No le conté a Vega que iba a quedar con Connor pues no quería que se pusiera como el día anterior por la noche.
Si sacaba conclusiones solo porque fuera mi jardinero, ¡imaginaros si le contaba eso!
Es verdad que el chico se me había declarado, pero eso no significaba que él me gustara a mí.
Miré mi armario durante un par de minutos en busca de la ropa perfecta para ponerme aquel día.
No era porque quisiera ponerme lo más guapa por él no, sino que quería estar guapa para mí. Yo no dependía de nadie.
Al final me decidí por una blusa blanca corta que enseñaba los hombros, unos jeans rotos y unas zapatillas blancas.
Una vez preparada elegí un bolso pequeño a juego con la blusa y después de despedirme de mi familia esperé un poco más allá de mi casa.
¡No quería que mi madre me cotilleara! Aunque sí sabía que había quedado con el jardinero pues sabía que nos llevábamos bien y eramos buenos amigos.
Al poco le vi aparecer.
Lucía muy bello con esa camiseta blanca que resaltaba su piel bronceada y esos vaqueros negros.
Me sonrió al verme y yo hice lo mismo.
Cuando estuvimos a menos de un metro me puse algo nerviosa.
¿Cómo le iba a saludar? ¿Dos besos? ¿Un hola? ¿Un abrazo? ¿Un apretón de manos? ¡Mierda, no había pensado en ese detalle!
Él pareció leerme el pensamiento pues no se acercó y me saludó con un gesto de manos y un tímido hola.
-¿A dónde vamos?-Pregunté intrigada.
-¿Al bar 44? Tienen unos sofás muy cómodos.
-¡Vale!-Sonreí.
-He venido en coche ya que vivo un poco lejos de aquí.
Asentí con la cabeza y lo seguí hasta su Ford Focus negro.
Abrió la puerta del copiloto como un caballero, rodeó el auto y se sentó en su asiento.
Unos minutos después estábamos buscando aparcamiento cerca de aquel bar.
Sin embargo Bristol a esas horas era muy concurrido y casi todo estaba ocupado.
-¡Ahí!-Señalé a mi derecha.
-Sí, gracias.-Me sonrió.
Salimos del coche una vez aparcado y andamos una calle hasta llegar a aquel acogedor local.
Nos sentamos en una mesa cerca de la ventana y esperamos a que nos atendieran.
Cuando el camarero se fue a por nuestros refrescos nos quedamos en silencio mirándonos.
-¿Habías venido alguna vez aquí?
-La verdad que no suelo salir mucho de casa, antes por los estudios y hasta ahora he estado cuidando de mis hermanos cuando mi madre trabajaba así que...lo poco que he salido ha sido a pasear, la bolera cuando eran cumpleaños o bares cercanos a mi casa.
-Vaya...pues sí que has tenido poco tiempo libre...
-Ya...ahora que mi madre ha cambiado de trabajo puedo salir más pero como siempre he estado en casa... tampoco es que me apetezca mucho.
-Vaya, tendré que sacarte más de una vez entonces.-Me sonrió.
Me ruboricé ante la propuesta.
-¿Y...no has tenido novio? Perdona si te molesta...
-No, no molestas. Y sí, estuve con un chico hasta hace dos años. Él sí que salía mucho y al yo no poder dedicarle mucho tiempo al final...me dejó.
-Vaya, lo siento...
-No te preocupes.-Intenté sonreír.-¿Y tú has tenido novia?
-Sí, tuve dos, pero parecía ser insuficiente para ellas y duré muy poco con ellas.
-Vaya, ¡qué mala suerte!
-La verdad que con la edad que tenía por aquel entonces era un poco...idiota, la edad del pavo nos vuelve tontos a los chicos sobre todo.
-Ya veo ya...
El camarero volvió con nuestras Coca-Colas y Connor le dio el dinero justo para pagarlas.
-Gracias por invitarme.
-Gracias a ti por aceptar.
Nos sonreímos y bebimos a la vez lo que provocó que riéramos.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro, dime.
-¿Desde cuándo conoces a Roy?
-Llevo viviendo con él desde los 3 años, aunque hemos sido amigos desde que nací. Nuestros padres eran muy amigos y cuando los míos y su madre murieron en un accidente Gus me acogió en su casa, por algo era mi padrino.
-Vaya, lo siento no sabía que...
-Tranquila, a penas los recuerdo...como suelen decir nadie recuerda muchas cosas antes de los tres años, o al menos casi nadie.
-Ya, eso es verdad.
-¿Y qué hay de tu padre? ¿Por qué no vive con vosotros?
-Nos abandonó hace dos años.-Tragué saliva.-Y no hemos vuelto a saber nada de él.
-¿Y eso?
Me quedé en silencio.
No sabía si estaba lo suficientemente preparada para contarle la historia.
-Perdón...si no quieres hablar de ello lo entiendo.
-No es que no quiera...siento que no estoy preparada.
-Lo entiendo, a penas nos conocemos y que yo te haya contado esa parte de mi vida no quiere decir que tú tengas que hacerlo.
-Gracias.-Le sonreí.
-De nada.-Me devolvió la sonrisa.-¿Y tú desde cuándo conoces a Roy?
-Desde el colegio. Coincidimos en parbulitos hasta secundaria, luego él eligió un instituto diferente para el bachillerato, pero aún así continuamos con nuestra amistad.
-¿Y qué hay de Vega?
-A Vega la conocí en primaria, fui la única en acercarme a la nueva.
-¿Por qué los demás no lo hicieron?
-No sé, quizá estaban tan ocupados contándose lo que habían hecho durante el verano.
-Ah.
Nos quedamos en silencio durante un rato hasta que decidí preguntarle por su pasión por la jardinería.
-Lo he heredado de mi madre, es lo poco que recuerdo de ella...Me acuerdo del olor a hierba mojada y a las flores de nuestro jardín. Cuando acabé los estudios obligatorios decidí estudiar y dedicarme a ello, no quería dejar escapar lo único que recordaba de ella, al igual que decidí crear una banda de música por mi padre.
-¿Y has trabajado para muchas casas ya?
-No mucho pues apenas llevo un año ejerciendo de ello, los estudios se me atascaron y repetí un par de cursos, por el contrario con el grado de jardinería.
-¿Y te sigue gustando tanto como antes?
-Por supuesto, aunque sí es verdad que ahora me gustaría dedicarme más a la música.
-Roy toca en tu misma banda, ¿no?
-Sí, aunque ahora hemos hecho un parón porque el resto del grupo tienen más cosas que hacer y no tienen apenas tiempo a ensayar.
-Lo que me parece raro es que siendo amigos los dos de Roy no hayamos coincidido antes.
Él rió por unos segundos dejándome algo extrañada.
¿De qué se reía?
-Sí hemos coincidido hace unos años...es más en muchos de sus cumpleaños hasta los... ¿12? Luego dejaste de venir.
-Espera...¿Cómo que hemos coincidido? ¿Por qué no te recuerdo?
-Quizá porque he cambiado bastante.-Dijo sacando su móvil.
Buscó una foto y me la enseñó dejándome perpleja.
<<¿Me estaba diciendo que aquel chico regordete, con gafas y lleno de granos era el mismo que se encontraba delante de mí?>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario