domingo, 28 de julio de 2019

POLOS OPUESTOS XII


Capítulo XII

Después de prepararme y desayunar voy a casa de los Cooper, hoy me toca quedarme hasta las 4 pm.
Llamo al timbre y me abre Byron sonriente.
-Buenos días Ariel.
-Hola.-Digo sin mirarlo si quiera.
Entro y me dirijo al salón en busca de los niños, y como no, el chico me persigue.
-¿Siempre me vas a estar siguiendo?-Digo dándome la vuelta y mirándolo a los ojos por primera vez en el día.
-No te estoy siguiendo, simplemente vengo al salón que es donde estaba antes.
-Ya, y el otro día también, ¿no? Y el otro… ¡Qué casualidades!
-Me creas o no, es la verdad.
Resoplo y decido no continuar con la conversación.
Entro en el salón y no veo a ninguno de los niños.
-Están todos dormidos, así que tenemos un rato para charlar tú y yo. -Dice sentándose en el sofá.
-¿Charlar tú y yo? ¿De lo idiota que eres? No, gracias.
-¿Crees que soy un idiota? ¡No juzgues un libro por su portada!
-No te estoy juzgando, eres chico y eso equivale a idiota.
-Madre mía…
-¿Madre tuya qué?
-Nada, nada.-Se encoge de hombros.- Deberías cambiar, no sé como puedes tener novio.
-¿Novio? ¿Quién ha dicho que lo tenga? ¡Yo no quiero saber nada de eso!
-¿Y entonces quien era Dave?
-¡A ti que te importa! Es mi vida personal.
-Pero yo soy tu jefe.
-No, mis jefes son tus padres.
-¿Los ves aquí? ¿No? Pues entonces el mayor soy yo, así que mando mientras estén ausentes.
Niego con la cabeza y me voy a la cocina a preparar los desayunos para cuando se despierten.
-¿Otra vez tú? ¡No hace falta que me sigas a todos lados!
-A ver.-Se acerca a mí.-Que te quede claro que tú no me mandas, esta es mi casa y hago lo que quiera.-Me sonríe.-Y cuidas de mis hermanos, yo solo te vigilo para que hagas bien tu trabajo.
-¿Y tú qué? ¿No tienes que ir a trabajar?
-Sí, en 10 minutos te dejo en paz, pero hasta entonces me vas a tener que aguantar.
-Pero ahora no están tus hermanos, ¿por qué me vigilas? ¿A caso piensas que te voy a robar? No, gracias, ya tengo todo lo que quiero.
Él se encoge de hombros y continúa observándome en silencio.
La puerta de la cocina se abre y aparece Marvin frotándose los ojos.
-Buenos días campeón.-Saluda su hermano.
-Buenos días Marvin.-Sonrío.-Ya tienes tu desayuno listo.
-Hola, gracias.-Dice sentándose en frente de su desayuno.
El silencio reina en la cocina.
-Bueno yo me voy ya, si pasa algo llámame.
Asiento.
-Adiós, pequeño.-Le alborota el pelo.
-Adiós tato.-Sonríe.


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