jueves, 28 de mayo de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN X

-¿Y esta preciosidad?-Preguntó Vega con una gran sonrisa de oreja a oreja.
Me acerqué a ella y la abracé.
-Tú sí que eres preciosa.-Le guiñé el ojo.
-Error, yo soy la más preciosa querrás decir.-Dijo entre carcajadas.
Negué con la cabeza.
-Bueno qué, ¿vamos a por las entradas?
-Sí.
Una vez dentro del cine nos pusimos en la cola para pedir los refrescos y el bol mediano de palomitas para las dos.
Pagamos y entramos en la sala correspondiente donde nos sentamos en la penúltima fila.
Cinco minutos después de anuncios la película de comedia comenzó.
(***)
Cuando salimos del cine ya eran las 19.45 y yo tenía la sensación de que se me olvidaba de hacer algo pero no me acordaba hasta que vi a un niño pelirrojo.
-¡Mierda! Tenía que ir a recoger a mis hermanos a y media. ¡Se me había olvidado!
-Tranquila, Roy viene ahora a buscarme en coche, te podemos acercar.
-¡Uff...! Me salvaríais la vida.
No sé cuantos minutos pasaron hasta que el Renault azul de mi amigo apareció, pero me parecieron eternos.
No tenía el número de teléfono de la madre de Olivia así que no podía avisarle, pero por suerte no tardamos ni cinco minutos en llegar a su casa.
Les agradecí que me hubieran acercado y les lancé un beso antes de que desaparecieran de mi vista.
Llamé al timbre y esperé a que Samantha me abriera.
Sin embargo me sorprendí al ver a mi antiguo compañero de clase.
-Eliot... ¿qué haces aquí?-Miré el número a ver si me había confundido.
-¿No debería preguntar yo eso?-Dijo levantando una ceja.
-¿Eres hermano de Olivia? No recuerdo que me dijeras que tuvieras hermanos...
-No, es mi prima.-Me sonrió.-Ay, perdón, pasa.
Entré y esperé a Eliot mientras observaba el pasillo de la familia Lynn. Era largo y llevaba a varias habitaciones, en las paredes había fotos familiares y cuadros. Al final del corredor estaba situada una escalera que llevaba a la segunda planta.
Era la segunda vez que entraba a esta casa y ninguna de las anteriores veces me había percatado de que aquel niño que sonreía en una de las fotos era mi amigo, ni siquiera me lo crucé en las visitas que había realizado.
-¡Tataaa!-Gritó Axel en cuanto me vio.
-Hola pequeño.-Le cogí en brazos para darle un abrazo.
-Hola Lana.-Apareció Samantha con una expresión neutra.-¿No ibas a venir hace casi media hora?
-Sí, perdona la demora pero fui al cine con una amiga y la película terminó más tarde de lo que pensaba.
-No te preocupes, estoy encantada con tus hermanos.-Me pareció ver una pequeña sonrisa.
-Tataaa... ¿podemos quedarnos un poco más?-Preguntó Hera poniendo pucheros.
-Lo siento pero mañana tenéis clase y hay que cenar.
-Jooo...vale.
Mis hermanos recogieron sus cosas y se despidieron de sus amigos mientras preguntaba a Samantha qué tal se habían portado.
Una vez listos me despedí de todos y salimos acompañados por Eliot quien se ofreció a llevarnos a casa.
Durante el viaje mis hermanos no paraban de hablar de lo bien que se lo habían pasado junto a Olivia y Finch, su hermano de tres años.
Eliot, mientras, estaba concentrado en conducir y llegar sanos y salvos.
De repente noté que se había creado un silencio extraño en el vehículo, giré mi cabeza para ver qué había pasado. ¡Se habían dormido! 
<<¡Genial! Ya verás la llorera que se va a pegar Axel cuando le despierte para cenar!>>
Suspiré pensando en lo que me esperaba minutos más tarde.
-¿Qué te pasa?
-Nada...Solo que estoy pensando en como se va a despertar Axel... Necesitaré tapones para el oído y mucha paciencia.
Reímos.
-Mucha suerte.-Me sonrió el chico.
-Gracias, la voy a necesitar...
-Y... ¿qué tal estás hoy? ¿Mejor?
-Muchísimo mejor, creo que es hora de cambiar mi forma de ver la vida y ser más positiva.
-Así me gusta.
Sonreí.
Otra vez nos quedamos en silencio hasta que volvió a mi cabeza una pregunta.
-Una cosa... ¿vives con tu tía y primos?
-Sí, mis padres murieron cuando yo tenía la edad de Finch en un accidente. Desde entonces vivo con ellos.
-Ah vale, aunque... ¿cómo es que no he coincidido contigo las otras dos veces que he venido a buscar a mis hermanos? 
-No sé, quizá en ese momento estaba encerrado en mi habitación o no estaría en casa.
-Puede ser.
-Por cierto, me gustaría enseñarte algún día la academia donde trabajo. Sé que a ti también te encanta el baile y seguro que te gustaría conocerla.
-¿De verdad? ¡Claro que me gustaría! Aunque más me gustaría poder apuntarme...
-¿Y por qué no lo haces? Pronto se van a abrir las inscripciones para el próximo curso.
-Seguro que cuesta mucho dinero y no puedo permitírmelo... 
-Bueno, quizá puedas conseguir una beca.
-No lo creo...a penas tengo tiempo libre para prepararme bien la prueba.
-Si mal no recuerdo te quedas muchos días en casa cuidando de tus hermanos, ¿no? 
Asentí con la cabeza.
-Pues entonces sí tienes tiempo, puedes echarles un ojo aunque ensayes. Además, si quieres puedo ayudarte a preparar la prueba, podría pasarme por tu casa y cuando no tengas que cuidar de tus hermanos puedes venir a ensayar aquí, tengo una habitación con el espacio perfecto para bailar.
-¿De verdad harías eso por mí?-Mis ojos empezaron a brillar al escucharlo.
-Pues claro, para eso están los amigos.
-¡Ay, gracias!-Chillé tanto por la emoción que mis hermanos se despertaron.
Y como había imaginado poco antes... Axel no paraba de llorar.
Por suerte llegamos a nuestro destino y pude consolarlo rápidamente.
-Gracias por traernos y por la oferta. ¡Eres un sol!-Dije antes de que se fuera mi amigo de tez oscura.
-Es un placer. Ya hablaremos, adiós guapa.-Me dedicó una sonrisa de despedida.
-Adiós.-Le devolví la sonrisa.
Cuando vi que el coche había desaparecido fui con Axel en brazos y Hera dada de mi mano hasta la puerta, saqué las llaves y abrí como pude.
-¡Ya estamos aquí!-Grité para que Joel se enterara de nuestra llegada.
-Estamos en la cocina.
<<¿Estamos? ¿Quiénes? Si mamá aún no debía de haber llegado...>>
Bajé a Axel y los tres fuimos caminando hacia allí encontrándonos a nuestro hermano y a Blake comiendo una pizza de barbacoa.
¡Qué hambre me había entrado de repente!
-¡Pizzaaaa!-Gritaron los peques.
-No hay para vosotros.-Contestó Joel.
Blake mientras me miraba con una sonrisa poniéndome un poco nerviosa.
No lo había vuelto a ver desde que pasó todo aquello y aunque ya habíamos hecho las paces horas antes me sentía incómoda.
-Ho...hola.-Me ruboricé.
-Hola Lana, estás muy guapa.
Mis mejillas se colorearon de un rojo aún más intenso si era posible.
-Gra...cias.-Sonreí.
El llanto del pelirrojo me sacó del pequeño trance en el que había entrado.
-¡Joel! ¿Qué has hecho ya?-Le regañé.
-Que sí que hay pizza para vosotros, era una broma.-Le intentaba consolar.
Resoplé fulminándolo con la mirada.
-¡Las que preparas!
Blake y Hera empezaron a reírse pero al ver mi cara dejaron de hacerlo.
Y así fue como empezamos una cena entretenida.


miércoles, 20 de mayo de 2020

EL SECRETO DE MI JARDÍN IX

No me di cuenta de cuando se había ido Connor, ni de cuando Joel había llegado a casa.
Lo único de lo que me di cuenta fue de cuando llegó mi madre, más que nada porque se me quedó mirando fijamente con una expresión neutra.
Levanté mi mirada del teléfono, ¡me había pasado toda la tarde hablando con Eliot!
-Hola mamá.-Sonreí.
-Hola cariño, ¿de que te reías? 
-De un chiste.
-Ah.
Silencio.
-¡Mamii!-Aparecieron los dos pequeños corriendo a sus brazos.
Sonreí ante la escena recordando a mi yo de 4 años haciendo lo mismo.
¡Era feliz y no lo sabía!
Suspiré provocando que todos me miraran preocupados.
-Voy a preparar la cena.-Dije evitando que me preguntaran.
Hera y Axel empezaron a reír desconcertándome por completo.
-¿No has cenado todavía?-Preguntó Viviana.
Negué con la cabeza dándome cuenta del porqué se reían los niños.
-Mejor, así cenamos juntas y charlamos.-Sonrió- Pero primero iré a acostar a tus hermanos y cambiarme, ¿vale? 
Asentí con la cabeza y esperé a que desaparecieran para despedirme de mi amigo.
Cuando mi madre volvió fuimos juntas a la cocina y calentamos la comida que mi mellizo había preparado.
-¿Qué tal fue el día?
-Pues muy ajetreado, ya sabes como son los bares... ¿Y el tuyo?
-Pues intenso, muchas emociones para tan solo un día. ¿Te acuerdas de Eliot, mi amigo del grado?
-Sí, ¿por qué?
-¡Hemos vuelto a hablar! Y me ha animado bastante el día.
-¿Animado? ¿Qué te pasaba?
-Creo que no soy feliz mamá, desde que papá y Adam se fueron de mi vida...no levanto cabeza, además he discutido con Connor.
-¡Últimamente estás muy irascible, ¿eh?!-Me miró algo enfadada.- ¿Por qué te peleas con todo el mundo?
-No lo sé, creo que...-y entonces una pequeña lágrima empezó a salir.-todo...me...me...sale...mal.
-Claro que no, pequeña.-Dijo abrazándome.-Lo de tu padre y Adam pasó porque son personas que no mereces, pero quédate con que tienes muchas personas a tu alrededor que te queremos mucho. Además pronto vas a poder tener más libertad para que encuentres un trabajo o simplemente salgas más con tus amigos.
-Eso quiere decir que...
-¡Sí, voy a trabajar con la madre de Vega! 
-¡Aaaaayy, qué bien mamá!-La abracé con fuerzas. 
Las dos sonreímos y seguimos cenando mientras hablábamos de cómo iban a ser nuestras vidas a partir de ese momento.
(***)
Al día siguiente me levanté muy contenta.
Haber hablando con mi madre y haber descansado me ayudó a sentirme mejor y sobre todo darme cuenta de que tenía que cambiar mi actitud, empezando con no enfadarme tanto con la gente, perdonar a Blake y pedir perdón a Connor por mi reacción del día anterior.
Así que en cuanto me levanté, me duché y mientras desayunaba escribí un mensaje a Blake.
Buenos días giganteeee :P Siento mucho haberme comportado el otro día tan mal contigo aún habiéndome pedido perdón, últimamente no entiendo que me pasa... He pensado en lo que me dijiste y quiero estar bien contigo, con todos. Prometo no enfadarme tan fácilmente.
Si quieres mañana podemos quedar por la tarde.
Un beso de tu loca amiga.
Tras leer lo que le escribí pulsé a enviar y esperé a  su respuesta.
No tardó ni un minuto.
Muchas gracias por darme otra oportunidad, me comporté como un imbécil yo primero así que no tienes por que pedirme perdón tú a mí. 
Me encanta la idea, mañana me paso a por ti a eso de las...¿17? 
Un beso de tu amigo el imbécil.
Reí al leer su mensaje, le respondí que me parecía perfecto y que algo imbécil sí que era, lo que provocó que empezáramos una guerra de insultos para acabar con palabras bonitas.
Terminé de desayunar, recogí todo y sonreí al ver a mi hermano aparecer en la cocina.
-Mamá ya me ha dicho que mañana empieza en el nuevo trabajo.
-Buenos días, ¿eh?-Reí.
-Buenos días mocosa.-Me sacó la lengua.-Los peques hoy se quedan a comer en casa de la amiga de Hera, así que tendrás que ir tú a recogerlos a las siete y media.
-¿Qué amiga?
-Su compañera de clase...no sé cómo se llama ahora.
-Ah, ¿Olivia?
-Sí, esa.
Asentí con la cabeza y sonreí pensando en que tendría tiempo libre para mí.
<<¿Qué podría hacer entonces? ¡Ya sé! Podría ir al cine con Vega, hacía mucho que no íbamos y hace poco se estrenó una película que me llamó la atención >>
-¿En qué piensas?
-En lo que podía hacer hoy.
-Yo he invitado a Blake a casa para jugar a la consola. ¿Has hablado ya con él?
-Sí, lo he perdonado, no me gusta estar mal con él.
-Muy bien, hermanita.-Me sonrió.-Aunque yo le echaré una bronca por como te trató.
-Tranquilo, ya está todo bien, no hace falta.-Le devolví la sonrisa pensando en lo protector que era siempre conmigo.-Te quiero mucho, tato.
-Yo no.-Dijo yéndose.
Reí y fui a mi habitación, encendí el portátil para ver una serie y mientras le envié un mensaje a Vega contándole el plan.
Se alegró tanto que subió una historia a Instagram contándole a todo el mundo nuestro plan.
Hoy parecía que iba a ser un gran día.
Simplemente con haber decidido cambiar mi modo de ver las cosas hizo que mi vida se volviera más feliz.
(***)
Me estaba poniendo las francesitas sentada en el sofá cuando el timbre sonó.
Miré la hora y sonreí.
Seguro que era Connor, tan puntual como siempre.
Cuando abrí comprobé efectivamente que se trataba de él, se había quedado con los ojos como platos y la boca abierta.
Reí al ver su reacción.
-Cierra la boca que te pueden entrar moscas.
Se ruborizó ante mi comentario y volvió a la normalidad.
-Perdón...Es que, ¡estás guapísima!
Ahora quién se sonrojó fui yo.
-No te lo creas tanto.-Mi mellizo me miró con una sonrisa.-Y tú cuidado con lo que dices a mi hermana.-Miró desafiante al jardinero.
Negué con la cabeza dejando entrar al chico y seguí preparándome.
Una vez lista me miré al espejo comprobando que todo estaba en su sitio y me despedí de los chicos para ir a buscar a mi mejor amiga.