lunes, 17 de agosto de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN EPÍLOGO

Me desperté sobresaltada en un banco de piedra que se encontraba en el interior del cobertizo de mi jardín.
Aquel era mi único lugar en el que me encontraba segura y feliz.
Sin embargo por mis mejillas bajaban lágrimas tras recordar cada uno de los detalles de aquella "realidad", la cual tan solo era fruto de mi imaginación.
Cada una de esas personas al igual que todo lo que había ocurrido, era ficticio.
Un grito me devolvió a mi vida real y apresurada abandoné aquel lugar para encontrarme con un hombre borracho, desaliñado y con una barba que llevaba mucho tiempo sin ser afeitada.
Adam se percató de mi presencia y con paso rápido se acercó hasta donde yo estaba.
-Nena, ¿dónde estabas? ¿Por qué no te encontraba?-Parecía preocupado.
Tragué saliva preparándome mentalmente para lo que venía, cerré los ojos con fuerza intentando transportarme a aquel mundo en el que él ya no existía en mi vida, solo formaba parte de mi pasado, y en mi presente había un hermoso chico de sonrisa bonita, cariñoso y humilde que me daba lo que merecía.
-¡HAZME LA CENA! Tengo hambre.-Gritó sacándome de mis pensamientos.
Resoplé intentando no molestarle lo más mínimo y fui a la cocina donde le preparé su plato favorito.
-¡Qué bien te ha quedado, nena!-Me sonrió antes de besarme con la boca llena de grasa.
Fingí una sonrisa y continúe devorando mi comida.
Al menos me dejaba comer todo lo que quisiera, aunque en muchas ocasiones no me apetecía o lo devolvía minutos más tarde en la taza del váter.
Una vez recogido todo fui directa a la cama pues Morfeo me estaba empezando a atrapar entre sus brazos.
Sin embargo mi novio desde hace ya casi tres años tenía otros planes.
-Ponte sexy para mí, tengo ganas de jugar.-Me sonrió en un intento de voz seductora.
Suspiré por lo bajo para que no me oyera pues sino sabía que me iba a castigar y busqué el conjunto de encaje rojo que tanto le gustaba, me desnudé entera para ponérmelo mientras él hacía sus necesidades en el baño y me preparé mentalmente para lo que venía a continuación.
Adam salió con una gran sonrisa, esa que años atrás me tenía loca, y abrió bien los ojos al contemplarme una vez más en ropa interior.
Se relamió mientras se acercaba hasta mí, posó sus manos en mis caderas y sin apartar los ojos de mí me acercó a su cuerpo.
Fingí una sonrisa y esperé a que uniera sus labios contra mí.
-Bésame tú primero.-Exigió sin perder la sonrisa.
Contra mi propia voluntad lo hice, rocé mis pequeños labios con los suyos.
Hacia años disfrutaba de cada beso, abrazo y caricia que me regalaba pero ahora ya no, ahora solo me daban algo de asco pero por temor a que me golpeara hacía todo lo que me pedía.
No tardó en convertir aquel pico en un apasionado beso, o mejor dicho en un beso salvaje.
Parecía que quería devorarme y por más que intentara frenarlo un poco él conseguía lo que quería.
Sus labios bajaron hacia mi cuello mientras su mano derecha viajó hacia mi teta derecha la cual estrujo con ansias.
-Estás pensando en mí, ¿verdad?-Susurró en mi oído.
Asentí intentando controlar las lágrimas que amenazaban por salir de mis ojos.
E intenté concentrarme en aquel chico con el que fantaseaba en mis ratos libres en el escondite de nuestro pequeño jardín.
Por más que intentara imaginarme a Connor no lo conseguía pues mi pareja estaba siendo muy bruto.
No sé como ni de donde salieron fuerzas de mi interior y conseguí apartarlo de mí en un acto de valentía.
-¡No Adam, no puedo seguir así!
-Claro que sí muñeca, ¡tú eres mía! Y no te vas a escapar de mis brazos.-Dijo acorralándome contra la pared.
-Por favor, si de verdad me quieres déjame ir. ¡No soy feliz!-Empecé a sollozar.
Él negaba con la cabeza y notaba como la vena de su cuello empezaba a hincharse.
<<¡Oh, oh! La furia está a punto de salir>>
Sabía que mi valentía iba a tener sus consecuencias.
-Perdón, no sé que me ha pasado.-Dije intentando enmendar mi error.
Pero ya era muy tarde.
Su mano se dobló en un puño que fue arremetido contra mi mejilla derecha.
Por suerte estaba contra la pared y no me pude caer hacia atrás pero el impacto de mi cabeza contra esta hizo que me saliera sangre, la cual se quedó coloreando la pared blanca de nuestra habitación.
Adam salió de allí dando un portazo, no sin antes advertirme de que como intentara huir o decirle algo a alguien me mataría.
Me senté en el suelo llorando sin parar mientras intentaba buscar una solución.
Sin embargo la única forma de escapar era dejar que cumpliera con su amenaza.
Nadie me podía salvar de aquel chico que tiempo atrás me amó y cuidó tanto.
Decidí levantarme para ir a curar mis heridas pues sabía que no podría ir al médico ni mucho menos.
Solo podía salir de aquella casa con su compañía y con la excepción de ir a hacer la compra o las revisiones necesarias.
Cuando me puse de pie noté mi visión borrosa y como mis piernas empezaron a fallar desplomándome en el suelo.
(***)
Mis ojos empezaron a abrirse al escuchar mi nombre una y otra vez.
Vi una sombra a mi lado que poco a poco se convirtió en un señor mayor con pelo largo, ondulado y canoso, sin casi arrugas y unos ojos verdes preciosos.
-¡Por fin despierta señorita Sullivan!
Hice un amago de sonreír e incorporarme pero un pinchazo en la cabeza impidió que me moviera.
-¿Qu...quién...es...usted? ¿Dónde estoy?-Pregunté aturdida.
-Soy el señor Wilson, aunque puede llamarme Gus, y soy su doctor.
-¿Doctor?-Lo miré aturdida.
Eché un vistazo a la sala donde estaba percatándome de que efectivamente me encontraba en el hospital con una venda en la cabeza y tubos conectados a mis manos.
-¿Qué ha pasado?
-Eso me gustaría saber a mí, Lana.
-¿No lo sabe? Usted es el doctor y...
-Me refiero a como ha acabado así, con una mejilla morada y una herida en la cabeza.
-¿Qué?-Abrí bien los ojos al escuchar sus palabras.
<<¿Qué hacía en el hospital con una mejilla morada y una herida en la cabeza? ¿Qué me había sucedido para estar así?>>
-Además le hemos encontrado un montón de moratones por su cuerpo y extremidades. ¿Alguien ha abusado de ti, Lana?-Su voz se tornó más seria y enfadada.
-No...no lo sé.-Intenté recordar algo, pero ni siquiera recordaba si tenía familia, amigos o pareja.-No recuerdo nada.-Confesé en un hilo de voz.

EL SECRETO DE MI JARDÍN XXX

Al escuchar los aplausos sonreí feliz.
¿Eso quería decir que les había gustado como bailaba? ¿Estaba dentro? ¿Podría cumplir mi sueño al fin?
-Has estado fantástica, seguro que bailar en esta academia te gustaría, pero...-Comenzó a hablar Abby.
¡Espera! ¿Cómo que pero? ¿A caso había fallado en algo? Si había dicho que había estado fantástica.
-¿Lana?
-Sí, perdona.-Dije poniendo mis cinco sentidos a lo que me explicaba.
-Decía que has pasado la primera fase, pero tendrás que volver mañana a hacer una coreografía grupal. La dirigiré yo durante un par de horas y cuando la hayais memorizado todos la haréis ante los profesores.
Asentí sonriendo antes de despedirme de las cuatro personas que estaban delante de mí y volví al pasillo donde me esperaban mis seres queridos.
Salí seria pues quería asustarlos un poco para ver como reaccionaban y comencé a reírme después de ver sus nervios a modo de apoyo.
-¿De qué te ríes?-Preguntó Vega.
-¡De que os lo habéis creído! ¡He pasado la prueba de hoy!-Empecé a saltar.
Todos se unieron a mi festejo y cuando me calmé les expliqué que eso no era todo, aunque yo ya estaba feliz porque estaba segura de que podía conseguirlo.
Al día siguiente volví, esta vez sola pues no quería hacerlos esperar durante varias horas allí encerrados.
Cuando llegué había cuatro chicas y un chico ya esperando en el pasillo, y a medida que vi que seguían viniendo varias personas más los nervios y el miedo aumentaba.
¿Y si lo hacía mal? ¿Y si no conseguía aprender la coreografía con tanta rapidez? ¿Y si me quedaba bloqueada?
No tenía a mis seres queridos para que me animaran, pero un grupo de chicas me integraron y entre todas conseguimos calmarnos un poco.
Abby llegó poco después y tras explicarnos bien como íbamos a hacerlo empezamos a ensayar.
Era una coreografía no muy difícil pues teníamos que memorizarla en poco tiempo y la mayoría de pasos se repetían.
Me sentía cada vez más segura de sí misma y al ver que la directora me felicitaba por mi buena memoria más aún.
Un par de horas después fuimos entrando en grupos pequeños a otra sala donde el mismo jurado del día anterior se encontraba, esta vez algo más sonrientes.
Por suerte entré en el primer grupo así no estaría comiéndome las uñas de los nervios, ¡y eso que yo cuidaba mi manicura!
Al principio pensé que no iba a pasar esa fase pues uno de los chicos de mi grupo se había parado y nos tocó volver a empezar, a pesar de que el resto lo estábamos haciendo medianamente bien.
Nos coordinabamos a la perfección y aunque algún paso se nos olvidaba sabíamos reconducir la coreografía.
(***)
Todos andábamos subiendonos por las paredes.
¡No nos querían decir los resultados hasta que todos hubiéramos hecho la prueba!
Así que ahí estaba yo charlando con mis posibles nuevas compañeras y mirando la hora cada dos por tres así como la puerta donde habíamos estado minutos antes.
La directora por fin salió para avisarnos que tenían los resultados.
En total habíamos ido 30 personas pero solo 5 teníamos la oportunidad de ser becados.
-Gracias a todos por haber participado en las audiciones para esta gran escuela, ha sido un honor ver como todos y cada uno de vosotros habéis puesto vuestro esfuerzo en las coreografías. ¡Ojalá pudiéramos acogeros a todos! Pero por desgracia solo cinco de vosotros tendréis la oportunidad de empezar una nueva etapa como bailarines, aunque quizá el resto podréis intentarlo de nuevo el próximo año o pagando.
>>Cada uno de vosotros sois magia al son de la música y por eso queremos aplaudiros sin ninguna excepción.
El jurado y todos nosotros aplaudimos antes de que Abby continuara con su discurso.
-Sin embargo como os he dicho antes no es posible que todos entréis, así que sin demorarme mucho más diré los nombres de los nuevos bailarines...-Nos sonrió mientras cogía un folio y empezó a leer varios nombres.
Según iba diciendo me decepcionaba al no escuchar el mío pero me llevé una gran sorpresa cuando me mencionó al final.
¡Estaba dentro! ¡Iba a ser una gran bailarina!
Me sentía muy feliz y tenía ganas ya de contárselo a todo el mundo pero debía esperar a que Abby hablara con los dos chicos, dos chicas y conmigo para ver cuándo empezaríamos.
(***)
Me sentía muy feliz al ver la reacción de mi familia, amigos y pareja.
Todos se alegraron tanto por mí que decidimos ir a cenar a un restaurante juntos, tanto la familia Scott, la familia Wilson/Wayne y la familia Sullivan.
¡Debíamos celebrarlo a lo grande!
-Ahora que estamos todos juntos quería decir unas palabras.-Se levantó mi madre de la mesa.
Todos nos quedamos en silencio y la miramos sonrientes.
-En primer lugar quería agradecer que estemos todos aquí reunidos celebrando una gran noticia, ¡mi hija va a cumplir por fin su sueño! Se va a dedicar al baile, o al menos en parte y sé cuan feliz la hace, tanto como a mí que la he visto sufrir tantas veces por no poder haber asistido a clases de baile tanto como deseaba. También quiero agradeceros a todos por hacernos felices a la familia Sullivan, a pesar de todos los obstáculos con los que nos hemos topado hemos sabido seguir adelante y más aún con vuestra ayuda, así que gracias.
Y por último quería daros otra gran noticia.-Sonrió y miró a su pareja que se encontraba a su derecha.-Gus y yo nos vamos a casar.
Nos quedamos todos en shock pero en seguida aplaudimos y les dimos la enhorabuena.
Mis hermanos pequeños parecían más felices que nunca y eso me hacía más feliz aún.
Después de todo lo acontecido podía decir que tenía una vida muy feliz y que tenía suerte de estar rodeada de personas tan maravillosas.

lunes, 10 de agosto de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN XXIX

 Justo cuando Roy acabó de contarme todo apareció mi novio con una gran sonrisa, pero se preocupó al verme tan seria.

-¿Qué ha pasado, pequeña?
-¡Qué hija de su madre!-Contesté al fin saliendo de mi trance.
-¿Quién? ¿Qué dices?
-Natalie, mi ex.-Respondió nuestro amigo.
-Está demasiado loca.
Ver que mi novio estaba al tanto de la noticia me alivió un poco pues eso significaba que Roy no mentía.
Y aunque no fue culpa de él seguía un poco molesta con él pues sabía que Vega aunque lo quisiera perdonar se tomaría su tiempo por haberle ocultado aquella información.
Después de echarle la bronca a mi amigo me quedé un rato con Connor pues necesitaba besarlo y abrazarlo después de no haberlo visto durante varios días.
(***)
La semana se me pasó algo lenta pues cada vez se acercaba a fecha de la audición y me ponía más nerviosa, sobre todo cuando me bloqueaba en algún paso a pesar de llevar mucho tiempo preparándome aquel baile.
Eliot me había ayudado mucho y sabía que si ponía todo mi esfuerzo podía pasar aquella audición y formar parte de la academia.
¡Podía cumplir uno de mis sueños! 
-Muchas gracias por todo lo que estás haciendo por mí, ¡eres un sol!-Sonreí a mi amigo.
-Gracias a ti por dejar que te enseñe y corrija aquellos errores, aunque no tienes muchos pues bailes muy bien.-Me devolvió la sonrisa.
-No sé si conseguiré entrar, pero si lo hago sé que en parte es gracias a ti.
-¡Qué va! Solamente tienes que tener voluntad, constancia y esfuerzo, eso es lo que hará de ti una gran bailarina.
-¡Ya estoy aquí!-Interrumpió mi chico mirándome a mí con una sonrisa y algo más serio hacia el chico.
-Hola pequeño.-Lo besé en los labios.
-¿Estás nerviosa?
-¡Mucho! En menos de media hora empiezan las audiciones.
-Sé que lo vas a hacer genial, seguro que consigues la beca.
-¡Ojalá!-Sonreí.
-Bueno yo me voy a preparar la clase antes de que vengan mis alumnos, si puedo me pasaré un rato durante la audición para verte.
-Vale Eliot, gracias por todo.
-No hay de qué, guapa.-Me guiñó un ojo antes de desaparecer por el largo pasillo.
Connor y yo nos quedamos en silencio durante unos segundos hasta que comprobamos que nos quedamos a solas.
Me acerqué a él para no dejar nada de distancia y me puse de puntillas para darle un beso.
Sin embargo antes de dárselo me percaté de que estaba demasiado serio.
-¿Qué te pasa?-Pregunté preocupada.
-Nada.-Me dio una pequeña sonrisa.
-Te conozco, poco, pero suficiente para saber qué te pasa algo.
-Es que...
-¿Qué?
-Nada, déjalo. No quiero molestarte cuando tú debes centrarte en conseguir tu sueño.
-Connor si no me lo dices me quedaré preocupada y es cuando me desconcentraré.
Él resopló, miró hacia donde minutos antes estuvo mi amigo y me volvió a mirar a los ojos.
-No quiero sentirme así pero es que...tengo miedo de perderte.
-¿Perderme? No me vas a perder, ¿por qué lo...-Me callé al pensar una posibilidad.-¿A caso estás celoso de Eliot?
-N...no...
-Sí, sí estás celoso.-Confirmé mi teoría.-No tienes porqué preocuparte, él tan solo es mi amigo.
-Ya, pero nosotros empezamos siendo amigos...-Bajó la cabeza.
-La diferencia es que a ti te quiero y quiero estar contigo, y a él solo lo veo como un amigo.
Mi novio sonrió mientras se sonrojaba.
¡Adoraba cuando se ponía así! Parecía tan vulnerable...
-Yo también te quiero.
Ahora fui yo quien se ruborizó al comprender lo que le había dicho.
-Pues confía en mí, porque no quiero a ningún otro, ¿vale? Tú mismo sabes lo que me ha costado aceptar mis sentimientos y aceptarte como algo más que mi amigo.
-Tienes razón, y lo siento si me he puesto celoso pero es que últimamente lo ves más a él que a mí y...
-Shhh...-Me acerqué y lo callé con un beso.
Sus manos se posaron en mi cadera y me acercó más aún mientras las mías rodearon su cuello.
Me sentía feliz y querida a su lado.
Un carraspeo hizo que nos separaramos.
-¡Vega!-Corrí a abrazarla.-Pensé que no ibas a venir al final.
-¡Pues claro! ¿A caso crees que me iba a perder como mi hermana empieza a cumplir su sueño?
-¡Te quiero mucho!
-Y yo a ti.
Las dos sonreímos mientras nos separamos.
Me percaté que Roy también había llegado y al ver como mi amiga se acercaba a él y le daba la mano sonreí.
¡Por fin habían hecho las paces!
Cuando el otro día salí de casa de Roy llamé a mi amiga, no le conté nada pues prefería que lo escuchara de su novio, pero sí la convencí para que fuera a hablar con él.
Tal como había predicho se enfadó un poco por no haberlo sabido antes y estuvo varios días evitándolo hasta...ahora.
-¡Si es que sois el uno para el otro!-Sonreí.
Me acerqué de nuevo hasta Connor y le di la mano para intentar que me calmara.
Y funcionó hasta que Abby apareció en el pasillo y me llamó.
Mis amigos y novio me desearon lo mejor y tras despedirme entré en aquella gran sala.
Allí se encontraban tres personas anotando algo en unos folios.
Cuando entré levantaron la vista y me saludaron sin sonreír, excepto la directora y un señor con el pelo largo.
Abby me presentó a los tres profesores de la academia y disculpó a mi amigo Eliot por no poder asistir.
Me explicó en que consistiría la prueba y me dijo que cuando quisiera empezara.
Puse la canción que había elegido y empecé a moverme en cuanto la canción empezó a sonar.
Cuando acabé estaba llena de sudor y seguramente roja como un tomate, pero demasiado contenta pues conseguí hacer todos los pasos a la perfección.
Abby y los profesores anotaron algo durante un par de minutos en silencio, después despegaron sus ojos de los folios y empezaron a aplaudir.


EL SECRETO DE MI JARDÍN XXVIII

 Mi móvil no paraba de sonar interrumpiendo mi ensayo cada dos por tres.

Y yo no quería contestar pues estaba practicando un paso que aún no me salía.
A penas me quedaba una semana para presentarme en aquella academia de baile y mi coreografía no estaba bien pulida.
Colgué de nuevo a mi mejor amiga sabiendo que podría ganarme un enfado por su parte, pero es que no podía parar en ese momento.
Fuera lo que fuera lo que me quisiera contar era menos importante en ese momento.
Sin embargo la canción "Dance Monkey" sonó una vez más frustrandome.
-¿¡Qué es lo que quieres, Vega!? Estoy ensayando mi...-Me paré al escuchar un llanto.
<<¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Por qué mi mejor amiga estaba llorando?>>
-Mierda, perdóname por no contestar antes, ¿qué te ocurre?
-Roy...y...yo...
-¿Qué os ha pasado? ¿Lo mato?
-S... sí...
-Ahora mismo voy a tu casa y me cuentas cuando estés preparada, ¿vale?
-Vale...
-Hasta ahora bebé, y tranquila anda.-Colgué rápidamente.
Me di una ducha rápida y como le había prometido a mi amiga fui a verla.
-¡He traído helado de chocolate!-Dije enseñándole la bolsa donde lo guardé.
-¡Gracias!-Dijo abrazándome al verme y empezó a llorar de nuevo.
La abracé fuerte mientras acariciaba su pelo dulcemente.
Odiaba que mi amiga estuviera así y más por culpa de Roy. 
No sabía que había pasado pero para que mi amiga estuviera así tendría que haber sido algo grave.
Cuando noté que había dejado de llorar la pregunté de nuevo cuál era el motivo para su llanto.
-He pillado a Roy con una chica...
-¿Cómo que con una chica? 
-Sí, con su ex. ¿Te acuerdas de Natalie?
Asentí con la cabeza.
-Se estaban besando y...
Abrí los ojos como platos al escuchar esa bomba.
¡Se iba a enterar!
-¿Estás segura? Quizá...
-Sí, los vi con mis propios ojos... Además lleva unas semanas muy distante...
-Quizá te está preparando algo.
-¿Con su ex? ¿Estás loca?
La verdad que sí era una locura pensar eso, pero había algo que no me cuadraba.
-¿Y lo has hablado con él? Quizá fue ella quién lo besó y le estás echando la culpa a él. 
-Si hubiera sido así podría haberse apartado,¿no?
-Puede...-Suspiré buscando alguna razón lógica.-Oye, ¿y si hablo yo con él?
-¡No! No quiero que ahora piense que lo estoy siguiendo o algo...
-Pero no le digo que has sido tú quien lo ha visto, sino que he sido yo.
-¿Harías eso por mí?
-¡Pues claro boba, haría cualquier cosa por ti, hasta salvarte aunque me maten a mí!
-¡Te amo pequeña!-Sonrió por primera vez mientras me pedía un abrazo que yo encantada se lo di.
El resto de la tarde nos lo pasamos viendo películas ñoñas mientras comíamos el chocolate que le había llevado y aunque Vega estaba algo calmada lloraba de vez en cuando.
Necesitábamos saber qué había pasado realmente y aunque podía parecer que Vega tenía razón en pensar mal yo sabía que algo había detrás, lo intuía y quería saberlo cuanto antes así que al despedirme de ella fui a casa de mi novio y mi amigo.
(***)
-Tu novio no está.-Fue lo primero que me dijo Roy.
-No vengo a verlo, vengo por ti.
-¿Por mí?
-Sí.-Dije demasiado seria.
Observé su semblante, el cual parecía no entender nada hasta que simplemente mencioné el nombre de su ex.
Palideció pero no pronunció ningún sonido.
¿A caso él fue quien inició aquel beso? 
-Os vi el otro día...-Me quedé en silencio durante unos segundos esperando que él me diera información.-Y no me digas que no porque tengo pruebas.-Le saqué mi móvil enseñándole la foto que Vega les había hecho.
-No...no...es lo que parece, de verdad.
-Pues explícate entonces.
-¡Amor, qué sorpresa!-Esa voz que tan nerviosa me ponía nos interrumpió.
Me di media vuelta para encontrar a un Connor muy sonriente.
-Hola cielo.-Sonreí.
Llevaba dos bolsas en las manos, las cuales escondió en su espalda cuando se dio cuenta de que las estaba observando.
-¿Por qué las escondes?-Reí.
-Por...nada...-Se sonrojó.-Es...una sorpresa.
-¿Para mí?
Él asintió ganando una sonrisa por mi parte.
-Al menos me darás un beso, ¿no?
-Cuando deje esto en mi cuarto.
Asentí sonriendo mientras observaba como entraba en casa.
Mi expresión cambió al acordarme del motivo de mi visita.
-Has tenido tiempo suficiente para pensar bien lo que me vas a decir...Y espero que tengas una buena excusa ¡o te quedarás sin descendencia!
Él tragó saliva y asintió.
-Natalie me habló hace unas semanas insistiendo en que quería hablar conmigo. Yo la ignoraba siempre pero a pesar de que la bloqueé de todos lados seguía llamándome desde el móvil de sus amigas.
>>Hasta que un día apareció en mi casa justo cuando había quedado con Vega, tuve que dejarla plantada porque sabía que sino me iba a seguir y se iba a inventar cualquier cosa... Ya sabes como es de tóxica esa mujer.
Asentí al recordar todo lo que había sufrido mi amigo por aquella loca.
-Total que me dijo que andaba preocupada porque no le bajó la menstruación desde hace unos meses, al principio pensaba que estaba embarazada del chico con el que salió  después de estar conmigo, pero que luego hizo cuentas y no concordaba. No me dijo nada pues estaba enamorada del otro, y este hizo que abortara y la dejó poco después. 
Me quedé en shock al escuchar a mi amigo. 
Se le veía sincero, sin embargo todavía no me había hablado del motivo del beso aunque me lo podía imaginar.
-Total que al principio me enfadé con ella al saber que podríamos haber tenido un hijo y yo sin saber de existencia, pero verla así de mal me dio pena y la consolé. Después ella me dio las gracias y me pidió perdón, pero cuando menos me lo esperé me besó y yo me quedé paralizado porque no me lo esperaba, hasta que reaccioné y dije que no quería saber nada más de ella, que me dejara en paz.


EL SECRETO DE MI JARDÍN XXVII

 -¿Connor? ¿Lana? Pensábamos que estaríais en tu casa.

-En un principio fuimos allí pero luego vinimos aquí.-Respondió Connor.
Yo miraba a la pareja que se encontraba delante de nosotros, seria y sin decir nada, al igual que la chica me miraba a mí de la misma forma.
-¿Podéis dejar a un lado vuestro orgullo y abrazaros?-Preguntó Roy.
Di un paso al frente dispuesta a dar mi brazo a torcer pero mi amiga seguía en el sitio.
Ambos chicos suspiraron, nos abrazaron a la cintura y nos juntaron como si fuéramos dos muñecas.
Escuché una risita de mi mejor amiga que se me contagió y dejando la rigidez que tenían mis brazos la abracé con fuerza.
-Lo siento muchísimo pequeña, sé que no eres una egoísta y que tú tenías razón.
-Yo también lo siento por haberme ido de esa forma.
Entre lágrimas nos dimos las paces y sonreímos al fin.
-¡Roy!-Exclamé pegándole un pequeño susto.- Te necesitamos para averiguar qué es lo que trama tu hermana.
-Tranquila, ya sabemos toda la verdad. Venimos de hablar con ella.-Confesó Vega.
Abrí bien los ojos y mandé callar a todos para escuchar lo que me tenían que contar.
-Blake y ella están empezando a salir, y tu hermano simplemente estaba haciendo de celestina.
Los miré atónitos.
¡Me esperaba todo menos esa respuesta!
Negué con la cabeza haciendo resoplar a los tres.
-No me lo creo, hay algo que no me cuadra aquí. 
-¿Por qué?
-No lo sé, pero esa respuesta no me convence, no creo que os haya dicho la verdad porque tú estabas allí.-Señalé a mi morena.-Tendrás que hablar con ella a solas, al igual que haré yo con mi hermano.-Me dirigí esta vez a Roy.
-Lana...yo creo a mi hermana pues ha recibido la misma educación que Noel y yo, y sabemos que no hay que engañar a nuestra pareja.
-¡Os digo que miente! Por favor, ayudadme a averiguarlo, no quiero que ni Joel ni Blake salgan dañados...
-Pero cariño, si fuera así, ¿entonces por qué cuando nos encontramos a tu hermano estaba con Blake y no con Miranda como tu madre dijo?
-No sé, quizá Blake lo llamó y se deshizo rápidamente de ella.
Tres pares de ojos no paraban de mirarme en silencio y con una expresión completamente serios.
¡No me creían!
Las personas en las que más confiaba pensaban que estaba loca o algo por el estilo.
¡Pero yo iba a averiguar la verdad! Con o sin su ayuda.
Furiosa fui hacia la entrada, recogí mi mochila y decidida abrí la puerta para irme lejos de esos traidores.
-¡Lana espera!-Vino Connor detrás de mí.-Para, por favor.-Me agarró del brazo.
-¿Qué quieres? Me has dejado claro en qué lado estás.
-Cielo, no estoy de ningún lado. Solo que creo que...
-¿Qué estoy loca? ¿Qué soy yo la que miente? ¡Te juro por lo que más quiero que ocultan algo más! 
-Ey, tranquila mi niña.-Me abrazó.
Me descontrolé en un llanto.
Cuando me calmé algo me quitó la mochila de nuevo y me llevó con nuestros amigos y entre los tres terminaron convenciéndome de que debía creer en lo que les había dicho Miranda.
Para distraernos decidimos poner una película y llamar al Burguer King para que nos trajeran la cena a casa de los Wilson-Wayne.
Y así entre risas pasamos el resto del día antes de que los chicos nos acompañaran a nuestras casas.
(***)
La semana siguiente me dediqué a ensayar para la beca de baile mientras cuidaba de mis hermanos pequeños con ayuda de mi novio y mis amigos, que me habían ido a visitar.
El tema de la nueva pareja seguía rondando en mi mente dejándome aún con la duda de si realmente era como la chica dijo, o si ocultaba algo, pero no quise mencionárselo a nadie.
Eliot también vino una tarde a ver como progresaba y por fin decidió que era hora de preparar la coreografía que mostraría unas semanas después para adentrarme en la academia de baile.
Y mi madre cada vez estaba más contenta con el cambio de trabajo, pues a pesar de que cuando estaba de tarde no nos veía a penas, disfrutaba al máximo las otras semanas y los fines de semana.
De esta forma sentía como los pequeños de la casa crecían ahora aún más felices pues por fin tenían una figura materna que les guiaría y educaría de la mejor forma posible.
Gus Wilson empezó también a formar parte de nuestras vidas, sobre todo los fines de semana que, o bien venía a nuestra casa o bien nos invitaba a la suya.
Él estaba haciendo feliz a mi madre como hacía años que no la veía y presentía que de un momento a otro podría convertirse en nuestro padrastro.
¡Seguro que ya tenía elegido el anillo para pedirle matrimonio a Viviana!
Sin embargo, ese día no llegaba y me apenaba un poco pues yo comenzaba a cogerle cariño y se comportaba como un padre de verdad con todos nosotros.
Mi amistad con Vega seguía igual o mucho mejor que siempre, sin importar aquella pelea que llegamos a tener, e incluso me uní más aún a Roy, quién siempre había sido mi amigo pero con los años nos distanciamos un poco.
Mi relación con Connor cada vez iba mejor y se hacía más notable.
Es más todos lo sabían a pesar de que se hacían los locos.
Ya no era un secreto que había florecido un amor entre mi jardinero y yo, al igual que las semillas que habíamos plantado semanas atrás empezaban a crecer.
Y eso hacía muy felices a todos, incluso a mi mellizo, a pesar de que lo amenazaba con dejarle sin herencia si me hacía daño.
Sin embargo, las veces que Blake y Miranda habían aparecido por casa se habían mostrado algo más fríos y serios al vernos a Connor y a mí, sembrando más dudas en mi mente, aunque intentara dejarlo de lado.


EL SECRETO DE MI JARDÍN XXVI

 Por un momento pensaba que mi novio se había convertido en un fantasma o un papel por lo pálido que se había quedado, pero cuando vi que se movía me relajé un poco.

-Entiendo que le quiera proteger, pero no tiene la razón ni mucho menos. Blake debe saber la verdad, pero tampoco lo sabemos a ciencia cierta lo que de verdad ocurre entre tu hermano y ella, ¿y si hablas con Joel? Seguro que puede aclararte las cosas...
-Pero...¿Y si mi hermano está al corriente y no es como todos pensamos? Lo quiero mucho pero no deja de ser un chico y...
-¿Y qué? Por esa idea entonces yo podría ponerte los cuernos como tú dices, ¿no?

¡Genial, lo que me faltaba! Que ahora mi novio pensara así...
Resoplé y recordé lo que hablé unas semanas antes con mi madre.
¡Ya bastaba de enfadarme con todo el mundo!
-Perdón por decir eso, amor, no pienso así solo que...
-Lo sé, tu pasado hace que sientas esas inseguridades.-Dijo serio pero a la vez más relajado.
-Exacto...y quiero cambiarlo, de verdad que quiero pero no puedo evitarlo.
-Yo te ayudaré a hacer que te sientas más segura de ti misma.-Sonrió por fin.
-Gracias, de verdad. ¡Eres el mejor!-Sonreí y lo besé.
-¡Y tú la mejor!-Me abrazó.- Y ahora vamos a tu casa y hablemos con tu hermano, ¿vale?
Asentí con la cabeza dispuesta a descubrir la verdad.
Pero cuando llegamos a mi casa mi mellizo no estaba y según mi madre había ido con una amiga.
-¿Sabes cómo se llama esa amiga?
-Estuvo en la fiesta de cumpleaños de Vega, pero no me acuerdo de su nombre.
-¿Miranda?-Pregunté en un hilo de voz.
-¡Sí, eso!
-¿Estás segura, mamá? 
-Sí, y ahora que lo pienso es la hija de Gus, estoy segurísima que sí.
Cuando mi madre me dijo eso mi temor aumentó por un momento, ¡Miranda era nuestra "hermanastra"! Así que si tuviera algo con Joel estarían metidos en problemas... ¡Aún más graves!
-¿Y sabes dónde han ido?
-No, ¿por qué tanta insistencia?
-Es que...
-Quería prestarle un disco de nuestra banda.-Habló mi novio.-Dijo que le gustaría escucharlo.
Mi madre asintió sonriendo.
-Pues dáselo a tu novia y ella se lo dará.
-Prefiero dejárselo a él directamente.
-¿Por qué?
-Mamá, deja de ser tan cotilla.-Interrumpí.
Justo en ese momento como por arte de magia el ruido de un motor sonó en frente de nuestra casa.
Miré a mi novio y sin decirle nada a mi madre salimos disparados a fuera.
Allí estaban Blake y Joel.
¿Y Miranda? ¿Qué hacía mi amigo con él? 
¡No entendía nada!
Suspiré.
-¡Hola parejita!-Saludó un Blake sonriente.
-Ho...hola.-Le devolví la sonrisa.
-Siento no haberme despedido antes en la piscina de vosotros, pero Miranda tenía un compromiso y llegaba ya tarde.
Asentí.
Nos quedamos en silencio.
-¿Queríais algo?-Preguntó mi hermano.
-No, nosotros nos íbamos ya.-Contestó Connor.
-¡Cuídamela, ¿eh?!
Mi chico asintió y empezamos a caminar tras despedirnos de ellos.

(***)
Connor y yo nos pasamos el resto de la tarde dando vueltas por las calles de Bristol hasta que empecé a sentir que mis piernas iban a fallar.
-Vamos a mi casa y así descansas, estás muy cansada y lo necesitas.
-¿Y si Roy y Vega están allí? ¡No quiero verla!
-Cielo...sois mejores amigas, ¿de verdad vas a dejar que tu orgullo impida que hables con ella? Sé que se ha pasado, pero también sé que te quiere mucho y que estará dispuesta a pedirte perdón. Entre las dos podéis buscar una solución.
Además Roy es el hermano de Miranda, y aunque no sepa mucho, puede ayudaros a averiguar la verdad.
-Quizá tengas razón.
-Por supuesto que la tengo, así que vamos a ver qué pasa.
Asentí con una pequeña sonrisa en los labios y me dejé guiar por él hasta su casa.
Sin embargo cuando llegamos no había nadie.
-Mejor así podré cuidarte y mimarte como lo mereces.-Me sonrió.-Pasamos poco tiempo a solas y hay que aprovechar.
-¡Ay, te como!-Le di un beso pequeño en los labios antes de que él me quitara la mochila y la dejara junto a la suya en la entrada.
Me cogió como un bebé en brazos y mientras me sujetaba del culo me besaba con pasión.
Así fuimos avanzando hasta el sofá blanco que estaba en el medio de la sala de estar.
Me tumbó en este quedando él encima mío sin parar de besarme y acariciar todo mi cuerpo.
Cuando no me quedaba más aire me separé y sonreí a un milímetro de sus labios.
-¿Me das un vaso de agua?
-¡Por supuesto! ¿Algo más desea la señorita?-Dijo levantándose.
-Pues...-Medité la pregunta durante unos segundos.-Deseo que me llenes de besos, abrazos y caricias cuando regreses.
Él asintió regalándome una bonita sonrisa, esa que tantas veces me dejaba embobada y me enamoraba cada día más.
Cuando regresó con un vaso grande lleno de agua y me lo bebí ataqué su boca con ansias provocando una pequeña risa en él.
-¡Sí que tenías ganas de besarme!
-Muchas.-Me sonrojé.
Los besos cada vez fueron menos lentos y más salvajes, a la vez que nuestras caricias ya no solo rondaban por los brazos o espaldas, sino que viajaban a nuestros traseros, e incluso a mis pechos.
Él abandonó mis labios para bajar a mi cuello provocando en mí mil cosquilleos que iban aumentando al igual que la temperatura de mi cuerpo.
Nuestras camisetas desparecieron de un momento a otro en aquel rincón de la casa mientras seguíamos dejándonos llevar por la pasión del momento.
Los besos pasaron a mordiscos y lametazos, y el silencio se llenó de pequeños gemidos.
Sin embargo, no era el momento ni el lugar adecuados porque el sonido de la puerta nos asustó y rápidamente buscamos nuestras prendas de arriba.
¡No sé cómo no nos pillaron!
Unos pasos se acercaban mientras nosotros seguíamos en busca de las camisetas.
¿Dónde se podían haber escondido si el salón estaba perfectamente recogido?


EL SECRETO DE MI JARDÍN XXV

 Llegó el sábado y como mi mejor amiga nos había dicho dos días antes, Roy y ella nos esperaban a Connor y a mí para ir a dar una vuelta.

Sin embargo, cambiaron los planes, íbamos a ir a una piscina.

Por una parte me pareció buena idea pues me encantaba pasarme las horas nadando y aunque el verano había empezado hacia una semana aún no habíamos ido, pero por otra parte me daba vergüenza pues mi novio me iba a ver en bikini.

-¡Qué tonta eres! Si el otro día en tu casa ya te vio.-Decía mi amiga entre carcajadas mientras entrábamos por los vestuarios femeninos.

-Ya, pero...

-Mira, tú estás muy buena y seguro que se le caerá la baba en cuanto te vea en paños menores.-Sonrió.-Además, ¿no fue así como te vio el primer día?

-Así no, tenía una camiseta aunque pantalones no...-Me sonrojé al recordar el día que nos conocimos.

-Pues eso, que ya te ha visto casi desnuda, no va a pasar nada.

Suspiré e intenté dejar de pensarlo.

Total ya no tenía otra salida.

Cuando salimos hacia la explanada de la piscina esperamos a que nuestros novios salieran por los vestuarios masculinos.

Decidimos entre los cuatro en que zona ponernos y pusimos nuestras cosas antes de ir al agua.

La tarde estaba siendo divertida entre carreras, salpicarnos y jugar, pero cuando volvimos a las toallas mi amiga y yo nos quedamos perplejas.

¡Al lado nuestro estaban Blake y Miranda!

Nos saludaron alegremente mientras que nosotras no salíamos de nuestro asombro y más cuando la parejita se dieron un pico.

-Hermanita, ¡qué callado te lo tenías!-Dijo Roy con una sonrisa.

-Es que ya sabes como soy de discreta.-Contestó ella.

-¿Te pasa algo?-Susurró mi novio sacándome del trance.

-Eh...no.-Sonreí y le di la mano por instinto.

Noté como Miranda nos fulminaba con la mirada y Blake se puso serio.

<<¿Qué es lo que estaba pasando?>>

Decidí dejar el mundo de mis pensamientos y actuar como si no pasara nada.

-¿Podemos hablar un momento?-Preguntó Vega a su hermano.-A solas.

-Claro.

Se alejaron de nosotros mientras Roy charlaba con su hermana.

¿A caso mi amiga le estaba contando lo que pasó en mi casa? 

No quería que mi amigo sufriera, pero mejor que lo supiera cuanto antes.

-¿Quieres ir a por un helado?-Me sonrió mi novio.

-Vale.-Sonreí.

Cogió su cartera y fuimos hacia el bar de la piscina.

-¿Te pasa algo?

-No, tranquilo.

-¿Estás segura? Desde que nos hemos encontrado con Miranda parece que estás tensa. ¿Ha ocurrido algo que yo no sepa?

-Tranquilo amor, solo que no me lo esperaba.

-Has...dicho...amor...-Sonrió sonrojado.

Me ruboricé yo también.

¡Hacía mucho que esa palabra no salía de mi boca hacia un chico!

Mi novio me dio un pico, pero no me fue suficiente así que puse mis brazos al rededor de su cuello y lo besé.

-Lana yo...-Empezó a decir.

-¿Qué desean?-Preguntó la camarera mirando con una sonrisa a Connor.

La fulminé con la mirada al ver que no le quitaba ojo.

-Dos calipos de limón.-Respondí con una sonrisa falsa.

Cuando pagamos volvimos con los demás y por suerte Blake y Miranda ya no estaban.

-¿Y los demás?

-Se han tenido que ir.-Respondió Roy.

-Ah.

Miré a mi amiga y noté que andaba algo preocupada pero al preguntarla si le pasaba algo me evadía con un 'estoy bien'.

¿De qué habrían hablado los hermanos Scott? 

En cuanto estuviera a solas con ella le sonsacaría la información.

¡Quería saber lo que estaba pasando!

Pero en toda la tarde nuestros novios no se separaron de nosotras así que tuve que ser paciente.
Sin embargo, cuando fuimos a los vestuarios para cambiarnos aproveché para preguntarle lo que tanto deseaba saber.
-Están...juntos.
-¿QUÉ? Pero si el otro día...
-Lo sé, Lana, yo también lo vi. Y no entiendo nada...
-¿Le has contado que los viste?
-No, él parecía feliz y no quería confesarle algo que no sé qué es del todo cierto.
-¿Cómo que no sabes que es? ¡Vega Scott lo viste con tus propios ojos! ¡Incluso se escuchaban sus gemidos! 
-Pero...no quiero que mi hermano sufra otra vez...¡Bastante le costó superarte!
La miré incrédula.
-¿Crees que yo estoy feliz con la idea de que su novia le está engañando con su mejor amigo?
-Sé que no, pero...quiero que sea feliz, y lo es. ¡No seas egoísta!
-¿EGOÍSTA YO? ¡PERO, ¿TE ESTÁS ESCUCHANDO?-Grité alterada.-Mira, será mejor que me vaya.-Dije recogiendo mis cosas y cambiándome a toda velocidad y salir de allí.
-Espera...
No me di la vuelta y seguí hasta el exterior de todo el recinto de la piscina.
Allí se encontraban los dos chicos, sonreí falsamente y le dije a Connor que me marchaba sola a casa.
-Espera, voy contigo cariño.-Dijo alcanzándome.-¿Qué ha pasado?
-No quiero hablar, necesito estar sola.
-Pero...
-Por favor.-Supliqué.
-Lo siento pero sola no te voy a dejar, si no quieres hablar está bien, iré a tu lado en silencio y te acompañaré a casa.
Asentí con la cabeza y seguí caminando a su lado.
Minutos después me calmé algo.
-Gracias.-Musité.
-¿Por qué?-Preguntó mi hermoso novio poniéndose en mi camino y parándome.
-Por haberte quedado conmigo aún queriendo estar sola.-Me lancé a sus brazos y comencé a llorar.
Él me acariciaba la cabeza y dejaba de vez en cuando algún beso mientras recitaba palabras bonitas para consolarme.
-Hemos discutido Vega y yo...creo que es la primera vez que me enfado tanto con ella...parecía que me echaba la culpa a mí.
-¿De qué?-Me miró preocupado.
-Me ha llamado egoísta por querer decirle a Blake la verdad.
-¿Blake? ¿Verdad? ¿De qué estás hablando?
-Sobre Miranda.
Connor levantó una ceja y me miró con expresión de no entender nada así que decidí contarle lo que días antes habíamos visto, no sin antes asegurarme de que no se lo diría a nadie.