POLOS OPUESTOS I

Capítulo I

Llevo un año sabático pues antes de empezar a trabajar como educadora quería saber lo que se sentía al no tener ninguna obligación (sin contar las tareas domésticas).

Sin embargo, mi tía no me lo permitía durante mucho más tiempo y me obligó a buscar algún trabajo para este verano.

-Ya has perdido 2 años por repetir curso, no pienso dejar que pierdas mucho más tiempo.

Me solía decir cuando le mencionaba este tema.

Así que lo único que se me ocurrió fue poner un anuncio para hacer de canguro durante estos 3 meses de verano.

Y justo al día siguiente, o sea hoy, me ha llamado un tal Ezra para que vaya esta tarde a una entrevista.

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-Bien, pues me pareces la candidata perfecta para que cuides de nuestros 7 hijos, aunque bueno a los mayores no hace falta que los controles pues Byron tiene 28 años, Eddy tiene 20 y Aria 18, pero Lilith, Rosie, Jodie y Marvin son menores de 10 años y necesitan cuidados mientras su madre Jessica y yo trabajamos. ¿Mañana mismo puedes empezar?

<< ¿¡7 hijos!? Pues sí que se aburrían...aunque al menos solo tengo que cuidar de 4...Pero debería haberme informado antes...>>

<< ¿Y si no acepto el trabajo? No podría rechazarlo...mi tía me mataría seguro>>.

Tras unos segundos reflexionando termino aceptando el trabajo, aunque me da mucha pereza... ¡y más siendo verano!

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La alarma suena anunciando que son las 9 de la mañana.

¡Qué locura despertarse a esta hora un día veraniego!

Abro los ojos y estiro el brazo para apagar aquel pitido que me está poniendo de los nervios.

<< ¡Se me ha olvidado lo que era madrugar...!>>

Doy media vuelta y cierro los ojos de nuevo pues no estoy preparada para levantarme.

-¡Buenos días Ariel!-Entra mi tía en mi dormitorio con un tono muy alegre.- ¡Levántate o llegarás tarde a tu primer día de trabajo!

-5 minutos más...por favor...-digo bostezando y tapándome la cara con la sábana.

-Nada de 5 minutos más.-Se acerca a mi cama y me destapa entera-¡Arriba hija!

-Joooo...-la miro poniendo pucheros, pero ella no me mira.

Me levanta las persianas a la vez que los rayos de sol me dejan ciega.

Después de zarandearme un par de veces decido hacerle caso y prepararme.

Termino de desayunar, cojo mi pequeña mochila y tras despedirme de mi tía me dirijo a la dirección que Ezra me dio ayer.

Llamo al timbre y espero a que me reciba él o su mujer Jessica.

Sin embargo, me encuentro con unos ojos grises azulados que me llaman la atención, pero no quiero distraerme y mucho menos que se me note lo que estoy pensando así que con tono enfadado pregunto:

-¿Hola?¿Me dejas pasar?

-Ho...Hola...-El chico que tengo delante parece nervioso.-Sí, claro, perdone...-Se aparta de la puerta para que pase.

-¿Y tus padres dónde están?

-No están, se fueron a trabajar ya.-Se encoje de hombros.-Me dijeron que me disculpara por ellos por no poder asistir a su primer día de canguro.

-Ah, ¡qué bien!-Digo irónicamente antes de dar un largo resoplido.

-Por cierto yo soy...-comenzó a decir.

-Déjame adivinar... ¿Byron?-Sonreí unos segundos hasta que me percaté de mi expresión y puse una más seria.

-Efectivamente, y ¿usted es Ariel?.

-Ajám.

Ni dos besos ni ningún apretón de manos, pues yo no estaba acostumbrada a esas formalidades.

-Por cierto no me trates de usted... ¡No soy tan mayor como otros!

-¿Cree...-hace una pequeña pausa al percatarse de lo que iba a decir.-Crees que yo soy muy mayor?

-Sí, ¿cuántos tienes? ¿35?

Sé perfectamente que me saca 3 años, pero solamente quería hacerle una pequeña broma para ver como reaccionaba...y por lo visto se lo ha creído pues se ha quedado mudo.

-Bueno, ¿y tus hermanos dónde están?

-Pues Jodie y Lilith están jugando a las muñecas en su habitación, Marvin está durmiendo, Eddy se ha ido con la novia, Rosie está viendo la televisión y Aria con sus amigas de compras.

No me acuerdo de quienes son los mayores y quienes los pequeños, pero por lo que están haciendo puedo sacar mis conclusiones más o menos.

-Ah genial...todos están ocupados.

-Sí, menos yo.-Dice mostrándome una sonrisa.

Podría pensar que es bonita su sonrisa, pero,¿para qué?¡Yo paso de los tíos! Solamente sirven para pasar un buen rato...luego solo traen problemas.

Así que antes de que me pille que me he quedado mirando su sonrisa me adentro en la casa y busco a alguien más.

Me encuentro con una niña rubita de ojos azules sentada en el sofá del salón viendo 'Pepa Pig'.

-Hola, yo soy Ariel.-La sonrío mientras me siento a su lado.-Voy a ser vuestra nueva canguro.

-Hola Ariel, yo soy Rosie, mis hermanas están jugando y mi hermano durmiendo.-Me devuelve la sonrisa.-Y yo estoy viendo mis dibus favoritos.

-¡Oh, Pepa Pig! Tengo una prima pequeña que también le encantan estos dibujos, ya te la presentaré algún día.

-¿De verdad?

-Claro, podríais ser buenas amigas.

-¡Síiii! ¿Te quedas a verlo conmigo?

-Claro.

-Gracias.-Me sonríe.-Es que a Byron no le gusta... ¡Dice que son dibujos muy feos!

-¿En serio te dice eso?-Dirijo mi mirada hacia el nombrado.-Pues no le hagas caso, ¡molan mucho!-Guiño el ojo a Rosie.

-¡No mientas a mi hermana!-Interrumpe Byron.

-No lo hago, el que miente aquí eres tú.-Digo mirando a la  pantalla de 75 pulgadas.

<< ¡Ojalá tener yo una televisión en casa así para ver películas con mi amiga Taylor!>>

-Ya claro... ¿En serio a una chica de...¿cuántos años tienes?-Pregunta sentándose a MI lado.

-¡A ti qué te importa!

-Claro que me importa, mis hermanos están a tu cargo.

-Tus padres me han dado el trabajo por algo...-Hago una pequeña pausa.-Por cierto, ¿por qué no puedes cuidar tú de ellos si eres el más mayor?

-Porque yo no siempre puedo, tengo que estudiar y trabajar.

-Ya, seguro...

-¿Qué insinúas?

-¿Yo? Nada.-Le muestro una sonrisa de superioridad.

-¡Shhh!-Nos interrumpe Rosie.

-Perdón.-Decimos ambos.

-Rosie, voy a ver a tus hermanos, ¿vale?

-Vale, no pasa nada.-Me sonríe de nuevo.

Me levanto del sofá y salgo al pasillo en busca del resto de niños pero no parecen estar en esta planta.

-Arriba en la 2a puerta a la izquierda estarán Jodie y Lilith, y Marvin está en la puerta de en frente.-Aparece Byron a mi lado.

-Ah vale.-Digo mirándolo de reojo un segundo antes de ir donde me ha dicho.

Por el camino, según subo las escaleras, noto que el chico viene detrás.

-¿Quieres dejar de mirarme el culo?-Pregunto parándome en la mitad.

-¿Qué?-Se sonroja dándose cuenta que lo he pillado.-Yo no estaba...

-Ya, ya...

-Te lo juro, solamente voy a...

-¿Seguirme todo el rato?-Levanto una ceja y lo miro con los brazos cruzados.

-No, ¡el mundo no gira al rededor de ti!

-Lo sé, pero parece que tú sí quieres girar al rededor de mí.

-¡No! Solamente voy a mi cuarto.

Me encojo de hombros y sigo el camino hasta la habitación de las niñas.

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"UNA MIRADA PUEDE HACERTE AFLORAR NUEVOS SENTIMIENTOS"