lunes, 10 de agosto de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN XXVII

 -¿Connor? ¿Lana? Pensábamos que estaríais en tu casa.

-En un principio fuimos allí pero luego vinimos aquí.-Respondió Connor.
Yo miraba a la pareja que se encontraba delante de nosotros, seria y sin decir nada, al igual que la chica me miraba a mí de la misma forma.
-¿Podéis dejar a un lado vuestro orgullo y abrazaros?-Preguntó Roy.
Di un paso al frente dispuesta a dar mi brazo a torcer pero mi amiga seguía en el sitio.
Ambos chicos suspiraron, nos abrazaron a la cintura y nos juntaron como si fuéramos dos muñecas.
Escuché una risita de mi mejor amiga que se me contagió y dejando la rigidez que tenían mis brazos la abracé con fuerza.
-Lo siento muchísimo pequeña, sé que no eres una egoísta y que tú tenías razón.
-Yo también lo siento por haberme ido de esa forma.
Entre lágrimas nos dimos las paces y sonreímos al fin.
-¡Roy!-Exclamé pegándole un pequeño susto.- Te necesitamos para averiguar qué es lo que trama tu hermana.
-Tranquila, ya sabemos toda la verdad. Venimos de hablar con ella.-Confesó Vega.
Abrí bien los ojos y mandé callar a todos para escuchar lo que me tenían que contar.
-Blake y ella están empezando a salir, y tu hermano simplemente estaba haciendo de celestina.
Los miré atónitos.
¡Me esperaba todo menos esa respuesta!
Negué con la cabeza haciendo resoplar a los tres.
-No me lo creo, hay algo que no me cuadra aquí. 
-¿Por qué?
-No lo sé, pero esa respuesta no me convence, no creo que os haya dicho la verdad porque tú estabas allí.-Señalé a mi morena.-Tendrás que hablar con ella a solas, al igual que haré yo con mi hermano.-Me dirigí esta vez a Roy.
-Lana...yo creo a mi hermana pues ha recibido la misma educación que Noel y yo, y sabemos que no hay que engañar a nuestra pareja.
-¡Os digo que miente! Por favor, ayudadme a averiguarlo, no quiero que ni Joel ni Blake salgan dañados...
-Pero cariño, si fuera así, ¿entonces por qué cuando nos encontramos a tu hermano estaba con Blake y no con Miranda como tu madre dijo?
-No sé, quizá Blake lo llamó y se deshizo rápidamente de ella.
Tres pares de ojos no paraban de mirarme en silencio y con una expresión completamente serios.
¡No me creían!
Las personas en las que más confiaba pensaban que estaba loca o algo por el estilo.
¡Pero yo iba a averiguar la verdad! Con o sin su ayuda.
Furiosa fui hacia la entrada, recogí mi mochila y decidida abrí la puerta para irme lejos de esos traidores.
-¡Lana espera!-Vino Connor detrás de mí.-Para, por favor.-Me agarró del brazo.
-¿Qué quieres? Me has dejado claro en qué lado estás.
-Cielo, no estoy de ningún lado. Solo que creo que...
-¿Qué estoy loca? ¿Qué soy yo la que miente? ¡Te juro por lo que más quiero que ocultan algo más! 
-Ey, tranquila mi niña.-Me abrazó.
Me descontrolé en un llanto.
Cuando me calmé algo me quitó la mochila de nuevo y me llevó con nuestros amigos y entre los tres terminaron convenciéndome de que debía creer en lo que les había dicho Miranda.
Para distraernos decidimos poner una película y llamar al Burguer King para que nos trajeran la cena a casa de los Wilson-Wayne.
Y así entre risas pasamos el resto del día antes de que los chicos nos acompañaran a nuestras casas.
(***)
La semana siguiente me dediqué a ensayar para la beca de baile mientras cuidaba de mis hermanos pequeños con ayuda de mi novio y mis amigos, que me habían ido a visitar.
El tema de la nueva pareja seguía rondando en mi mente dejándome aún con la duda de si realmente era como la chica dijo, o si ocultaba algo, pero no quise mencionárselo a nadie.
Eliot también vino una tarde a ver como progresaba y por fin decidió que era hora de preparar la coreografía que mostraría unas semanas después para adentrarme en la academia de baile.
Y mi madre cada vez estaba más contenta con el cambio de trabajo, pues a pesar de que cuando estaba de tarde no nos veía a penas, disfrutaba al máximo las otras semanas y los fines de semana.
De esta forma sentía como los pequeños de la casa crecían ahora aún más felices pues por fin tenían una figura materna que les guiaría y educaría de la mejor forma posible.
Gus Wilson empezó también a formar parte de nuestras vidas, sobre todo los fines de semana que, o bien venía a nuestra casa o bien nos invitaba a la suya.
Él estaba haciendo feliz a mi madre como hacía años que no la veía y presentía que de un momento a otro podría convertirse en nuestro padrastro.
¡Seguro que ya tenía elegido el anillo para pedirle matrimonio a Viviana!
Sin embargo, ese día no llegaba y me apenaba un poco pues yo comenzaba a cogerle cariño y se comportaba como un padre de verdad con todos nosotros.
Mi amistad con Vega seguía igual o mucho mejor que siempre, sin importar aquella pelea que llegamos a tener, e incluso me uní más aún a Roy, quién siempre había sido mi amigo pero con los años nos distanciamos un poco.
Mi relación con Connor cada vez iba mejor y se hacía más notable.
Es más todos lo sabían a pesar de que se hacían los locos.
Ya no era un secreto que había florecido un amor entre mi jardinero y yo, al igual que las semillas que habíamos plantado semanas atrás empezaban a crecer.
Y eso hacía muy felices a todos, incluso a mi mellizo, a pesar de que lo amenazaba con dejarle sin herencia si me hacía daño.
Sin embargo, las veces que Blake y Miranda habían aparecido por casa se habían mostrado algo más fríos y serios al vernos a Connor y a mí, sembrando más dudas en mi mente, aunque intentara dejarlo de lado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario