Capítulo VIII
Los
días siguientes fueron normales, lo único que hacía era estar en casa con mi
tía y después en el trabajo pues la familia Cooper me necesitaba cada vez más
horas.
Por
suerte no me encontraba con Byron o si lo hacía ya no me daba la brasa,
simplemente me hacía un pequeño gesto como saludo y poco más.
A
Tylor la echaba mucho de menos, pero el poco tiempo libre que tenía me lo
pasaba durmiendo.
El
timbre no deja de sonar despertándome de la pequeña siesta tras una larga
jornada.
<<
¿Y mi tía qué hace para no abrir?>>
Me
levanto resignada del sofá y me dirijo a la puerta, abro la puerta y me
encuentro con una Taylor muy sonriente.
-Hola
mi amooooorrrrrrrr.-Se lanza a mis brazos.
-Hola
cielo, ¿y esta efusividad?
-¡Te
echaba de menos y no aguantaba más sin verte!
-Ya,
ya…algo más ha pasado para que estés así.-Digo levantando una ceja.
-¡Qué
bien me conoces!-Sonríe entrando como Pedro por su casa.
Llega
al sofá y se deja caer sin que su brillante sonrisa desaparezca y la acompaña
con un suspiro feliz.
-¿Me
vas a contar ya lo que te hace estar así de feliz?
-¡Ven,
sientaaaa!-Se sienta bien y da unas palmaditas a su lado.
Me
siento donde ella me indica y espero a que hable.
-¡Trevor
me ha pedido perdón!
-¿Y?
-Lo
ha hecho de la manera más romántica y bonita… ¡Mejor que en las películas!
-¿Cómo?
-Pues
vino de sorpresa a mi casa, al principio no lo abrí, bueno directamente no le
abrí hasta que después de dos horas iba a salir de casa.-Suspira de nuevo.-
¡Esperó por mí! Y luego me dijo unas cosas preciosas… Me pidió perdón y me ha
regalado un hermoso ramo de rosas… ¡Es gigante! Mira.-Dice sacando su móvil y
enseñando su regalo.
-Y
tú eres tan tonta de perdonarlo, ¿no?
-¡Ariel!-Dice
enfadada, pero su sonrisa no tarda en volver.-Sé que lo que hizo no está bien,
pero…saqué las cosas de sitio, o sea no somos novios, él puede enrollarse con
quien quiera.
-No
digo que no lo pueda hacer, pero delante de tus narices y en tu fiesta de
cumpleaños…
-Lo
sé, él me ha dicho que se arrepiente, que bebió demasiado y… surgió.
-Ellos
y sus excusas…
-Bueno,
pero es que la cosa no acaba ahí.
-¿Ah
no?
-¡Me
ha pedido salir!-Salta de la alegría.- ¡Ya tienes cuñiiiiii!
-¿Qué?
¡NO!-Grito.-Vale que te líes con él y eso, pero que sea tu novio ya es otra
cosa.-Resoplo.
-¿No
quieres que sea feliz?
-Claro
que quiero, pero…
-Ariel,
sé que ha cometido un error, pero también es persona y puede
equivocarse.-Vuelve a sonreír.-Él es un cielo, y sé que no pasará más, estando
juntos sé que no me va a ser infiel.
-Bueno…
Espero que de verdad no te ponga los cuernos ni te haga daño de ningún modo
porque…
-Sí,
lo matarás y si lo hace te daría mi permiso.-Se acerca a mí y me abraza.-Pero
no va a pasar eso, no vas a tener que revivir todos esos momentos.
-¿Me
lo prometes?
-Te
lo prometo.-Me sonríe y me da un beso.-Si veo algo raro lo pararé antes de
tiempo.
Sonrío
no muy convencida y ella me abraza con fuerza.
Mis
lágrimas aparecen tras recordar el pasado.
-Oye,
¿y si llamas a Dave y tomas algo con él o algo?-Me sugiere.-Te vendría bien
despejarte, andas muy estresada últimamente.
-No
sé…
-Es
más si quieres le digo a mi novio.-Sonríe.- ¡Qué bien me siento al llamarlo
así! Y salimos los cuatro juntos, ¿qué te parece?
-Prefiero
descansar…
-Anda,
por favor… ¡Hazlo por tu mejor amiga a la que casi ya no ves!-Me pone pucheros.
-Está
bien...
-¡Yujuuu!
No hay comentarios:
Publicar un comentario