No me di cuenta de cuando se había ido Connor, ni de cuando Joel había llegado a casa.
Lo único de lo que me di cuenta fue de cuando llegó mi madre, más que nada porque se me quedó mirando fijamente con una expresión neutra.
Levanté mi mirada del teléfono, ¡me había pasado toda la tarde hablando con Eliot!
-Hola mamá.-Sonreí.
-Hola cariño, ¿de que te reías?
-De un chiste.
-Ah.
Silencio.
-¡Mamii!-Aparecieron los dos pequeños corriendo a sus brazos.
Sonreí ante la escena recordando a mi yo de 4 años haciendo lo mismo.
¡Era feliz y no lo sabía!
Suspiré provocando que todos me miraran preocupados.
-Voy a preparar la cena.-Dije evitando que me preguntaran.
Hera y Axel empezaron a reír desconcertándome por completo.
-¿No has cenado todavía?-Preguntó Viviana.
Negué con la cabeza dándome cuenta del porqué se reían los niños.
-Mejor, así cenamos juntas y charlamos.-Sonrió- Pero primero iré a acostar a tus hermanos y cambiarme, ¿vale?
Asentí con la cabeza y esperé a que desaparecieran para despedirme de mi amigo.
Cuando mi madre volvió fuimos juntas a la cocina y calentamos la comida que mi mellizo había preparado.
-¿Qué tal fue el día?
-Pues muy ajetreado, ya sabes como son los bares... ¿Y el tuyo?
-Pues intenso, muchas emociones para tan solo un día. ¿Te acuerdas de Eliot, mi amigo del grado?
-Sí, ¿por qué?
-¡Hemos vuelto a hablar! Y me ha animado bastante el día.
-¿Animado? ¿Qué te pasaba?
-Creo que no soy feliz mamá, desde que papá y Adam se fueron de mi vida...no levanto cabeza, además he discutido con Connor.
-¡Últimamente estás muy irascible, ¿eh?!-Me miró algo enfadada.- ¿Por qué te peleas con todo el mundo?
-No lo sé, creo que...-y entonces una pequeña lágrima empezó a salir.-todo...me...me...sale...mal.
-Claro que no, pequeña.-Dijo abrazándome.-Lo de tu padre y Adam pasó porque son personas que no mereces, pero quédate con que tienes muchas personas a tu alrededor que te queremos mucho. Además pronto vas a poder tener más libertad para que encuentres un trabajo o simplemente salgas más con tus amigos.
-Eso quiere decir que...
-¡Sí, voy a trabajar con la madre de Vega!
-¡Aaaaayy, qué bien mamá!-La abracé con fuerzas.
Las dos sonreímos y seguimos cenando mientras hablábamos de cómo iban a ser nuestras vidas a partir de ese momento.
(***)
Al día siguiente me levanté muy contenta.
Haber hablando con mi madre y haber descansado me ayudó a sentirme mejor y sobre todo darme cuenta de que tenía que cambiar mi actitud, empezando con no enfadarme tanto con la gente, perdonar a Blake y pedir perdón a Connor por mi reacción del día anterior.
Así que en cuanto me levanté, me duché y mientras desayunaba escribí un mensaje a Blake.
Lo único de lo que me di cuenta fue de cuando llegó mi madre, más que nada porque se me quedó mirando fijamente con una expresión neutra.
Levanté mi mirada del teléfono, ¡me había pasado toda la tarde hablando con Eliot!
-Hola mamá.-Sonreí.
-Hola cariño, ¿de que te reías?
-De un chiste.
-Ah.
Silencio.
-¡Mamii!-Aparecieron los dos pequeños corriendo a sus brazos.
Sonreí ante la escena recordando a mi yo de 4 años haciendo lo mismo.
¡Era feliz y no lo sabía!
Suspiré provocando que todos me miraran preocupados.
-Voy a preparar la cena.-Dije evitando que me preguntaran.
Hera y Axel empezaron a reír desconcertándome por completo.
-¿No has cenado todavía?-Preguntó Viviana.
Negué con la cabeza dándome cuenta del porqué se reían los niños.
-Mejor, así cenamos juntas y charlamos.-Sonrió- Pero primero iré a acostar a tus hermanos y cambiarme, ¿vale?
Asentí con la cabeza y esperé a que desaparecieran para despedirme de mi amigo.
Cuando mi madre volvió fuimos juntas a la cocina y calentamos la comida que mi mellizo había preparado.
-¿Qué tal fue el día?
-Pues muy ajetreado, ya sabes como son los bares... ¿Y el tuyo?
-Pues intenso, muchas emociones para tan solo un día. ¿Te acuerdas de Eliot, mi amigo del grado?
-Sí, ¿por qué?
-¡Hemos vuelto a hablar! Y me ha animado bastante el día.
-¿Animado? ¿Qué te pasaba?
-Creo que no soy feliz mamá, desde que papá y Adam se fueron de mi vida...no levanto cabeza, además he discutido con Connor.
-¡Últimamente estás muy irascible, ¿eh?!-Me miró algo enfadada.- ¿Por qué te peleas con todo el mundo?
-No lo sé, creo que...-y entonces una pequeña lágrima empezó a salir.-todo...me...me...sale...mal.
-Claro que no, pequeña.-Dijo abrazándome.-Lo de tu padre y Adam pasó porque son personas que no mereces, pero quédate con que tienes muchas personas a tu alrededor que te queremos mucho. Además pronto vas a poder tener más libertad para que encuentres un trabajo o simplemente salgas más con tus amigos.
-Eso quiere decir que...
-¡Sí, voy a trabajar con la madre de Vega!
-¡Aaaaayy, qué bien mamá!-La abracé con fuerzas.
Las dos sonreímos y seguimos cenando mientras hablábamos de cómo iban a ser nuestras vidas a partir de ese momento.
(***)
Al día siguiente me levanté muy contenta.
Haber hablando con mi madre y haber descansado me ayudó a sentirme mejor y sobre todo darme cuenta de que tenía que cambiar mi actitud, empezando con no enfadarme tanto con la gente, perdonar a Blake y pedir perdón a Connor por mi reacción del día anterior.
Así que en cuanto me levanté, me duché y mientras desayunaba escribí un mensaje a Blake.
Buenos días giganteeee :P Siento mucho haberme comportado el otro día tan mal contigo aún habiéndome pedido perdón, últimamente no entiendo que me pasa... He pensado en lo que me dijiste y quiero estar bien contigo, con todos. Prometo no enfadarme tan fácilmente.
Si quieres mañana podemos quedar por la tarde.
Un beso de tu loca amiga.
Si quieres mañana podemos quedar por la tarde.
Un beso de tu loca amiga.
Tras leer lo que le escribí pulsé a enviar y esperé a su respuesta.
No tardó ni un minuto.
No tardó ni un minuto.
Muchas gracias por darme otra oportunidad, me comporté como un imbécil yo primero así que no tienes por que pedirme perdón tú a mí.
Me encanta la idea, mañana me paso a por ti a eso de las...¿17?
Un beso de tu amigo el imbécil.
Me encanta la idea, mañana me paso a por ti a eso de las...¿17?
Un beso de tu amigo el imbécil.
Reí al leer su mensaje, le respondí que me parecía perfecto y que algo imbécil sí que era, lo que provocó que empezáramos una guerra de insultos para acabar con palabras bonitas.
Terminé de desayunar, recogí todo y sonreí al ver a mi hermano aparecer en la cocina.
-Mamá ya me ha dicho que mañana empieza en el nuevo trabajo.
-Buenos días, ¿eh?-Reí.
-Buenos días mocosa.-Me sacó la lengua.-Los peques hoy se quedan a comer en casa de la amiga de Hera, así que tendrás que ir tú a recogerlos a las siete y media.
-¿Qué amiga?
-Su compañera de clase...no sé cómo se llama ahora.
-Ah, ¿Olivia?
-Sí, esa.
Asentí con la cabeza y sonreí pensando en que tendría tiempo libre para mí.
<<¿Qué podría hacer entonces? ¡Ya sé! Podría ir al cine con Vega, hacía mucho que no íbamos y hace poco se estrenó una película que me llamó la atención >>
-¿En qué piensas?
-En lo que podía hacer hoy.
-Yo he invitado a Blake a casa para jugar a la consola. ¿Has hablado ya con él?
-Sí, lo he perdonado, no me gusta estar mal con él.
-Muy bien, hermanita.-Me sonrió.-Aunque yo le echaré una bronca por como te trató.
-Tranquilo, ya está todo bien, no hace falta.-Le devolví la sonrisa pensando en lo protector que era siempre conmigo.-Te quiero mucho, tato.
-Yo no.-Dijo yéndose.
Reí y fui a mi habitación, encendí el portátil para ver una serie y mientras le envié un mensaje a Vega contándole el plan.
Se alegró tanto que subió una historia a Instagram contándole a todo el mundo nuestro plan.
Hoy parecía que iba a ser un gran día.
Simplemente con haber decidido cambiar mi modo de ver las cosas hizo que mi vida se volviera más feliz.
(***)
Me estaba poniendo las francesitas sentada en el sofá cuando el timbre sonó.
Miré la hora y sonreí.
Seguro que era Connor, tan puntual como siempre.
Cuando abrí comprobé efectivamente que se trataba de él, se había quedado con los ojos como platos y la boca abierta.
Reí al ver su reacción.
-Cierra la boca que te pueden entrar moscas.
Se ruborizó ante mi comentario y volvió a la normalidad.
-Perdón...Es que, ¡estás guapísima!
Ahora quién se sonrojó fui yo.
-No te lo creas tanto.-Mi mellizo me miró con una sonrisa.-Y tú cuidado con lo que dices a mi hermana.-Miró desafiante al jardinero.
Negué con la cabeza dejando entrar al chico y seguí preparándome.
Una vez lista me miré al espejo comprobando que todo estaba en su sitio y me despedí de los chicos para ir a buscar a mi mejor amiga.
Terminé de desayunar, recogí todo y sonreí al ver a mi hermano aparecer en la cocina.
-Mamá ya me ha dicho que mañana empieza en el nuevo trabajo.
-Buenos días, ¿eh?-Reí.
-Buenos días mocosa.-Me sacó la lengua.-Los peques hoy se quedan a comer en casa de la amiga de Hera, así que tendrás que ir tú a recogerlos a las siete y media.
-¿Qué amiga?
-Su compañera de clase...no sé cómo se llama ahora.
-Ah, ¿Olivia?
-Sí, esa.
Asentí con la cabeza y sonreí pensando en que tendría tiempo libre para mí.
<<¿Qué podría hacer entonces? ¡Ya sé! Podría ir al cine con Vega, hacía mucho que no íbamos y hace poco se estrenó una película que me llamó la atención >>
-¿En qué piensas?
-En lo que podía hacer hoy.
-Yo he invitado a Blake a casa para jugar a la consola. ¿Has hablado ya con él?
-Sí, lo he perdonado, no me gusta estar mal con él.
-Muy bien, hermanita.-Me sonrió.-Aunque yo le echaré una bronca por como te trató.
-Tranquilo, ya está todo bien, no hace falta.-Le devolví la sonrisa pensando en lo protector que era siempre conmigo.-Te quiero mucho, tato.
-Yo no.-Dijo yéndose.
Reí y fui a mi habitación, encendí el portátil para ver una serie y mientras le envié un mensaje a Vega contándole el plan.
Se alegró tanto que subió una historia a Instagram contándole a todo el mundo nuestro plan.
Hoy parecía que iba a ser un gran día.
Simplemente con haber decidido cambiar mi modo de ver las cosas hizo que mi vida se volviera más feliz.
(***)
Me estaba poniendo las francesitas sentada en el sofá cuando el timbre sonó.
Miré la hora y sonreí.
Seguro que era Connor, tan puntual como siempre.
Cuando abrí comprobé efectivamente que se trataba de él, se había quedado con los ojos como platos y la boca abierta.
Reí al ver su reacción.
-Cierra la boca que te pueden entrar moscas.
Se ruborizó ante mi comentario y volvió a la normalidad.
-Perdón...Es que, ¡estás guapísima!
Ahora quién se sonrojó fui yo.
-No te lo creas tanto.-Mi mellizo me miró con una sonrisa.-Y tú cuidado con lo que dices a mi hermana.-Miró desafiante al jardinero.
Negué con la cabeza dejando entrar al chico y seguí preparándome.
Una vez lista me miré al espejo comprobando que todo estaba en su sitio y me despedí de los chicos para ir a buscar a mi mejor amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario