domingo, 29 de marzo de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN VI

-¿Qué te parece si vemos una película?-Sugirió el chico.
-Me gustaría, pero ya es muy tarde y estoy agotada.
-Tienes razón.-Rió.-Pues voy a ponerme el pijama y dormimos.
Asentí con la cabeza y me puse cómoda en la cama.
Nada más echarme me quedé frita sin enterarme de cuando Blake entró con una camiseta suya para que me la pusiera de pijama.
***
Al día siguiente, mejor dicho 5 horas después, un olor a café me despertó.
Bostecé mientras intentaba abrir los ojos pero la luz solar me cegaba y me costó bastante.
Me estiré y salí de la cama, abrí la ventana para que se aireara la habitación y fui en busca de mi amigo.
Lo encontré en la cocina preparando tortitas y café.
-Mmm...¡Qué buena pinta!-Dije abrazándolo por la espalda.
-Hombre, soy el mejor cocinero...¡Si me quedaran mal sería para matarme!
Ambos reímos.
-¿Qué tal has dormido?-Preguntó mirándome con una gran sonrisa.
-Bastante bien para lo poco que he conseguido dormir.
-Se nota, estás muy alegre.-Rió.-Será porque has dormido con el mejor.
-¡Creído!-Reí dándole en el hombro.-Aunque en parte tienes razón.
Los dos sonreímos y nos quedamos en silencio mirándonos.
Noté como su mirada pasaba de mis ojos a mi boca alternativamente.
Me empecé a poner nerviosa y sin darme cuenta yo también dirigí mi mirada a sus labios, señal que permitió que comenzara a acercarse a mí.
Cada vez sus labios estaban más cerca de los míos y por alguna razón deseaba que lo hiciera, pero había algo que también me lo impedía.
Miré por el rabillo del ojo las tortitas.
-¡Se están quemando!-Grité salvándome de un mal trago.
Desorientado se dio media vuelta para comprobar que no mentía.
-¡Mier**!-Quitó la sartén del fuego e intentó despegarlas y ponerlas en un plato.
-No pasa nada, con el sirope sabrán buenas también.-Intenté tranquilizarlo.
-¡Maldita sea! ¡Nos han estropeado el momento!-Dijo malhumorado.
-¡Ey, Blake, tranquilízate!
-¡Encima ahora no podemos comerlas!
-Claro que sí, solo tenemos que ponerle el sirope y listo.
-No sabrán igual...¡Soy lo peor!
Me estaba empezando a poner histérica así que cogí y le di un manotazo en toda la mano dejándolo perplejo.
-Lo siento, pero tenía que hacer algo para que parases.
Se quedó en silencio mientras masajeaba la zona afectada.
Me estaba fulminando con la mirada a pesar de que no paraba de pedirle disculpas.
Suspiré y me di media vuelta desapareciendo de la cocina.
Busqué mi bolso y tras decirle un adiós abrí la puerta para irme.
-¿A dónde vas?-Apareció detrás de mí.
-A mi casa, estás molesto conmigo así que lo mejor es que me vaya.
-No estoy molesto contigo, sino con las tortitas.
-¿Entonces por qué no me decías nada?
Él suspiró y se rascó el pelo nervioso mientras me miraba.
-Entra de nuevo y hablemos.
Le hice caso y me acerqué dejando una pequeña distancia.
-Lana, me gustas mucho.-Dijo mirándome a los ojos y cogiéndome de las manos.-Llevo unos cuantos meses detrás de ti y antes quería besarte, pero... me molestó que interrumpieras el momento. Veía que iba a tener la oportunidad por fin de hacer mi sueño realidad, porque he visto como te brillaban a ti los ojos mientras me mirabas y...-Suspiró.
-Yo...no sé que decirte.-Confesé.-Estoy... perdida. No, no sé que siento por ti...
-Sí que lo sabes, pero tienes miedo. 
-Sí tengo miedo a enamorarme y que me fallen de nuevo, pero no es eso lo que me pasa contigo. Hace muchos años estaba detrás de ti hasta que apareció... bueno, ya sabes quien... Y desde entonces te he visto como a un amigo, un hermano mejor dicho. Tu hermana lleva tiempo queriendo juntarme contigo pero yo me niego...
-Hace unos minutos sentí que tú también querías besarme.
-Quizá solo sea por cansancio, o porque me has tratado muy bien en estas últimas horas, pero...lo siento Blake, yo no quiero nada contigo, ni con nadie.
-Yo sé que sientes lo mismo por mí, no te engañes Lana.
-¡Blake! Por favor, no insistas...-Suspiré.-Entiende que yo estoy bien sola...Lo mejor es que me vaya.
Intenté irme pero no me soltaba.
-No te vayas, por favor...-Y me abrazó bien fuerte.
Le correspondí el abrazo durante unos segundos, me sabía fatal hacerle daño, pero no podía obligarme a sentir lo que no sentía.
Al separarnos él me la jugó, me besó dejándome anonadada.
Rápidamente me alejé y lo golpeé de nuevo.
Me marché de allí corriendo.
***
Mi móvil no paraba de sonar así que terminé por apagarlo.
<<¿Es qué nunca se iba a cansar?>> 
Suspiré y me di media vuelta, cerré los ojos e intenté dormir pero no lo conseguía.
Mi madre llamó y abrió la puerta desde donde me observaba.
-¿Estás bien, pequeña?
-Sí, no te preocupes.
-¿Qué te pasa?-Dijo acercándose y sentándose a mi lado.
-Nada.
-Ven anda.-Dijo abriendo sus brazos.
Me acerqué a ella y nos unimos en un gran abrazo.
Entre sus caricias empecé a llorar.
-Ey...¿Por qué lloras mi niña?
No podía articular palabra por más que intentara.
Todos mis pensamientos no querían salir a través de mi boca.
<<¿Por qué todos eran tan idiotas? ¿Por qué todos los chicos me decepcionaban de una u otra forma?>>
Solo había un chico que no me había fallado, a penas estaba comenzando a pronunciar bien las palabras.
Sonreí tras pensar en Axel.
-Mamá.-Dije una vez más tranquila.
-Dime, cariño.-Me dedicó una bonita sonrisa.
-¿Lo echas de menos?
-No sabes cuánto...Pero la vida continúa y yo estoy muy ajetreada para pensar en él.
-¿Sabes? Aunque lo echo de menos te agradezco que lo hicieras, Axel es lo más bonito de mi vida junto a ti, Hera, y... bueno Joel.
-Y vosotros sois lo más bonito de la mía.-Sonrió.-Sé que cometí un error, pero tuvo su recompensa a pesar de que papá se fuera...
Asentí con la cabeza.
-He pensado en lo del trabajo.
-¿Y bien?
-Ashley me ha conseguido una entrevista mañana por la mañana.
-¿De verdad? ¡Me alegro un montón! ¡Ojalá te cojan!
-Esperemos...-Sonrió.-Así podría veros más tiempo, ¡echo de menos pasar tantas horas junto a vosotros! Y además así podrás tener más libertad.
-Eso también es verdad, aunque no me importa tener que cuidar de los pequeños, me lo paso genial con ellos.
Viviana sonrió con ternura mientras pensaba en lo mayor que se estaba haciendo su niñita.
Pasaron un buen rato hablando y dándose abrazos y besos hasta que Axel y Hera aparecieron tras despertarse.
Poco después pasó Joel por allí y sin poder resistirse se unió a la estampa familiar.
-¡Me dais la vida!-Pronunció la madre con una gran sonrisa y  el corazón hinchado de orgullo.

lunes, 23 de marzo de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN V

Una vez que estábamos todos entramos al local, miramos la carta y pensamos qué pedir, 4 familiares, patatas y alitas de pollo, más 7 refrescos.
Después hicimos cuentas y pagamos entre todos la cena, juntamos varias mesas y nos sentamos de la siguiente forma:
Joel           Yo            Vega       Roy    
Blake    Connor     Miranda 
Empezamos a hablar poniéndonos un poco al día, hablamos también sobre la película que habíamos visto y planeamos a donde ir después de cenar.
Al haber dos gustos musicales diferentes decidimos ir alternando el tipo de bar, primero uno de rock, uno para bailar, uno de rock....y así sucesivamente.
Después de tomar algo en el primer bar la parejita se fue un rato a solas, Joel hablaba con Blake mientras que yo hablaba con Connor y Miranda.
Mi hermano poco después decidió marcharse a casa pues al día siguiente trabajaba.
-Voy a pedir algo.-Dije yendo a la barra.
-Te acompaño.-Me sonrió Connor.
Asentí y lo esperé.
Desde la barra observé por el rabillo del ojo como Miranda y Blake hablaban. 
Estaban serios y no paraban de quitarnos el ojo.
-Oye, Connor, ¿te puedo hacer una pregunta?-Dije mientras esperábamos a que nos atendieran.
-¿Tienes algo con Miranda?
-No, ¿por qué?
-Porque no te ha quitado el ojo en toda la noche, pensé que igual...
-¿Estás celosa?-Levantó una ceja.
-¿Yo? No. Si a mí me da igual con quien estés, a penas te conozco.
Él asintió y se quedó callado.
La camarera nos sirvió una Mahou para él y una Coca-Cola para mí, pues yo tenía que conducir, y volvimos con el resto.
-¿Vosotros no queréis nada?
Negaron con la cabeza.
Justo en ese momento empezó a sonar 'Tusa' de Karol G, y comencé a bailar y cantar.
Miranda se animó y bailó también mientras que los chicos nos observaban y reían.
Poco después entraron en el bar Vega y Roy, quienes se unieron a cantar con nosotras.
Mi amiga también empezó a bailar mientras que el chico se unió a la conversación de Connor y Blake.
Estuvimos bailando durante una hora aproximadamente y después cambiamos a otro bar, donde los papeles cambiaron, ahora eran los chicos quienes disfrutaban del ambiente mientras nosotras tres hablábamos de nuestras cosas.
Poco después decidí que era hora de volver a casa así que me despedí de todos, salvo de Blake, que decidió irse conmigo.
Le acerqué a su casa en coche pero no hablamos casi nada.
-¿Qué tal lo has pasado?-Intentaba iniciar una conversación.
-Muy bien.-Respondía yo.
-Yo también, la pena es que no hubiéramos estado a solas.
Le quería preguntar el motivo por lo que dijo eso, pero no tenía ganas de hablar y mucho menos de provocar situaciones más incómodas así que decidí quedarme en silencio.
-Ya hemos llegado.-Dije parando el coche.
-Lana, ¿te pasa algo?
-No.
-Llevas casi toda la noche evitándome.
-No.
-Sí, Lana, mírame y se sincera por favor.
Suspiré y lo miré.
-¿Qué te pasa?
-Ya te he dicho que nada.
-¿He hecho algo mal?
-No.
-¿Entonces?
-Me tengo que ir, ya es tarde.
-Por favor...dime que te pasa.
-¡QUÉ NO ME PASA NADA!-Contesté cabreada.
Blake suspiró y tras decirme un buenas noches se bajó del Opel.
Eché la cabeza hacia atrás e intenté tranquilizarme.
<<¿Qué me pasa? ¿Por qué reacciono así?>>
No entendía lo que me sucedía y sabía que había hecho mal en gritarle, él solo se estaba preocupando por mí.
<<¿Y si mi amiga tenía razón? ¿Y si fingía ser feliz cuando en verdad no era así?>>
Miles de preguntas estaban pasando por mi cabeza en ese instante.
Y así sin más comencé a llorar.
Alguien dio dos toques a la ventanilla del coche provocando que me asustara.
Paré de llorar y miré quien era.
Abrí de nuevo el coche y lo dejé pasar.
-¿Por qué lloras?-Preguntó preocupado.
-Nada.-Cogí un pañuelo y me soné los mocos.-¿Qué pasa? ¿Por qué no estás ya en tu casa?
-Se me ha debido de caer la cartera.-Dijo mirando por la zona del copiloto.-¿Ves? Aquí está.-Sonrió.
Lo miré en silencio.
-Perdón por haberte tratado así.-Dije finalmente.-No sé que me pasa...-Las lágrimas salieron de nuevo.
Él me abrazó como pudo e intentó tranquilizarme, sin insistir en saber que me pasaba, solamente me decía que todo iba a estar bien.
-¿Quieres subir a mi piso que estaremos mejor?
Asentí con la cabeza separándome de él.
-¿Puedes aparcarlo tú? Yo no tengo ganas.
Nos intercambiamos los asientos, aparcó en el primer hueco que hubo y subimos a su apartamento.
Blake vivía en nuestra ciudad, Bristol, pero en un apartamento él solo desde hacía 6 meses.
-¿Sigues sin encontrar a ningún compañero de piso?-Le pregunté una vez sentados en el sofá.
-No, y se me está haciendo un poco cuesta arriba el tener que pagar el piso yo solo a la vez que pago la carrera.
-¿Y por qué no vuelves con tus padres y tu hermana?
-Me lo estoy planteando la verdad, pero desde que he descubierto lo que es vivir sin unos padres que te agobien...
-Ya me imagino.-Reí un poco.
-¡Bien, has reído!-Me dedicó una sonrisa.-¿Estás más tranquila?
-Algo, pero no mucho.-Suspiré.
-¿Quieres algo? 
-Pues no me vendría nada mal una infusión.
-Déjame que mire que tengo.
Asentí con la cabeza y lo esperé en el sofá Chaise Longue de color naranja.
Mientras miré a mi alrededor.
El salón-comedor era la habitación más grande del apartamento, los muebles eran la mayoría hechos de madera, las paredes estaban pintadas en un blanco beige y naranja.
En la parte del comedor la mesa era rectangular y de cristal, y las sillas hacían juego con el color de las paredes.
La televisión de 32 pulgadas estaba situada en frente del sofá, sobre un mueble bajo con un armario a cada lado.
Al lado derecho del sofá había dos sillones también de madera, y en frente de estos una mesa pequeña.
Un minuto después Blake apareció con una taza humeante.
-Gracias.-Le dije cogiéndola y dando un pequeño trago.
-De nada, lo que sea para que te sientas mejor.-Me sonrió.
-He sido una tonta por tratarte antes así, eres mi amigo y no debería pagar contigo las cosas.
-No te preocupes.-Siguió sonriéndome.-¿Ves por qué es malo guardarse las cosas para ti sola? Cuando explotas pareces un volcán en erupción.
Reí.
-Gracias por la comparación.
-Gracias no, son 50 dólares.
Negué con la cabeza mientras reí de nuevo.
-¿Quieres quedarte a dormir aquí? Ya es muy tarde para que conduzcas.
-No quiero molestarte...
-No molestas, tranquila.
-Gracias pues.-Sonreí.-¡Eres un cielo!
-Pues voy a preparar la cama para que duermas y me traigo unas sábanas al sofá.
-¿Qué? No, yo duermo en el sofá.
-No, no.
-No quiero quitarte tu cama.
-No pasa nada, quiero que estés lo más cómoda posible.
-Pues durmamos los dos en la cama.-Sugerí.
-¿No vas a estar incómoda?
-¿Por qué iba a estarlo? Hay confianza, ¡anda que no hemos dormido juntos de pequeños!
-Ya pero tú lo has dicho, éramos pequeños.
-Además, necesito mimos...-Sonreí.
-¡Está bien!

viernes, 20 de marzo de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN IV

Al llegar al cine nos pusimos a mirar las carteleras para decidir cual película ver.
-¿Esa de 'Padre no hay más que uno'?-Preguntó Vega.
-Por mí sí.-Contestó Roy.-Porque sé que una de miedo no vais a querer...
-¿De qué va?
-Espera, te pongo el trailer y me dices.
Asentí con la cabeza y esperé a que mi mejor amiga buscara el vídeo.
Mientras lo veía alguien se acercó por mis espaldas pero estaba tan concentrada que no me percaté hasta que me dio un susto.
-¡Serás idiota!-Me di media vuelta para encontrarme con Blake, el hermano de Vega.-¡Qué susto me has pegado!
Todos comenzaron a reír menos yo.
-¡No tiene gracia!-Los asesiné con la mirada.
Ellos seguían.
-No te enfades, mujer, solo ha sido una pequeña broma.-Me sonrió Blake.
Le saqué el dedo corazón y me puse a la cola para sacar las entradas.
Mis amigos se pusieron detrás de mí e intentaban hablar conmigo pero yo los ignoraba.
-Como sigáis así volvéis andando.
-Vale, vale...-Se pusieron serios.
-Perdón, Lana.-Me dijo mi mejor amiga.
La medio sonreí y esperé a que el resto se disculparan.
-Perdón.-Dijeron al unísono los chicos.
-Perdonados.-Sonreí.-Por cierto, ¿qué haces aquí?
-Me invitó mi hermana, ¿no lo sabías?
Miré a Vega y la asesiné con la mirada, sabía lo que intentaba.
-Así no estás de sujetavelas.-Se encogió de hombros.
-Seguro que es por eso...-Le susurré.
Ella me sonrió confirmando mis sospechas.
Negué con la cabeza y avancé en la cola.
Una vez compradas las entradas pedimos dos de palomitas grandes y un refresco para cada uno, Roy pagó lo de su "novia" y lo suyo, y Blake insistió en invitarme a mí.
Yo terminé accediendo con la condición de que la próxima vez lo invitaría yo.
Entramos los cuatro a la sala sorprendiéndonos de que éramos los únicos en la sala.
-¿Y si nos ponemos por separado?-Sugirió la chica.
Se notaba muchísimo que quería juntarnos a su hermano y a mí, pero no lo iba a conseguir. 
Blake era un chico muy guapo, sin duda, con esos ojazos verdes y esa barba que le quedaba espectacular, pero eran tantos años de amistad que yo no lo veía de otra forma.
Sí es verdad que en la preadolescencia pude llegar a sentir algo por él, pero nunca se lo dije hasta que después apareció mi ex y me olvidé del hermano de mi amiga.
Vega llevaba ya unas cuantas semanas intentando juntarme con él pues decía que no me veía feliz, que la ruptura con Adam me había dejado destrozada y que ya llevaba mucho tiempo sin querer conocer a nadie y ya era hora.
Pero yo me negaba, me sentía muy bien sola sin depender de nadie.
Al final nos pusimos los cuatro seguidos en una de las filas más alejadas de la pantalla pues no queríamos que nos doliera el cuello.
La película estaba bastante entretenida, reíamos sin parar con los diferentes personajes y sus locuras.
Intentaba no mirar a mis amigos pues sabía que estarían besuqueándose.
Por esa parte me alegré de que hubiera venido Blake.
-Oye, Lana.
-¿Qué?
-¿Y si nos ponemos más adelante y dejamos a los tortolitos? ¡Me están poniendo nervioso!
Reí y asentí pues yo también me sentía igual.
Aunque tampoco quería quedarme "a solas" con él.
-Mejor así.-Me sonrió.
Volví a mirar la pantalla pero me empecé a poner algo nerviosa, sentía su mirada encima de mí.
Lo miré por el rabillo del ojo para comprobar que no era mi imaginación.
<<¡Mierda! No para de mirarme... ¿qué hago?>>
Intenté ignorarlo y concentrarme en la película pero no podía.
-¿Te pasa algo?-Me atreví a decir.
-No.-Me sonrió y miró a la pantalla.
Negué con la cabeza y seguí viendo la película.
***
Después de que terminara la película yo me quería ir a casa, me sentía algo incómoda tras aquella mirada intensa que me dio Blake, pero mis amigos querían que fuésemos a cenar y después de fiesta.
Me negué, pero ellos me insistían y chantajeaban con que no querían volver andando.
-Pues os cogéis un taxi, pero yo me voy a mi casa.
-¡No seas una aguafiestas!-Se quejó el ojiverde.
-No lo soy, simplemente estoy cansada y quiero irme a casa.
-¡Para una vez que sales!-Se quejó esta vez su hermana.-Por favor...hazlo por mí.
Refunfuñé.
-Esperad chicos, ¿nos dejáis a solas un momento?
Asintieron y se alejaron lo bastante como para no oírnos.
-¿Qué ha pasado para que te quieras ir tan pronto? Si tenías muchas ganas de venir.
-No ha pasado nada, estoy cansada. Solo eso.
-Te conozco.
Resoplé.
-¿Te ha hecho algo mi hermano? ¿Le pego?
-No, no...Solo que...se me quedó mirando y me sentí muy incómoda.
-Ui, ui...¡Aquí hay tema pero vamos!-Sonrió feliz.
-¡NO! Aquí no hay tema, ni me gusta ni le gusto. ¡Deja de ser tan pesada con eso!-Me empecé a cabrear.
-Vale, vale... ¿Entonces no quieres venir por eso?
-Sí...
-¿Y si invitamos a más gente? Así no te quedas a solas con él cuando Roy y yo...
-Ah, ¿o sea qué pensabais dejarme sola?
-Si no hubiera venido mi hermano no, nos hubiéramos esperado, pero como estaba él...
-Gracias.-Dije sarcásticamente.
-Por favor, no te enfades...-Me abrazó.-Quédate y llamamos a algún amigo de Roy, por favor...
Accedí de mala gana a lo que mi amiga respondió con un sonoro beso como muestra de agradecimiento.
Nos acercamos a los chicos y Vega propuso llamar a más gente.
Todos estábamos conformes así que pensamos a donde ir mientras Roy contactaba con sus amigos.
Al final se apuntaron Miranda, la hermana mayor de Roy y un amigo de su grupo de rock, que nos esperaban directamente en el telepizza.
Cuando llegamos allí me sorprendí al encontrarme con Connor, el jardinero, y mucho más me sorprendí cuando Roy se acercó a saludarle.
Vega lo siguió mientras Blake se quedó a un metro de ellos, junto a mí.
No me quería quedar sola así que me acerqué también y lo saludé haciendo que mis amigos se sorprendieran.
-¿Os conocéis?
-Claro, es el jardinero que hemos contratado.-Dije ruborizándome.
-¡Qué casualidades de la vida!
En ese momento apareció también Miranda, quien nos saludó a todos con una sonrisa, pero cuando le dio dos besos a Connor sonrió aún más.
Blake nos interrumpió los saludos para comentarnos que había avisado también a Joel.
-¿QUÉ HAS HECHO QUÉ?-Grité algo enfadada.-Perdón.-Me disculpé con Connor y Miranda, no quería que me vieran así.
Pero tampoco quería que el pesado de mi mellizo viniera.
Sin embargo no me podía ir a casa pues se lo había prometido a mi amiga.
<<¡El día va de mal en peor!>>Pensé para mis adentros.


lunes, 16 de marzo de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN III

Dos horas después de cenar mi madre entró por la puerta mientras yo seguía leyendo el libro de mi autor favorito.
Levanté la mirada para encontrarme con una Viviana pálida y ojerosa, pero a pesar de ello lucía una bonita sonrisa.
-Hola cariño, ¿qué tal el día?
Me levanté del sofá y me acerqué para arroparla entre mis brazos.
-Hola mami, pues normal, ¿y el tuyo?
-Ajetreado, hoy hemos tenido muchos clientes por la lluvia... 
-Bueno mamá pues ahora a cenar y a la cama, ¿vale?
-Vale.-Me sonrió.-¿Ha podido hacer mucho el jardinero?
-No gran cosa, entre que tuvo que salir a comprar guantes nuevos y la lluvia... 
-¿Y es majo?-Me preguntó con una sonrisilla pícara.
-¡Mamá!
-¿Qué?
-¡No te hagas la inocente! Que te conozco...
Ella rió y desapareció en la cocina.
La seguí y la ayudé a ponerse su plato, cubiertos y vaso.
-¡Qué buena pinta tiene la sopa y el pescado!
-Sí, me ha quedado muy buena.-Sonreí.
Mientras ella cenaba le conté un poco como había ido el día y el plan que tenía para el día siguiente.
-¿Joel lo sabe?
-No...por eso quiero que se lo digas tú, ya sabes que sino vamos a empezar a discutir.
-Pero eres tú la interesada.
-Por favor mamá...-Le puse pucheros.
-Está bien, luego hablo con él.
-¡Biiien! Gracias mami.-Le di un beso en la mejilla.
Viviana negó con la cabeza mientras reía, se llevó el último trozo de merluza rebozada a la boca, bebió agua y se levantó para recoger las cosas, pero la paré, quería que descansara porque ya bastante hacía en el bar.
-Mamá, una cosa.-Dije antes de que se fuera.-¿No has pensado en cambiar de trabajo? 
-La verdad...me gustaría pero no encuentro nada... ¡Ya no quieren a una cinquentona en la mayoría de sitios!
-¿Y si hablas con la madre de Vega?
-Me gustaría conseguirlo por mis propios medios, no por enchufe.
-Ya mamá, pero... ¿qué prefieres, aguantar más de 8 horas diarias hasta que te salga algo o empezar con tu amiga del alma y vernos más?
-Me lo pensaré.
Asentí con la cabeza y empecé a lavar la vajilla.
Un rato después volvió a aparecer mi madre para darme las buenas noches.
-¿Has hablado ya con Joel?
-Sí.
Y se fue dejándome con la duda de si podría salir al día siguiente o no.
Así que cogí y subí a la habitación de mi hermano.
La puerta estaba abierta por lo que entré y me lo encontré con los cascos puestos y jugando al Fifa en la play 4.
-¡Déjame, estoy jugando!
Ni siquiera me miró.
Resoplé y me senté en su cama esperando a que terminara el partido.
-¿Qué haces? ¡Vete!
-No, te espero aquí.
Suspiró y siguió jugando.
Varios minutos después por fin terminó la partida.
-¿Qué quieres?-Preguntó malhumorado.
-¿Mañana vas a cuidar de los peques sí o no?
-No.
-¿Cómo que no? 
-Yo ya tengo mis planes.
-Joel, para un día que descansas y que puedo salir yo, ¿y no me haces el favor? 
-¡Qué pesada eres!
-Lo seré porque yo estoy en casa metida casi las 24 horas encargándome de cuidar de nuestros hermanos y haciendo las labores, mientras tú, ¿qué haces? Jugar a la play y salir. ¡Qué yo también tengo vida!
-También trabajo, ¿eh? Yo traigo dinero a casa.
-Y yo lo haría si pudiera.
-Poder puedes.
-¿Y qué hacemos con Axel y Hera? 
-Una canguro.
-Si la pagaras tú...
-Puedes trabajar por las mañanas mientras ellos están en clases, ¿eh?
-¿Y quién hace las labores? ¿Tú? 
-No, tú.
-¡Tienes un morro que te lo pisas!-Salí enfadada de su habitación y me encerré en la mía.
Al poco rato de echarme en la cama Morfeo me atrapó.
***
Abrí los ojos al notar como alguien me zarandeaba.
-¿QUÉ QUIERES?
-Bueno hija, encima de que vengo a hacer las paces...
-¡Uh! Perdón.
-Perdóname tú a mí, anoche me comporté como un imbécil... Tienes razón tú, debería colaborar un poco más...
<<¿Mi hermano diciendo eso? Ese no es Joel, ¡es un extraterrestre!>>
-¿Entonces me vas a hacer el favor?
-Sí, y te ayudaré con las tareas de casa.
-¡Gracias!-Lo abracé entusiasmada.
-¡Quita!
Reí y me aparté por unos segundos para volver a abrazarlo y además darle un beso en la mejilla.
-¡Qué pesadita, ¿eh?!
-Pero me quieres.-Sonreí.
-En el mundo al revés.
-No, en el mundo derecho.-Le saqué la lengua.
Negó con la cabeza.
-Entonces... ¿me haces el desayuno?-Reí.
-¿Qué? ¡Eso te lo haces tú solita!
-Has dicho que me ayudarías.
-Sí, pero eso es cosa tuya, no de la casa.
-Joo...-Puse pucheros.-Por favor...Y friego yo los platos que es lo que más odias.
-Uf...¡Está bien!
-¡Oleee!-Lo abracé de nuevo.-¡Cómo te quiero!
Los dos reímos y nos levantamos de la cama.
Mientras él me preparaba el desayuno yo me fui a darme una ducha rápida y abrí la ventana del dormitorio para que se ventilara.
Bajé al comedor donde mi hermano me había dejado preparadas dos tostadas con pavo, una mandarina y el café con leche.
Me puse a desayunar y disfruté del silencio que reinaba en la casa.
Mis hermanos estaban en la escuela y mi madre trabajando.
Cuando me zampé y bebí todo lo llevé a la cocina y lo recogí y lavé todo.
Una vez hecho llamé a mi mellizo.
-Te toca sacar la ropa de la lavadora y tenderla, mientras yo iré a por la otra ropa y la pondré a lavar, ¿hecho?
-Hecho.
Me sorprendí al ver que no se quejaba y que en seguida se puso a hacerlo.
***
A las 16.00 fui a abrir la puerta de casa pues habían llamado al timbre.
Era Connor, quien me saludó con una sonrisa y las mejillas coloradas.
Le devolví la sonrisa y me despedí en seguida de él pues yo tenía que empezar a prepararme.
Cuarenta y cinco minutos después me despedí de la rubia y el pelirrojo, que estaban cantando y bailando en el salón.
Busqué a Joel para darle las gracias una vez más y salí al jardín a despedirme del jardinero.
-¿A dónde vas tan guapa?
-Con mis amigos.-Le dije ruborizada.- Espero que no te canses mucho tú.
-Y tú pásalo bien.-Me guiñó el ojo.
-Gracias.

Salí de casa tras comprobar que había metido todo en el bolso, saqué las llaves de mi Opel Corsa que tenía en el bolsillo de la chaqueta y me acerqué al coche azul.
Abrí la puerta del piloto, entré y dejé las cosas en el asiento de al lado y tras comprobar que los espejos estaban en su sitio arranqué el auto.
Fui a buscar a mi mejor amiga Vega y después a Roy, y una vez que estuvimos los tres me dirigí a buscar aparcamiento cerca del cine.