Mi madre palideció al escuchar esas palabras.
-No...no hace falta que contestes...perdón por preguntar es que...
-Sí hace falta.-Me interrumpió de imprevisto.-Siento que es necesario que sepas la verdad.
<<¿Eso quería decir lo que estaba pensando? ¿Gus era el padre biológico de mi hermano menor?>>
-El padre de Axel como bien sabías no es el mismo que el tuyo.-Comenzó a relatar.-Hace tres años o incluso algo más tu padre empezó a ausentarse más en casa, a penas nos veíamos y yo empecé a cansarme, sin embargo lo seguía amando con locura y por eso intenté esperar a que la situación cambiara.
>> Un fin de semana en el que Joel y tú os habíais ido de excursión con vuestros amigos decidí llevar a Hera con Olivia, sabía que se pondría contenta y que a Samantha no le importaría. Necesitaba un tiempo para mí sola, para cuidarme y mimarme. Así que cuando estaba sola me pegué un baño largo con música de fondo, mi favorita.-Sonrió.-Iba todo bien, conseguí olvidarme de todos los males durante un par de horas hasta que me dio por mirar nuestro álbum de fotos y al llegar a ver las de la boda empecé a llorar. Sentía rabia y empecé a tirar cosas al suelo, poco después alguien llamó a la puerta. Abrí y me encontré al vecino pelirrojo y me pidió que dejara de hacer ruido. Me derrumbé en cuanto lo vi, él me consoló y sin darnos cuenta acabamos en la cama. Me sentí bien, feliz, hasta que la imagen de tu padre volvió a mi mente, lo eché y no quise saber nada más de aquel hombre.-Empezó a sollozar.
-Entonces...-empecé a decir pero sin saber como continuar.-¿No es Gus?
-¿Qué?-Se sorprendió.-Claro que no, cariño.-Rió.
Reí aliviada al saber que no era él, aunque una parte de mí quería que lo fuera, no sé por qué.
-¿Entonces cómo ocurrió todo con...Gus?
-Estas últimas semanas, el tenerlo cada tarde trabajando a sol y a sombra ha ayudado mucho.-Sonrió.-Vamos a dormir ya, que es tarde, deja de preguntar.
Reí y subimos cada una a su habitación.
(***)
El domingo lo pasamos como últimamente hacíamos ese día de la semana: la familia Sullivan al completo; feliz y disfrutando de cada uno de nosotros.
Cuando la nueva semana comenzó me sentía más contenta aún porque podría disfrutar de más tiempo al lado de mi novio.
¡Connor era mi novio! Y aún seguía sin creérmelo aún.
Mientras mis hermanos dormían la siesta mi chico y yo pasábamos el rato en el nuevo cobertizo llenándonos de amor y después salíamos a sembrar las tierras para que en un tiempo empezarán a crecer nuevos árboles y flores.
Hera apareció en el jardín sola justo cuando el castaño me estaba abrazando por detrás y diciéndome al oído lo guapa que me veía de jardinera.
-¿Qué hacéis? ¿Sois novios?-Preguntó con una sonrisilla.
Rápidamente me separé de mi pareja y me acerqué a ella.
-No...-Dije ruborizada.-¿Y Axel?
-Durmiendo todavía.-Se encogió de hombros.-¡No cambies de tema!-Se cruzó de brazos.
<<¡Qué lista era mi hermana! ¿Cómo crecía tan rápido?>>
-¿Sois novios?-Volvió a preguntar, pero esta vez mirando a Connor.
-Eh...yo...
-No.-Respondí de nuevo.
-No estaba hablando contigo.
-Pero yo sí contigo.-Dije poniéndome a su altura.-Connor y yo solo somos amigos.
-¡Mentira! ¡Os he visto muy juntos y los amigos no están tan juntos!
-Claro que sí, ¿o acaso tú no te das abrazos con Olivia?
-Sí...pero es distinto.
-No, princesa, un chico y una chica pueden ser amigos y abrazarse igualmente, al igual que haces tú con Axel o con Joel.
Se quedó mirándonos un rato en silencio hasta que sonrió y asintió.
<<¡Uf...de la que me había salvado!>>
-¿Puedo ayudaros?
-Claro, pequeña.-Dije ofreciéndole mi mano.
Unió la suya con la mía y nos acercamos a donde estaban todo lo necesario, le di una pequeña pala y le expliqué que tenía que hacer.
-Voy a ver como está Axel, ahora vengo.
Ambos me sonrieron y siguieron trabajando.
Cuando llegué a la habitación amarilla limón observé como el pelirrojo seguía durmiendo plácidamente.
Me acerqué para comprobar que estaba bien pero cuando le di un beso en la mejilla noté que estaba ardiendo.
Asustada fui al servicio en busca del termómetro y volví junto a mi hermanito.
Sus ojos ya estaban abiertos y brillaban por la alta temperatura que tenía su cuerpo.
Lo destapé y le pedí que levantara un poco el brazo.
-Tranquilo mi niño, te pondrás bien.
Tosió y asintió un poco con la cabeza.
-¿No puedes hablar?
-N...n...o...
-No pasa nada, háblame por señas, ¿vale?
Asintió de nuevo.
-¿Te duele la cabeza? Si es que sí parpadea.
-Eso es porque tienes fiebre. ¿Te duele algo más?
Negó con la cabeza y suspiré algo aliviada.
-Voy a por un paño húmedo, quédate tranquilo.
Me levanté rápido y antes de nada avisé al jardinero de que se quedara cuidando de Hera mientras yo atendía y cuidaba a Axel.
-¿Qué le pasa?-Se preocupó su hermana.
-Tiene un poco de fiebre, pero se pondrá bien. Mientras ayuda a Connor, ¿vale?
-Vale.-Sonrió.
-Gracias.-Me dirigí al jardinero.
-De nada.-Me sonrió.-Ve tranquila.
Asentí y regresé junto al pequeño.
-¿Ha pitado?
Hizo un ademán para quitarse el termómetro.
Tenía 37'6 º, no era mucho pero sí lo suficiente para que se encontrara mal.
Le puse el paño húmedo en su frente y me quedé con él intentando distraerlo contándole cosas sobre diferentes animales (su tema favorito.)
Después de un buen rato empezó a reír y eso era una buena señal.
Le puse el aparato de nuevo y vi que efectivamente le había bajado la temperatura.
-¿Te encuentras mejor?
-¡Sí!
-Me alegro mucho mi niño.-Le sonreí.-¿Quieres que te acerque algún juguete?
-Sí.
-Pero no te muevas todavía de la cama, ¿eh?
-Vae.
Sonreí y le acerqué un dinosaurio que rugía cuando le apretabas la mano derecha.
Cogí otro muñeco y empecé a jugar con él.
(***)
A las 19.45 Axel ya estaba completamente recuperado así que le dejé que bajara a jugar con su hermana en el salón, mientras yo los vigilaba desde el jardín.
-¿Qué tal se ha portado Hera?
-Muy bien, me ha ayudado a poner varias semillas.-Sonrió.
-¿Sí? ¿No se ha quejado ni ha sido borde?
-Al contrario, ha sido muy dulce.
-¡Qué raro! Si siempre es muy borde con alguien que no sea de la familia.
-Me habrá cogido cariño en este mes.
-¿Mes?-Abrí bien los ojos.
-Sí, ya hace un mes que empecé a trabajar para vosotros.
-¡Qué rápido se ha pasado!
-Eso quiere decir que has estado muy a gusto conmigo.-Se acercó a mí.
-No te acerques tanto...nos pueden ver.-Me sonrojé.
-¿Te avergüenzas de mí?
-¡No, claro que no! Pero...ya sabes no quiero que...
-Se estropee tan rápido.-Continuó él.-Tranquila, solo era una broma.-Rió.
-¡Tonto!-Lo golpeé en el pecho.
-Tu tonto.-Subió y bajó las cejas.
Negué con la cabeza riendo.