martes, 21 de julio de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN XXIII

Mi madre palideció al escuchar esas palabras.
-No...no hace falta que contestes...perdón por preguntar es que...
-Sí hace falta.-Me interrumpió de imprevisto.-Siento que es necesario que sepas la verdad.
<<¿Eso quería decir lo que estaba pensando? ¿Gus era el padre biológico de mi hermano menor?>>
-El padre de Axel como bien sabías no es el mismo que el tuyo.-Comenzó a relatar.-Hace tres años o incluso algo más tu padre empezó a ausentarse más en casa, a penas nos veíamos y yo empecé a cansarme, sin embargo lo seguía amando con locura y por eso intenté esperar a que la situación cambiara.
>> Un fin de semana en el que Joel y tú os habíais ido de excursión con vuestros amigos decidí llevar a Hera con Olivia, sabía que se pondría contenta y que a Samantha no le importaría. Necesitaba un tiempo para mí sola, para cuidarme y mimarme. Así que cuando estaba sola me pegué un baño largo con música de fondo, mi favorita.-Sonrió.-Iba todo bien, conseguí olvidarme de todos los males durante un par de horas hasta que me dio por mirar nuestro álbum de fotos y al llegar a ver las de la boda empecé a llorar. Sentía rabia y empecé a tirar cosas al suelo, poco después alguien llamó a la puerta. Abrí y me encontré al vecino pelirrojo y me pidió que dejara de hacer ruido. Me derrumbé en cuanto lo vi, él me consoló y sin darnos cuenta acabamos en la cama. Me sentí bien, feliz, hasta que la imagen de tu padre volvió a mi mente, lo eché y no quise saber nada más de aquel hombre.-Empezó a sollozar.
-Entonces...-empecé a decir pero sin saber como continuar.-¿No es Gus?
-¿Qué?-Se sorprendió.-Claro que no, cariño.-Rió.
Reí aliviada al saber que no era él, aunque una parte de mí quería que lo fuera, no sé por qué.
-¿Entonces cómo ocurrió todo con...Gus?
-Estas últimas semanas, el tenerlo cada tarde trabajando a sol y a sombra ha ayudado mucho.-Sonrió.-Vamos a dormir ya, que es tarde, deja de preguntar.
Reí y subimos cada una a su habitación.
(***)
El domingo lo pasamos como últimamente hacíamos ese día de la semana: la familia Sullivan al completo; feliz y disfrutando de cada uno de nosotros.
Cuando la nueva semana comenzó me sentía más contenta aún porque podría disfrutar de más tiempo al lado de mi novio.
¡Connor era mi novio! Y aún seguía sin creérmelo aún.
Mientras mis hermanos dormían la siesta mi chico y yo pasábamos el rato en el nuevo cobertizo llenándonos de amor y después salíamos a sembrar las tierras para que en un tiempo empezarán a crecer nuevos árboles y flores.
Hera apareció en el jardín sola justo cuando el castaño me estaba abrazando por detrás y diciéndome al oído lo guapa que me veía de jardinera.
-¿Qué hacéis? ¿Sois novios?-Preguntó con una sonrisilla.
Rápidamente me separé de mi pareja y me acerqué a ella.
-No...-Dije ruborizada.-¿Y Axel?
-Durmiendo todavía.-Se encogió de hombros.-¡No cambies de tema!-Se cruzó de brazos.
<<¡Qué lista era mi hermana! ¿Cómo crecía tan rápido?>>
-¿Sois novios?-Volvió a preguntar, pero esta vez mirando a Connor.
-Eh...yo...
-No.-Respondí de nuevo.
-No estaba hablando contigo.
-Pero yo sí contigo.-Dije poniéndome a su altura.-Connor y yo solo somos amigos.
-¡Mentira! ¡Os he visto muy juntos y los amigos no están tan juntos!
-Claro que sí, ¿o acaso tú no te das abrazos con Olivia?
-Sí...pero es distinto.
-No, princesa, un chico y una chica pueden ser amigos y abrazarse igualmente, al igual que haces tú con Axel o con Joel.
Se quedó mirándonos un rato en silencio hasta que sonrió y asintió.
<<¡Uf...de la que me había salvado!>>
-¿Puedo ayudaros?
-Claro, pequeña.-Dije ofreciéndole mi mano.
Unió la suya con la mía y nos acercamos a donde estaban todo lo necesario, le di una pequeña pala y le expliqué que tenía que hacer.
-Voy a ver como está Axel, ahora vengo.
Ambos me sonrieron y siguieron trabajando.
Cuando llegué a la habitación amarilla limón observé como el pelirrojo seguía durmiendo plácidamente.
Me acerqué para comprobar que estaba bien pero cuando le di un beso en la mejilla noté que estaba ardiendo.
Asustada fui al servicio en busca del termómetro y volví junto a mi hermanito.
Sus ojos ya estaban abiertos y brillaban por la alta temperatura que tenía su cuerpo.
Lo destapé y le pedí que levantara un poco el brazo.
-Tranquilo mi niño, te pondrás bien.
Tosió y asintió un poco con la cabeza.
-¿No puedes hablar?
-N...n...o...
-No pasa nada, háblame por señas, ¿vale?
Asintió de nuevo.
-¿Te duele la cabeza? Si es que sí parpadea.
-Eso es porque tienes fiebre. ¿Te duele algo más? 
Negó con la cabeza y suspiré algo aliviada.
-Voy a por un paño húmedo, quédate tranquilo.
Me levanté rápido y antes de nada avisé al jardinero de que se quedara cuidando de Hera mientras yo atendía y cuidaba a Axel.
-¿Qué le pasa?-Se preocupó su hermana.
-Tiene un poco de fiebre, pero se pondrá bien. Mientras ayuda a Connor, ¿vale?
-Vale.-Sonrió.
-Gracias.-Me dirigí al jardinero.
-De nada.-Me sonrió.-Ve tranquila.
Asentí y regresé junto al pequeño.
-¿Ha pitado?
Hizo un ademán para quitarse el termómetro.
Tenía 37'6 º, no era mucho pero sí lo suficiente para que se encontrara mal.
Le puse el paño húmedo en su frente y me quedé con él intentando distraerlo contándole cosas sobre diferentes animales (su tema favorito.)
Después de un buen rato empezó a reír y eso era una buena señal.
Le puse el aparato de nuevo y vi que efectivamente le había bajado la temperatura.
-¿Te encuentras mejor?
-¡Sí! 
-Me alegro mucho mi niño.-Le sonreí.-¿Quieres que te acerque algún juguete? 
-Sí.
-Pero no te muevas todavía de la cama, ¿eh?
-Vae.
Sonreí y le acerqué un dinosaurio que rugía cuando le apretabas la mano derecha.
Cogí otro muñeco y empecé a jugar con él.
(***)
A las 19.45 Axel ya estaba completamente recuperado así que le dejé que bajara a jugar con su hermana en el salón, mientras yo los vigilaba desde el jardín.
-¿Qué tal se ha portado Hera?
-Muy bien, me ha ayudado a poner varias semillas.-Sonrió.
-¿Sí? ¿No se ha quejado ni ha sido borde?
-Al contrario, ha sido muy dulce.
-¡Qué raro! Si siempre es muy borde con alguien que no sea de la familia.
-Me habrá cogido cariño en este mes.
-¿Mes?-Abrí bien los ojos.
-Sí, ya hace un mes que empecé a trabajar para vosotros.
-¡Qué rápido se ha pasado!
-Eso quiere decir que has estado muy a gusto conmigo.-Se acercó a mí.
-No te acerques tanto...nos pueden ver.-Me sonrojé.
-¿Te avergüenzas de mí?
-¡No, claro que no! Pero...ya sabes no quiero que...
-Se estropee tan rápido.-Continuó él.-Tranquila, solo era una broma.-Rió.
-¡Tonto!-Lo golpeé en el pecho.
-Tu tonto.-Subió y bajó las cejas.
Negué con la cabeza riendo.

viernes, 17 de julio de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN XXII

Cuando llegamos Joel se ofreció acostar a nuestros hermanos mientras yo me despedía del jardinero, así que les di un beso a Axel y Hera y se marcharon junto a mi mellizo.
-¿Quieres entrar a beber algo?-Le ofrecí con una sonrisa.
-A beber algo no...pero quizá me gustaría hacer otra cosa.
-¿Qué cosa?
-Vamos y lo averiguarás.-Me cogió de la mano y entramos en la casa.
Salimos al jardín y me llevó al cobertizo.
-Vamos a estrenarlo.-Dijo Connor cerrando la puerta tras de sí.-Enciende la luz, ¿no?
-No, o sino Joel se enterará de que estamos aquí.
-¿Qué quieres? ¿Tropezarte?
-No, usaremos la linterna del móvil, se notará menos.-Dije encendiéndola y enfocando al chico.
-¡Ay, qué me dejas ciego!
-Sh...No grites o nos oirán.
-Pues cállame tú.
Asentí con la cabeza y con un beso apagué sus palabras.
El beso comenzó siendo lento, con ternura, pero poco a poco aumentó la velocidad.
Sin embargo me separé a tiempo.
-Yo...no...
-Tranquila, cielo.-Dijo sin separar sus manos de mis caderas.-Esperaré el tiempo que haga falta.
Los dos sonreímos en silencio, no en uno incómodo, sino en uno en el que ambos nos decíamos todo con la mirada.
-Lana...yo...sé que es muy pronto...pero...quisiera saber si...bueno...querrías ser mi novia, no ahora sino un poco más adelante porque sé que tienes miedo de que te haga daño, pero te prometo que te voy a hacer la chica más feliz del mundo.-Subió una de sus manos a mi cara y comenzó a acariciarme.-Porque te lo mereces después de tanto sufrimiento, te mereces lo mejor del mundo entero y yo quiero dártelo porque tú y tus ojos me cautivaron desde el primer minuto que te vi.
-¡Normal, si me viste con poca ropa!-Reí.
Él rió también.
-¿Qué dices entonces?
-¡Pues claro que quiero ser tu novia! Es más...no quiero esperar más, como tú has dicho tengo miedo, pero en estos días me estás demostrando que me quieres hacer de todo menos daño.-Reí.-Así que...oficialmente seamos novios desde este momento.
Él abrió los ojos sorprendido, momento que aproveché para acercarme a sus labios y besarlo de nuevo.
-Eres el secreto de mi jardín.-Susurré separándome un poco de él para después volverlo a besar.
-Jooo...¡Yo quiero que el mundo sepa que tengo a la mejor novia del universo!
Reí negando.
-¿Por qué?
-No...quiero que se estropee tan pronto.-Confesé en un tono apenas audible.
-Ey, nada ni nadie hará que el amor que comienza a florecer lo estropee.-Sonrió y acarició mi pelo.
-¿De verdad?
-De verdad de la buena.
-Hagamos una cosa...-Le susurré al oído.
-Me parece perfecto.-Sonrió antes de cerrar el pacto con un beso.
Después de compartir unos minutos más de mimos decidimos que era hora de separarnos pues seguramente todos se preguntarían donde nos habríamos metido.
Suerte que mi madre aún no regresaba...el único que podía pillarnos era mi mellizo.
Salimos del cobertizo y Connor salió en silencio del jardín por la puerta que daba directamente a la calle una vez que nos despedimos y yo entré en casa.
Cuando subí las escaleras me encontré con una sombra que encendió la luz.
-¡Jod**, qué susto me has pegado capu***!-Dije dándole en el brazo.
Él no paraba de reírse.
-¡Tendrías que haber visto tu cara!
-Como tenga pesadillas por tu culpa...
-¿Por qué tardaste tanto?
-Me quedé tomándome un yogur de beber.
-¿Y por qué no oí ruidos en la cocina? No mientas hermanita...-Me miró acusatoriamente.-¿Qué te traes en manos con el jardinero?
-¿Yo? Nada.-Escondí mi mano que empezaba a temblar.
-Ya, ya...¿Crees que soy tonto?
-Sí lo eres mucho, ¡y un pesado! Déjame pasar que tengo sueño.
-Ah claro...ahora tienes sueño...¿Por qué no has venido antes?
Suspiré e intenté apartarlo de mi camino, y lo conseguí pero se convirtió en mi sombra.
-¿No me vas a dejar en paz?
-No hasta que me cuentes que tienes con él.
-Amistad.
-He visto como os miráis... Podéis engañar a todo el mundo, pero a mí no.
-¡Vete pesado!
Joel negó con la cabeza y se sentó en mi cama.
Suspiré, cogí mi pijama y salí hacia el baño con suerte de que cerré la puerta a tiempo para que mi hermano no entrara.
Cuando me cambié salí encontrándome con mi mellizo enfadado.
-¡Cómo se atreva a acercarte a ti se enterará!
-Blablabla.-Entré en mi cuarto rápidamente y le cerré en toda la cara.
<<¡Por fin me libré de él!>>
Me metí entre las sábanas y tras mandarle un Whatsapp a mi novio intenté dormir.
Y digo intenté porque de la felicidad que tenía en esos momentos no lo lograba.
Mil mariposas revoloteaban en mi interior.
No paraba de pensar en como mi vida había empezado a cambiar a penas unas semanas.
El pasado ya no me atormentaba, al menos como antes y aunque aún lo seguía recordando y me daba miedo el futuro que me deparaba, intentaba disfrutar del presente y de las oportunidades que me estaba regalando la vida.
También me sentía feliz por mi madre pues ella volvió a encontrar el amor.
Justo en ese instante recordé algo.
<<¿Qué es lo que se le pasó por la cabeza a Vega cuando hablamos sobre el tema y por qué no me lo quiso contar?>>
Negué con la cabeza intentándolo olvidar, pero sabía que no iba a conseguir dormir así que la escribí.
        Hola locaaa :P Perdón por las horas pero sé que no conseguiré dormir sin preguntarte esto... ¿Qué es lo que pensaste cuando te conté que vi a mi madre y a Gus muy juntos? 

Ella: Holaa bonita mía <3 Sabes que me puedes hablar cuando quieras, ya sean las 5 de la tarde o las 3 de la mañana. Pues que estaban liados, ¿por? ¿has descubierto algo?
Yo: Ya te contaré en persona, pero no me refiero a eso...sino a lo que no me quisiste decir.
Ella: Buf...no me acuerdo, tía.
Yo: Sé que sí, cuéntamelo por fa... :(
Ella: Está bien...quizá sea una tontería mía, pero me pregunté si Gus y tu madre se llevaban desde hace años y no lo hemos sabido hasta ahora.
Yo: ¿Cómo que desde hace años? ¿A qué te refieres?
Ella: ¿Tu madre te dijo alguna vez quien era el verdadero padre de Axel?
Yo: Eh...no... ¿A qué viene eso ahora?
Ella: ¿Y si es Gus?
Abrí bien los ojos leyendo lo que mi amiga me había mandado. 
<<¿Cómo iba a ser eso posible? No, no lo creía.>>
Yo: No lo creo...Gracias por contármelo, te quiero, descansa.
Escribí un último mensaje y seguí en el intento de dormir.
Pero ahora tampoco podía ir al mundo de los sueños.
Justo en ese momento el sonido de la puerta de la entrada sonó.
¡Mi madre había llegado a casa!
Miré la hora en mi móvil y descubrí que ya eran las 2 de la mañana. 
¡Qué rápido se me había pasado el tiempo!
La pregunta que me había hecho Vega volvió a mi mente.
<<¿Y si tenía razón? Solo había una manera de averiguarlo.>>
Salí de mi cama y con sigilo bajé a la planta de abajo.
Viviana se encontraba en la cocina bebiendo agua.
-¿Qué haces despierta todavía?-Se asombró al verme.
-No conseguía dormir...y como te he oído he venido a darte las buenas noches.
Me sonrió mientras dejaba el vaso en el fregadero.
-Muy bien cariño, entonces buenas noches, que descanses y sueñes con cosas bonitas.-Me dio un beso en la mejilla.
-Un momento mamá, quisiera...
-¿Cuál?
-Quiero saber si...si...
-¿Si? Hija, es muy tarde, ¿por qué no lo hablamos mañana?
-No puedo mamá, no hasta que no sepa la verdad.
-¿Qué verdad? ¿De qué estás hablando?
-¿Quién es el padre de Axel?-Pregunté sin pestañear.

EL SECRETO DE MI JARDÍN XXI

A la tarde siguiente Eliot me llevó a la academia donde trabajaba y me quedé asombrada al ver lo alta y bonita que era su fachada.
Entramos por la puerta doble de cristal encontrándonos con un recibidor donde una señora morena, baja y delgada nos sonrió.
-Buenas tardes Claire, ella es mi amiga Lana.
-Encantada Lana.
-Igualmente.-Le devolví la sonrisa.
-¿Está Abby en su despacho?
-Sí, está ocupada así que llama antes de entrar.
El chico asintió y empezó a caminar por el largo pasillo.
Subimos unas escaleras de madera que se encontraban al fondo a la izquierda y entramos en la primera puerta a la derecha que daba a un pequeño recibidor cuadrado con otras tres puertas.
Eliot llamó a la puerta de enfrente.
Esperamos unos segundos hasta que una voz dulce nos dio permiso para entrar.
-Buenas tardes señorita Abby.
-Buenas tardes querido.-Le sonrió.
Abby era más joven de lo que creía; tendría unos diez años más que yo a lo máximo. Su cabello era de un rubio dorado, largo y ondulado y sus ojos eran del mismo color que los míos.
-Veo que vienes acompañado, ¿quién es esta chica tan guapa?
-Soy Lana.-Dije colorada sin perder mi gran sonrisa.
-Fue mi compañera de clase en el grado de educación infantil, es una gran amiga y su pasión es el baile.
-Vaya, vaya...¿desde cuándo bailas?
-Desde pequeña...-Sonreí.-En el colegio me apunté a danza jazz y luego durante mi etapa del instituto asistí a clases de baile Fitness.
-Interesante.
-Le dije que se pasara un día para enseñarle la academia y se está preparando para la beca.
Abby me observó de arriba a abajo seriamente mientras estaba callada.
Después de acabar de analizarme sonrió.
-Bien, pues enseñemos el centro a esta bella bailarina.
Asentí con la cabeza y salí detrás de mi amigo.
Sin salirnos del recibidor donde minutos antes habíamos esperado a la dueña, me enseñaron lo que había tras esas dos otras puertas.
La primera puerta daba a un pequeño almacén compuesto por muchas estanterías llenas de archivos y un ordenador de mesa, mientras que la segunda era una sala de reuniones donde había una larga mesa blanca con muchas sillas a su al rededor, una máquina de café, una papelera y una pequeña ventana.
Salimos de allí sin bajar, y vi las diferentes aulas.
Algunas no tenían más que un espejo y  ciertos materiales útiles para bailar, en cambio otras tenían pupitres y una pizarra para dar la teoría.
En la planta baja había una sala de baile más grande que el resto más otras cuatro algo más pequeñas, así como una sala de descanso donde podían comer los usuarios o simplemente relajarse, además de una habitación donde se hacían y guardaban las vestimentas.
-¿Qué te ha parecido?-Me preguntó mi amigo una vez terminamos de ver todas las instalaciones.
-¡Es muy grande este sitio y muy bonito!-Sonreí.-Me gustaría mucho poder participar en las clases del próximo curso.
-Sería un placer contar contigo...aunque aún no te he visto en acción.-Me guiñó un ojo la directora.-Así que deberás prepararte muy bien y en menos de un mes me demostrarás de que pasta estás hecha.
-Así será.
Abby asintió y me dedicó una última sonrisa antes de despedirse de nosotros y volver a sus cosas.
Eliot y yo nos despedimos también de Claire y salimos de la academia.
¡Estaba deseando pertenecer a esta escuela!
(***)
Cuando regresé a casa después de haber tomado un refresco con mi amigo, Connor ya se había ido.
Ya he llegado a casa, ¡jo...qué pena que no estuvieras! Me hubiera gustado pasar un rato contigo.
Le escribí nada más sentarme en el sofá después de saludar a mi familia.
Esperé a que me contestara mientras miraba el resto de mis redes sociales.
Tranquila...eso lo podemos arreglar con una cena en un restaurante, ¿qué te parece? ;)
Yo: ¿EN SERIO? ¡ME ENCANTARÍA!
Connor: Pues prepárate que en menos de media hora estoy en tu casa.
Le mandé un sticker de aprobación y fui a mi cuarto a prepararme.
-¿A dónde vas?
-Con Vega, mamá. Vamos a cenar por ahí.
-Pásalo bien entonces.
-Gracias mami.-Le di un beso en la mejilla.
Terminé de vestirme, me calcé y cogí mi bolso.
Decidí salir de casa antes de que mi madre me pillara la mentira y esperé en un banco cercano a mi... ¿Amigo? ¿Novio? 
No sabía que eramos, pero tampoco tenía prisa por definir nuestra nueva relación.
Poco después el coche negro del jardinero apareció.
Iba a abrir la puerta pero me hizo esperar.
Se bajó del coche y me dio un pequeño beso en los labios antes de abrirme la puerta del copiloto.
-Sube preciosa.
-Gracias.-Me sonrojé.
-De nada mi lady.
Rodeó el coche y se subió a su asiento, me dedicó una mirada dulce, quitó el freno de mano, puso la primera marcha y aceleró.
Estuvimos una hora y pico cenando, entre que nos decidíamos por el menú, nos lo traían y demás...
Mientras charlábamos de como nos había ido el día y nos contábamos alguna anécdota de nuestra infancia.
Después de la cena me llevó a casa y nos despedimos en el coche por si acaso mi madre nos espiaba desde la ventana.
(***)
Los días fueron pasando cada vez más rápido a su lado.
Connor y yo aprovechábamos cada minuto que estábamos a solas para comernos a besos y después disimulábamos actuando como simples amigos.
Nadie sospechaba de lo nuestro y eso me ponía contenta, aunque a la vez me ponía nerviosa pues siempre estaba alerta por si se notaba.
Mi mejor amiga seguía intentando emparejarme con todo el mundo y como siempre yo me negaba.
El trabajo de Roy y Gus fue terminado esa misma semana y eso significaba que no pasarían ya por casa y así el jardinero y yo tendríamos más tiempo para disfrutar junto al otro.
Mis hermanos estaban muy contentos con Gus, incluso quisieron empezar a pasar más tiempo junto a él así que mi madre invitó a su nueva pareja y su familia.
El sábado celebramos que Viviana empezaba a ser feliz después de varios años de la mejor forma posible.
¡Hicimos una barbacoa en casa de los Wilson!
A las 10 pm vi como mis hermanos bostezaban así que le dije a mi madre que me los llevaría a casa.
Joel también se apuntó y Connor se ofreció a llevarnos en su coche, mientras que mi madre se quedó un rato más con Gus.

lunes, 13 de julio de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN XIX

La fiesta terminó entre las 19.30-20.45 cuando el último invitado había abandonado la casa de los Scott.
Ya solo quedábamos la familia Wilson y mi familia, obviamente contamos también a la de los Scott.
Decidimos hacer una pequeña barbacoa para terminar de celebrar el cumpleaños de mi amiga, aunque los jóvenes todavía aún seguiríamos la fiesta yéndonos a discotecas.
Cuando terminamos de cenar cada uno volvió a su casa para darse una ducha y prepararse, excepto yo que me quedé junto a Vega tras tanto insistir.
¡No me dejaba ni a sol ni a sombra! Al igual que sucedió en mi cumpleaños.
-Oye...¿Cómo es que se llevan tan bien Gus y Viviana?-Me preguntó la morena mientras se quitaba su vestido y se ponía algo más cómodo.
-¿También te has dado cuenta? Joel y yo lo estuvimos hablando antes, pero no entendemos la situación.
-¿No estarán liados no?
-¿Qué?-Abrí los ojos como platos.-Eso es imposible.
-¿Por qué?
-Porque mi madre aún no ha superado lo de mi padre...
-¿Y si...?-Empezó a decir pero se quedó callada de repente.
-¿Y si qué?
-Nada, olvídalo.
-Ahora me lo dices.-La miré de manera acusatoria.
-Es una tontería.
-Me da igual, dímelo.
Justo en ese momento llamaron a la puerta de su habitación.
Ashley apareció con una gran sonrisa.
-Cariño, tu querido novio ya ha llegado.
-¡Ahora bajo!
Volvimos a estar solas e intenté averiguar lo que había pasado por su cabeza minutos antes, pero no había manera de sonsacarle la información.
Ella insistía en que me diera prisa pues no tardarían en llegar los demás.
Suspiré y mientras mi amiga se iba a ver a su novio me cambié el mono por unos vaqueros y un top de brillantes que me había prestado Vega.
Ella se había vestido con una falda de tubo negra y una blusa de leopardo.
Salí en busca de mis amigos y me los encontré enrollándose en el sofá.
Negué con la cabeza y decidí ir al servicio mientras.
¡No quería estar de sujetavelas!
Cuando volví al salón Connor ya había llegado.
-Hola de nuevo, Lana.-Me sonrió.
-Hola Connor.-Le devolví la sonrisa.
Nos quedamos mirándonos hasta que el timbre sonó y mi amiga fue a abrir.
Blake, Joel y Miranda también estaban listos así que nos despedimos de los padres de Vega y fuimos hacia los coches.
Como eramos muchos nos dividimos en Roy, Vega, Connor y yo que montamos en el coche del primero y el resto montaron en el de Miranda.
Llegamos a la discoteca en la que estuvimos la otra vez, pedimos cervezas para todos y empezamos a bailar, bueno más bien solo las chicas pues ya sabéis...estos chicos eran demasiado sosos.
(***)
-Vega, mi amor, lo siento pero ya estoy muerta...creo que me voy a ir a casa ya.
-¡Nooo! Por favor...un poquito más...-Me puso pucheros.
Negué con la cabeza y ella dejó de insistir pues sabía que me podía llegar a enfadar con ella si lo hacía.
-¿Cómo vas a volver a casa?
-Cogeré un taxi.
-¿Qué pasa?-Me preguntó Connor al oído.
-Me voy ya.
-¿Sola?
-Sí, cogeré un taxi.
-Te acompaño entonces, yo también me quiero ir.
-No hace falta.
-Sí hace falta.-Me sonrió.
Terminé aceptando así que nos despedimos de todos y vi como Miranda se nos quedaba mirando.
<<¿Qué la pasaba conmigo? Si luego era bien maja cuando estábamos a solas...>>
Salimos del local y el jardinero llamó a un taxi.
-Tardará diez minutos o así me han dicho.
Asentí con la cabeza.
Nos quedamos en silencio, bueno, mejor dicho se oía solo el bullicio de los grupos que estaban a fuera hablando, fumando y riendo.
-¿Qué tal te lo has pasado?
-Muy bien, ¿y tú?
-Muy bien también.
-Me alegro.
-Y yo.-Me sonrió.
-Gracias por querer acompañarme.
-Gracias las que tú tienes.-Me guiñó un ojo.
Reí.
-Sois muy buenos.-Admití con las mejillas rojas.
-¿Quiénes?
-Tú y tu banda.
-Gracias.-No dejaba de sonreír.-¿Te gusta el rock?
-Bueno...no es que me encante, pero para un rato sí.
Él rió.
-Hacía mucho que no tocábamos con público.
-Ya, ya me lo dijo Roy que vuestros compañeros andan ajetreados.
-Sí, Laia y Max son esposos y tienen un hijo del que cuidar, a parte de que con sus trabajos apenas tienen tiempo...
-¡Vaya!-Me sorprendí.-¿Cuántos años tiene su hijo?
-Tiene 8 meses y llevan casados un año, fue inesperado.
-Pero...son muy jóvenes, ¿no?
-Sí, pero son muy felices y se nota que están muy enamorados.
-Ya, bueno.
-Aunque yo estuviera enamorado de una persona no me casaría tan pronto...querría disfrutar primero, pero nunca digas nunca.
-Eso es verdad.
Hablamos un rato más sobre la banda hasta que el taxi apareció.
Connor abrió la puerta y me dejó pasar tal y como el caballero que parecía ser.
Le di las gracias con una sonrisa y dije mi dirección al conductor.
Veinte minutos después llegamos a mi casa.
-Gracias de nuevo.
-No hay de que, ya te lo he dicho.-Me sonrió.
-Sí hay de qué, hay que ser agradecidos.
-En ese caso gracias a ti.
-¿Por qué?
-Por ser tan increíble.
Me ruboricé al instante e intenté esconderme entre mi pelo.
-¡No te escondas!-Dijo apartándome el pelo y levantando mi cara.-Eres preciosa.
Sentí más calor aún.
-Gr...gracias...
Nuestros ojos se conectaron y en silencio me perdí en su mirada.
Me moría por probar sus labios y parecía que él tenía el mismo pensamiento pues empezaba a acercarse a mí mientras llevaba sus manos a mi cintura.
Sentí cosquillitas recorrer mi cuerpo ante su contacto y sin dejar de perderme en el café de sus ojos me iba acercando.
Después cerramos los ojos y por fin sentí sus labios contra los míos.
¡Me estaba besando! ¡El chico que me empezaba a gustar me estaba besando!
Quise disfrutar del beso que duró ¿un minuto? ¿dos? ¿más?
No lo sé, pero me encantaba sentir como nuestras lenguas jugaban juntas.
Me quedaba ya sin aire por lo que me separé y nos miramos de nuevo a los ojos mientras sonreíamos como bobos.
-¡Wow!-Exclamé en un hilo de voz.
-Ha sido alucinante.
Asentí.
-Me moría de ganas por besarte.-Me confesó con una sonrisa más grande aún.
-Yo...también.-Admití roja como un tomate.
-Pero si me dijiste que...
-Lo sé...olvídalo.
-¿Quieres que olvide nuestro beso?-Abrió los ojos.
-¡NOO! Me refiero a lo que te dije.
-Ah,¡qué susto!-Rió.
-¿Sabes? Sufrí mucho cuando...
-Shh.-Me interrumpió.-No estropees el momento.-Me acarició la cara antes de volverme a besar.
Continuamos besándonos durante unos minutos más hasta que vi la hora y decidí irme a casa.
-Buenas noches princesa.-Me sonrió.-Que descanses y sueñes conmigo.
-Buenas noches jardinero.-Reí.-Tú también.
Él no se fue hasta que se aseguró de que estaba sana y salva en casa.
Feliz me fui a mi dormitorio donde intenté dormir, pero no podía evitar pensar en todo lo que acababa de suceder.
¡Había besado a mi jardinero! 
No me lo podía creer aún.