.
Mientras Axel y Hera seguían durmiendo disfrutamos viendo una película en la televisión, aunque poco nos duró la tranquilidad porque media hora después los pequeños ya venían con ganas de jugar.
Pusimos la Wii y jugamos a los deportes pasando una hora entretenida, después decidimos ir los cuatro al parque un rato donde nos encontramos con la familia Lynn al completo.
Mientras los pequeños se subían y bajaban por los toboganes Samantha hablaba con mi madre y yo con mi amigo Eliot.
-Mañana si quieres podrías pasarte por mi academia y te la enseño.
-¿Academia?-Preguntó mi madre.-¿De qué?
-De baile.
-¿Tienes una academia de baile?-Se sorprendió.
-Yo no, pero sí que trabajo dando clases en una y a tu hija le propuse hace unas semanas que se apuntara, ¿no te lo ha dicho?
-¡Hija! ¿Por qué no me dijiste nada?
-Quería que fuera una sorpresa...por si no me llegaran a dar la beca...
Ella negó con la cabeza.
-¡Tú bailas increíblemente bien! ¡Seguro que te la darán!
-Tu madre tiene razón, el otro día cuando ensayaste en mi casa me quedé alucinando.
-Gracias.-Me sonrojé.
-¿Y para cuándo es esa beca?-Se interesó Viviana más aún.
-En un mes aproximadamente, aún no están fijadas las fechas pero ya se acerca el nuevo curso y poco antes deben ofertar las becas para nuevos alumnos que no puedan permitirse pagarlo por su cuenta.
-¿Y qué requisitos piden?
Mi madre estaba preguntando más que yo. ¡Parecía que la interesada era ella!
(***)
-¿Por qué no me lo dijiste antes? ¡Quizá te hubiera ayudado a prepararte una coreografía!-Dijo mi madre mientras abría la puerta de casa.
-Ya te lo he dicho...no quería gafarlo, además Eliot me está ayudando.
Entramos en casa y salimos al jardín en busca de los trabajadores.
Los cuatro nos quedamos de piedra al ver como el nuevo cobertizo empezaba a coger forma.
Sin duda era mucho más grande que el otro y mucho mejor.
-¡Muchas gracias por la labor que estás haciendo!-Le sonrió mi madre.
-Gracias a ti por dejarme ser partícipe de ello.-Le devolvió la sonrisa.
Negué con la cabeza y sonreí al ver como se dedicaban una mirada cómplice.
Me recordaba a las miradas que recibía por parte de Connor.
Y hablando de él...lo busqué con la mirada encontrándomelo sin camiseta.
¿Es que quería matarme? ¡Menudo cuerpo tenía!
Me limpié la baba imaginaria y aparté mi mirada de él antes de ser pillada.
-Quero agua.-Uff, Axel me salvó.
-Vamos pequeño, yo te daré agua.-Le dije agarrándole de la mano.
Hera también vino con nosotros pues también estaba sedienta.
Cuando ambos terminaron sus vasos se fueron a jugar a los muñecos y yo decidí llevar agua a los trabajadores.
-Gracias.-Me dijo Connor cogiendo el vaso que le ofrecía.
-De nada.-Le sonreí.
Gus y mi madre volvieron a desaparecer de un momento a otro y el jardinero me besó dejándome sorprendida.
Temía que nos pillaran pero había aguantado demasiado tiempo sin besarlo así que no me importó el resto.
-¿Se lo has contado a alguien?-Le pregunté una vez nos separamos.
-No, ¿y tú?
Negué con la cabeza.
-Serás el secreto de mi jardín.-Dije entre risas.
-Me parece perfecto.-Sonrió.- Y eso significa que tendremos que pasar mucho tiempo aquí...-Dijo observando aquella zona de la casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario