Capítulo V
Después de la llamada y dejar solo a
Byron me dirijo a la casa de mi mejor amiga porque hemos quedado para ir a la
farmacia.
Después de comprarla vamos a su casa y
al asegurarnos que no hay nadie vamos a la cocina.
Taylor me prepara un vaso con agua para
tragarme la pastilla y me mira con una sonrisa.
-Tranquila, por una no te va a pasar
nada, además es peor que te quedes en cinta...
-Ya, pero es que...ya sabes cómo me
pongo cada vez que me tomo una pastilla así...
Tras un par de minutos reflexionando
termino tomándome la pastilla.
-¿Ves? No te ha pasado nada.
-Porque me la acabo de tomar, seguro
que en cuanto me empiece a hacer efecto me mareo.
-¡Exagerada!
Pero Ariel tenía razón y después de
casi una hora se tuvo que sentar en el suelo porque se mareaba.
-¿Mejor?-Pregunta Taylor preocupada.
-No...
-¿Quieres que llame a tu tía para que
te venga a buscar?
-¿¡Qué!?¿Estás loca? Ella no puede
saber que me he tomado la píldora... ¡Me matará!
-¿Por qué?
-Porque sospechará el motivo por el que
me la he tomado y no quiero que sepa nada de mi vida sexual, ¡bastante se
preocupa por mí!
-¿Y qué quieres hacer entonces? ¿Quedarte
en mi casa hasta que se te pase el malestar?
-Pues me harías un gran favor la
verdad...
-Por mí sabes que perfecto, pero mis
padres estarán al llegar y si te ven así te van a preguntar y se lo contarán a
tu tía...
-¿Entonces qué hacemos?
Silencio durante varios minutos en los
que ninguna de las dos deja de pensar alguna solución.
-¿Tienes el número de Dave?
-No... Con todo el lío no nos los
pedimos... Además que sabes que odio que me llamen... ¡son unos pesados!
-No todos...-suspira Taylor.
-¿Y por qué me has preguntado eso?
-Para llamarlo a ver si puede cuidar de ti...
-Para llamarlo a ver si puede cuidar de ti...
-Claro y le digo a mi tía que hasta mañana
no vuelvo a casa porque me he quedado con un chico... ¡No sobrevivo!
-Le dices que te has quedado conmigo y
punto.
-¿Y si pregunta a tus padres?
-No creo..., pero alguna excusa me
inventaría.
-De todas formas no tenemos su
número...
-Nosotras no, pero Trevor sí, y yo
tengo el suyo...
-¿Qué? No, no vas a llamar a ese cabr**
por una tontería.
-Sabes que por ti haría lo que fuera...
Y aunque no quiera hablar con él, esto es una emergencia y no se me ocurren más
cosas.
Termino aceptando y en menos de 10
minutos ya está mi amiga llamando al chico para que venga a buscarme.
-¡Listo! Antes de que mis padres
lleguen ya estarás con Dave.-Sonríe.- ¡Es un buen chaval!¿Por qué no le das una
oportunidad?
-Está bueno y todo eso, pero...eso no
es mi estilo tía, además le acabo de conocer...
-Sí, y ya te lo has tirado en mi
cuarto... ¿Por qué te asusta tanto el amor?
-Ya lo sabes... ¡Y no quiero hablar más
de ello!
-Bueno...
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-¡Dave! Pasa, gracias por hacernos este
favor.-Le digo cerrando la puerta detrás de mí.
-De nada, Ariel parece una buena chica
y la cuidaré todo lo que haga falta.-Sonríe esperando a que le indique donde
encontrar a la pelirroja.
-¡Qué buen chico!-Digo indicándole el
camino.
Ariel sonríe forzadamente ante la
presencia del chico.
Sé que no era la mejor opción, pero no
podía abandonarla...Además ese chico tiene parte de culpa de que mi mejor amiga
esté así.
Dave se agacha para darle dos besos y
la ayuda a levantarse.
Tras despedirse de mí, los dos salen de
mi casa y van hacia el coche del moreno.
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El trayecto hasta la casa de Dave se me
hace eterno, solo se oye la radio de fondo.
-¿Estás mejor?-Me pregunta con una
amplía sonrisa intercambiando la mirada entre la carretera y yo.
-Sí, los mareos se me han pasado, pero...aún
me siento enferma y tengo frío.
El chico pulsa el calefactor y en
seguida el calor llega hacía mí.
-No hacía falta... Pero gracias.
-Claro que hace falta, ¡solo quiero que
te encuentres bien!
Le regalo una pequeña sonrisa de
agradecimiento y el silencio vuelve a reinar en el coche.
Pocos minutos después el motor del
Megane negro se para anunciándome que hemos llegado a nuestro destino.
-Espera un momento.-Me dice Dave
saliendo del coche tras comprobar que ha dejado todo en su sitio y el automóvil
no puede moverse.
A los pocos segundos la puerta del
copiloto se abre y Dave me dedica una sonrisa.
-Señorita.
-Gracias.
Tras cerrar las puertas Dave y yo
andamos hasta el portal número 19 de esa misma calle.
El chico saca sus llaves e introduce la
más pequeña en la ranura del portal.
-Las damas primero.-Vuelve a sonreír.
Entramos en el portal y nos acercamos
al ascensor.
Subimos 5 plantas y Dave abre la puerta
con la letra A.
De nuevo deja que pase yo primero.
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"LA MAJESTUOSIDAD ES EL MAYOR REGALO NO RECONOCIDO"
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"LA MAJESTUOSIDAD ES EL MAYOR REGALO NO RECONOCIDO"